Un gemelo tocado, un orgullo intacto
DATO EL URUGUAYÓ LLEGÓ DE TOCADO DE JUGAR CON SU SELECCIÓN ESCASOS DÍAS ANTES
PAMPLONA
– La disponibilidad de Pablo García fue la gran incógnita de Javier Aguirre para la final de Copa ante el Betis, puesto que el uruguayo regresó tocado de jugar con su selección escasos días antes de la histórica cita de la entidad rojilla. El centrocampista regresó de la concentración con una contractura en el tercio superior del músculo soleo izquierdo. Ante esta situación, se desplazaron a Madrid tanto el jefe de los servicios médicos del club por aquel entonces, el Dr. Patxi Cipriain, como el fisioterapeuta Pedro del Villar.
Pese a que El Canario tenía mucho criterio con el balón en los pies, buen toque de balón y cierta caliel dad para distribuir juego, siempre se le recordará po ese carácter, lucha y entrega que demostró, valores que casan a la perfección con la hinchada rojilla, por lo que ambas partes no tardaron en entenderse. Ese compromiso de darlo todo al 100% le llevó a Pablo García a disputar los 120 minutos en los que se decidió el encuentro ante el Betis. De hecho, lo terminó maltrecho. En la prórroga, Jorge Fernández de Prado y Carlos Encaje trataron el gemelo vendado del uruguayo, que terminó siendo expulsado en los últimos instantes de la misma.
Quedará en el recuerdo de quienes compartieron vestuario con el emblemático jugador la anécdota en la entrega de trofeos. En el momento de recoger la medalla, Pablo García se quiso quedar dentro del vestuario. Patxi Puñal reconoció que le avisó de que había “que subir a recoger la medalla”, a lo que uruguayo respondió que no iba a “subir a ningún sitio, porque no he ganado nada. Yo perdí”, mentalidad destacada.
El uruguayo, pegado siempre a su termo y su mate, dejó una gran impronta entre la afición rojilla, con quien espera reencontrarse en el futuro, puesto que en más de una ocasión ha manifestado su deseo de tomar las riendas de un banquillo rojillo que en la actualidad se encuentra con un excelente inquilino.