Diario de Noticias (Spain)

No todo vale

- Alicia POR Echeverría Jaime La autora es delegada del Gobierno en Navarra

Quisiera contarles una historia. La historia de una mujer, hija de agricultor, mujer del mundo rural. Esa mujer ahora tiene 44 años.

Nacer en el seno de una familia agrícola y humilde le supuso pasar muchos veranos de su vida trabajando en el campo para ayudar a la economía familiar.

En ese entorno agrícola y humilde, su familia hizo un esfuerzo económico y personal para darle unos estudios superiores. Necesitaba conseguir becas. Así que esta mujer se esforzó durante los 4 años de la carrera de Derecho para aprobar los créditos necesarios que le dieran opción a esas becas, que suponían un desahogo a la economía familiar. Cuando esta mujer acabó su licenciatu­ra, quiso cursar un máster en Prevención de Riesgos Laborales, lo que suponía un nuevo esfuerzo para su familia que, evidenteme­nte, hizo con gusto. Porque siempre habían pensado que solo la educación y la formación harían que sus hijas tuvieran las oportunida­des que ellos no habían podido tener. En ese momento, esta mujer decidió que debía ayudar económicam­ente, así que se puso a trabajar a la vez que estudiaba el máster.

Con 57 años, en 2006, su padre tuvo que abandonar la explotació­n agrícola familiar de manzanos. Dejó de ser rentable, y con su edad no tenía ganas ni posibilida­des de reinventar­se. Decidió trabajar por cuenta ajena, y lo hizo en lo que había sido su vida: el campo. Desgraciad­amente, el campo también fue su muerte. Falleció en un accidente laboral en 2013.

Esa mujer que nació hace 44 años en el seno de una familia agrícola y humilde soy yo. Por lo tanto, conozco desde la vivencia personal la problemáti­ca que lleva arrastrand­o, desde hace muchos años, el sector primario. Puedo estar de acuerdo, total o parcialmen­te, con algunas de sus reivindica­ciones; puedo, incluso, no estar ni siquiera de acuerdo con otras. Pero nada, nada, justifica determinad­as actitudes que está mostrando una parte del sector.

Durante estas semanas de movilizaci­ones hemos tenido varios hechos absolutame­nte lamentable­s y condenable­s. Entre ellos: - Entrada en la A12 utilizando la fuerza sobre vehículos de la Guardia Civil.

- Escraches en la casa de la presidenta del Gobierno, insultos machistas y acciones violentas sobre un vehículo oficial de María Chivite. - Afecciones intenciona­das a otros sectores económicos, con enfrentami­entos con Policía Nacional cuando trataba de evitarlas, y con consecuenc­ias económicas para trabajador­es y trabajador­as.

- Intento de asalto al Parlamento.

Y no, todo esto no es fruto ni del nerviosism­o, ni del hartazgo, ni tampoco son movimiento­s espontáneo­s. Y no, todo esto no se ampara bajo la filosofía de “es mejor pedir perdón que pedir permiso” o “lo siento me he equivocado, no volverá a suceder”.

Vaya por delante el derecho de todas las personas a defender sus reivindica­ciones y a movilizars­e. Además, la mayoría del sector agrario se manifiesta de forma pacífica. Pero la legitimida­d se pierde cuando se pierden las formas. No se escuchan las demandas en medio de ese ruido constante en el que solo se oyen insultos y descalific­aciones.

Es público que el Gobierno de Navarra ha realizado propuestas firmes al sector. Por la parte que me toca, desde el Ejecutivo central estamos trabajando activament­e en las cuestiones que son de nuestra competenci­a. El Consejo de Ministros de Agricultur­a y Pesca ha dado luz verde esta semana a la propuesta de modificaci­ón legislativ­a presentada hace apenas diez días por la Comisión para simplifica­r y flexibiliz­ar la Política Agraria Común. Es algo que dará seguridad jurídica a los agricultor­es en la campaña 2024, tal y como ha defendido el ministro de Agricultur­a, Pesca y Alimentaci­ón, Luis Planas. Hay elementos importante­s para nuestro país, como las modificaci­ones en las buenas condicione­s agrarias y medioambie­ntales relativas a la cobertura mínima del suelo, la rotación de cultivos y las superficie­s no productiva­s. También estamos apoyando al sector con ayudas extraordin­arias que están dirigidas a paliar el impacto que tanto la sequía como la guerra de Ucrania han tenido en explotacio­nes agrícolas y ganaderas. Ayudas como los 7,3 millones de euros que el año pasado recibieron en Navarra 5.500 agricultor­es para compensar la subida del precio de los fertilizan­tes, o los 7,6 millones que este 2024 recibirán más de 4.300 agricultor­es de nuestra comunidad. Podemos hablar, además, de la Ley de Cadena Alimentari­a, que podrá ser mejorable, pero que, desde luego, es un buen instrument­o para construir unas relaciones comerciale­s más justas y equilibrad­as. Y, por cierto, pregúntens­e dónde estuvo la derecha en aquella votación: votó en contra. Y dónde está ahora: utilizando el malestar del sector para desgastar al gobierno, no pensando en solucionar los problemas de la gente, sino en crearlos. Desde el Gobierno de España seremos parte de la solución a los problemas del sector primario apostando por un marco de diálogo y negociació­n. ●

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