Fractura en el grupo municipal de UPN por la condena a Chivite
Tres de los concejales regionalistas apoyan una propuesta del PSN y el cuarto se abstiene
PAMPLONA – La votación celebrada ayer en la Comisión de Presidencia del Ayuntamiento de Pamplona tras la agresión sufrida por la presidenta María Chivite en Cabanillas evidenció las divisiones en el seno del grupo municipal de UPN y las distintas posturas existentes sobre la estrategia que está llevando a cabo su formación. Tres de los cuatro concejales regionalistas que forman parte de la citada comisión respaldaron una iniciativa presentada por el grupo municipal socialista para denunciar lo ocurrido el pasado viernes cuando un grupo de personas agredió el coche de la presidenta a la salida de un acto. La decisión de estos tres concejales contrasta con lo ocurrido 24 horas antes en el Parlamento foral, donde los representantes de UPN se negaron a respaldar la misma iniciativa, presentada también por el PSN y en los mismos términos de la que se aprobó en su día por los tartazos sufridos por la entonces presidenta Yolanda Barcina. La sorpresa vino cuando los concejales regionalistas Javier Labairu, Raúl Armendáriz y María Echávarri votaron a favor de la declaración junto al resto de representes de EH Bildu, PSN, Geroa Bai, Contigo y PP, cuyo representante Carlos García Adanero, fue muy claro al considerar que nadie se puede poner de perfil ante un caso como el sufrido por la presidenta Chivite y recordó que él fue coautor de la iniciativa que se aprobó en el Parlamento tras la agresión sufrida por Barcina.
Sin embargo, el cuarto concejal de UPN, Aitor Silgado, se abstuvo, lo que causó extrañeza al presidente de la Comisión, Endika Alonso, y al secretario del Pleno, que se ofrecieron a repetir la votación por si se hubiera tratado de un error del edil regionalista al pulsar el botón.
Pero no se trató de una equivocación y Silgado confirmó a viva voz que su voto era la abstención, lo que provocó minutos de tensión con sus compañeros de formación que sí habían decidido condenar la agresión a Chivite en Cabanillas.
En un intento de que no quedara en evidencia la división interna, María Echávarri solicitó un receso, pero el secretario no lo autorizó al haberse iniciado la votación. La declaración aprobada rechaza “el comportamiento antidemocrático de las personas autoras de la agresión y de quienes les apoyan” y reitera “el necesario respeto al Estado democrático, a sus instituciones y a quienes las representan”. También reafirma su “total apoyo y el pleno reconocimiento a la labor llevada a cabo por la Policía Foral”.