NAVARRA REGISTRÓ EN VERANO MÁS DE 1.300 GASTROENTERITIS, EL DOBLE QUE EN AÑOS AN
● La bacteria ‘Cryptosporidium’, la misma que la del brote de Tarazona, estuvo detrás de una de cada cuatro infecciones (362) ● Salud vincula su circulación a las piscinas infantiles, especialmente a las de chapoteo
PAMPLONA
– La gastroenteritis ha sido uno de los motivos más recurrentes de los pacientes que este verano han acudido a los centros de salud. La incidencia de las enfermedades gastrointestinales se dispararon entre julio y septiembre, con 1.307 casos detectados por Salud Pública, más del doble de los notificados en esos meses en los últimos cinco años. Así se refleja en el boletín del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) del mes de noviembre, en el que se analizan los casos de enfermedades transmisibles que se observaron en la Comunidad Foral en los meses de julio, agosto y septiembre, y en el que destaca el incremento de casos de gastroenteritis en comparación con los años anteriores.
Los expertos de Salud Pública recogen diez agentes causantes de la enfermedad gastrointestinal y la incidencia de todos salvo de dos aumentó este año, pero destacan por encima del resto dos bacterias: la Campylobacter y la Cryptosporidium. La primera es la que ha estado detrás de un mayor número de infecciones (449) y duplica los casos registrados en el último lustro en esta época del año (entre 200 y 300); la segunda ha provocado uno de cada cuatro gastroenteritis (362) pero es la que más se ha disparado, multiplicando por diez su incidencia en relación a años anteriores. Además, la Cryptosporidium es la misma bacteria que estuvo detrás del brote de Tarazona (Zaragoza) que afectar a cerca de 500 personas de la zona y amenazó a las poblaciones navarras de la Comunidad de Aguas del Moncayo.
SIN CASOS DEL BROTE DE TARAZONA
Sin embargo, desde el ISPLN aseguran que ese brote de gastroenteritis no provocó ningún caso en Navarra y vinculan la alta incidencia de Cryptosporidium a contagios en piscinas, especialmente infantiles. “El Cryptosporidium ha circulado por muchas comunidades y también por otros países de Europa pero cuando surgió el brote de Tarazona analizamos expresamente esa zona y encuestamos a muchos casos y ninguno estaba vinculado con ese brote”, explica Jesús Castilla, jefe de la Sección de Enfermedades Transmisibles del ISPLN.
De hecho, las poblaciones de la Mancomunidad de Aguas del Moncayo (Ablitas, Barillas, Buñuel, Corella, Monteagudo, Murchante, Ribaforada y Tulebras) no se vieron afectados porque, entre otras cuestiones, desde el mes de junio no se suministró agua del río Queiles –el contaminado por la bacteria– al embalse de la Dehesa, del que beben estas localidades, y el brote surgió a principios de sep