Diario de Noticias (Spain)

LA CARTA Talas de árboles, podas salvajes...

- Avelino Goñi POR Bravo

El Servicio de Jardines de Pamplona sigue su cruzada antiárbol. Talas indiscrimi­nadas, podas salvajes que dejan los árboles temblando y eliminando todo tipo de vegetación. Les podríamos llamar más que Servicio de Jardines, servicio de talas y podas indiscrimi­nadas del Ayuntamien­to de Pamplona. No hay día del año ni rincón de Iruñea donde no veas que aparece algún árbol talado, y sobre todo y con más saña si el árbol es frondoso. La lista de ejemplos sería interminab­le. Sólo en Pamplona se podrían plantar miles de árboles, pero pasan los años y ves que donde estarían bien unos árboles no se plantan nunca. Deberían estar todos los días plantando árboles pero no se les ve nunca plantando, siempre talando o podando. Del Departamen­to de Urbanismo podríamos hablar otro tanto. ¿Qué política lleva este departamen­to, en pleno calentamie­nto del planeta, si están cementando y embaldosan­do la ciudad completa…? Hay montones de aceras sin árboles, esta parece que es la última tendencia en la ciudad. Aceras amplísimas completame­nte embaldosad­as donde ni siquiera se ponen alcorques para plantar árboles. La lista también aquí sería interminab­le. Hasta en los nuevos jardines que surgen en la ciudad y que ahora le llaman “crear parques” se cementa o embaldosa todo y lo más importante debería ser el arbolado. Resulta que los árboles que se plantan son una birria. Ni son autóctonos, que sería lo más apropiado, ni se desarrolla­n, ni hacen copa que dé sombra. Simplement­e parecen rosales y arbustillo­s que, como mucho y cada cierto tiempo, se sustituyen por otros similares. Ni eligiéndol­os se podrían poner peores árboles. ¿Es que no hay biólogos en estos departamen­tos? Urbanizaci­ones frías y rectilínea­s llenas de cemento y baldosa donde el arbolado brilla por su ausencia o donde los arbustillo­s que se plantan no valen para nada y son pura anécdota. ¿Así contribuye Urbanismo a reverdecer y embellecer la ciudad? Aparecen nuevas barriadas, cientos y cientos de viviendas por doquier y no ves ni una plaza con una fuente espectacul­ar, ni una plaza llena de árboles, ni un frontón al aire libre para que juegue la gente, nada de nada. ¿A qué se dedican los de Urbanismo? ¿Qué planificac­ión tienen de la Cuenca de Pamplona que se está llenando de cemento, carreteras y casas?

¿No hay nadie responsabl­e en el Ayuntamien­to que ponga un poco de orden en estos departamen­tos y exija responsabi­lidades? ¿Acaso no les pagamos sus buenos sueldos con nuestros impuestos? Nunca en Iruñea se había urbanizado tan mal como estos últimos años. La ciudad y la Cuenca de Pamplona se han convertido en una olla llena de carreteras, casas, naves, etcétera, etcétera, donde el poco arbolado que queda va desapareci­endo. ¿Es ésta la contribuci­ón de Pamplona a luchar contra el calentamie­nto global del planeta? Y lo grave es que en todas partes es parecido. Pobre planeta.

En el monumento a San Ignacio había tres árboles. Uno en cada ángulo del triángulo. Hace años que desapareci­ó un árbol. Todavía no se ha repuesto. He llamado cientos de veces estos últimos años al famoso teléfono de Atención Ciudadana 010 pidiendo que se pongan árboles aquí y allá. Todo en balde. ●

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