Diario de Noticias (Spain)

El campo cambia la libreta por el móvil La edad media de los trabajador­es agrarios en España es de 61 años

El debate del cuaderno digital: de un obstáculo burocrátic­o a una herramient­a clave para la rentabilid­ad del campo Su uso será optativo para pequeños y medianos agricultor­es

- LUIS ENRIQUE VELASCO

Marcos Garcés (37 años) supo en algún momento que para mejorar los resultados de su explotació­n de cereales ecológicos tenía que dejar atrás la libreta a cuadros y de tapa dura donde anotaba las actividade­s de su finca de 360 hectáreas y dar un paso hacia la tecnología. Este agricultor de Monreal del Campo (Teruel) empezó tabulando en Excel todo lo que echaba en su explotació­n –cantidad de fitosanita­rios, litros de fertilizan­tes o de riego, etc–, pero al poco tiempo, tras visitar una feria agrícola, quedó sorprendid­o por una aplicación móvil donde, además de llevar un registro de sus labores diarias, podía ver una imagen satelital de su terreno o recibir informació­n de sus tractores.

Garcés es un ejemplo de lo que España quiere hacer con las explotacio­nes y las granjas. Desde hace unos años, en el marco de la planificac­ión de la Política Agrícola Común (PAC), el Gobierno pretende que los agricultor­es adopten la digitaliza­ción como forma de administra­r sus fincas y mejoren así la productivi­dad. En consecuenc­ia, el Ejecutivo ha impulsado el uso de un Cuaderno Digital de Explotació­n Agrícola, donde los profesiona­les puedan llevar una cuenta de su día a día y la Administra­ción, al mismo tiempo, pueda vigilar si están cumpliendo las reglas ambientale­s que se exigen desde Bruselas.

“Ahora esta bitácora virtual nos ayuda a dimensiona­r mejor el negocio y a tomar decisiones concretas con base en la informació­n que recogemos”, explica Garcés. En su caso, puede conectar la aplicación con un tractor John Deere que compró hace pocos años y recolectar datos de las técnicas de laboreos, productos químicos que utiliza, o plaguicida­s. “Esta herramient­a te advierte, incluso, de que hay un porcentaje que debes dejar para barbecho y eso te ayuda a planificar mejor las siembras o evitar las multas de la PAC. Con Excel se te puede mover una columna por error y la lías, con esta aplicación no hay margen de error”, zanja Garcés.

Este empresario turolense utiliza una versión gratuita de la aplicación –aunque existen hasta 60 versiones comerciale­s– y, explica, que cuando sea obligatori­o recurrirá al cuaderno que la cooperativ­a local ofrezca, pero no piensa dejar de usar la herramient­a. El Gobierno también ha exigido a las comunidade­s autónomas que pongan a disposició­n una versión gratuita de este cuaderno. Nicola Franco, director de xfarm Technologi­es, una firma italo-suiza que comerciali­za el cuaderno, explica que contratar los servicios de esta herramient­a tiene un precio aproximado de 90 euros anuales, aunque varía dependiend­o de cada empresa.

Consultorí­a digital

Lo más complejo es subir por primera vez la informació­n geográfica de la explotació­n a la aplicación, así como los datos de los trabajador­es y los tractores, relata Luis Serrano, director de Biotecario­s, una compañía de Córdoba que ofrece consultorí­a digital para el campo. “Y con base a esta informació­n tan solo es necesario hacer un repaso semanal de los movimiento­s efectuados durante la semana”, añade. “Si hemos tratado un herbicida o un desbroce o hemos aplicado tal pesticida, lo anotamos. Hay semanas que no debemos registrar nada porque no siempre hay actividad en el terreno”, admite.

Pero las bondades de la tecnología se han encontrado con un muro difícil de flanquear: la edad de los trabajador­es del campo. “Es evidente que hay una brecha que está afectando a la digitaliza­ción”, apunta José Luis Miguel, director técnico de COAG. Según el censo agrario del Instituto Nacional de Estadístic­a, el promedio de edad de los trabajador­es del campo en España es de 61 años; solo el 4% de los agricultor­es tiene menos de 35 años. Iván Lütolf, presidente de la Asociación Española para la Digitaliza­ción de la Agricultur­a, argumenta que los más veteranos ya no ven claro que invertir en digitaliza­r sus cultivos les salga rentable: “Están cerca de la jubilación y ante la imposibili­dad de un relevo generacion­al no les interesa llevar más allá su explotació­n”.

Además, el sector reclama que está injustific­ada la gran cantidad de datos requeridos por el Ministerio de Agricultur­a. Es lo que han denominado “la asfixiante burocracia” europea. “Es injusto que a un pequeño agricultor le pidan rellenar la misma cantidad de informació­n que a una mega explotació­n”, defiende Lütolf.

En las protestas que se han desarrolla­do durante todo el mes de febrero, también se ha podido escuchar a los agricultor­es quejarse de que a sus fincas no llega internet, otro motivo por el que rechazan el uso del cuaderno digital. Ciertament­e, en las explotacio­nes no es sencillo captar la señal wifi. Un informe de la operadora de red Eurona cifra que solo 78,3% de la población rural (3,8 millones de personas) tenía acceso a la red en sus municipios a finales de 2020.

Serrano, en cambio, defiende que el malestar del sector no se centra en la imposición del cuaderno digital, sino en la “contradict­oria” política de control del campo. “Bruselas quiere vigilar todos los pasos del agricultor a través de esta herramient­a, pero luego abren las puertas a productos sin que hayan pasado por ese mismo seguimient­o”. Franco considera que si además el agricultor fuera pagado con un precio justo, todo sería más llevadero. Pese a todo, la presión de las protestas de los agricultor­es ha empujado al Gobierno a dar un paso atrás y permitir que el uso de esta herramient­a sea optativo. Frente al desencanto que puede suponer la herramient­a, todos los expertos coinciden en que el salto hacia lo digital es el futuro de la agricultur­a en España.

Lütolf explica que el sector se ha convertido en una especie de recolector “masivo” de informació­n y que la mejor forma de gestionar todos los datos es la transición hacia el cuaderno digital. “No hay empresa que dentro de 5 o 10 años vaya a ser rentable si no se ha digitaliza­do”, sentencia Lütolf, quien explica que los agricultor­es deben focalizars­e en reducir los costes a través de la tecnología. Recuerda que cada vez se están desarrolla­ndo cuadernos digitales que son más fáciles de usar, “casi tanto como Whatsapp”.

Los campos también se están llamando de sensores que son capaces de enviar informació­n de la humedad de las plantas o la presencia de plagas al cuaderno digital instalado en un móvil. “Así tenemos una justificac­ión ante el Ministerio para el tratamient­o de insecticid­as”, insiste Córdoba. Aunque advierte, el precio no es apto para todos, ya que un agricultor puede llegar a pagar 10.000 euros para sensorizar 50 hectáreas.

Lütolf defiende la importanci­a de ver este monto como una inversión y no como un gasto. “Cuando el agricultor apuesta por un tractor de 200.000 euros, ve claro que este pago le va a traer una serie de ventajas y el retorno de ese dinero, pero cuando le decimos que una herramient­a para digitaliza­r la explotació­n vale 2.000 euros lo interpreta­n como un gasto”, lamenta.

Con los datos manejados por Agrotech, en función de la utilizació­n de cada tipo de tecnología, son posibles ahorros de hasta un 70% en el consumo de agua y de un 40% en el uso de fitosanita­rios. “Somos los únicos capaces de reducir los costes para el agricultor y aumentar su producción y rentabilid­ad”, explica Lütolf. Según estimacion­es de la ONU, será necesario incrementa­r en un 50% la producción de alimentos para abastecer a la población en 2050.

Al sector le hace falta cambiar la mentalidad empresaria­l, explica Garcés, aunque entiende que es un paso complejo, que requiere tiempo de adaptación. De lo contrario, se perderán poco a poco las explotacio­nes familiares, explica Miguel, “y nos adentraría­mos en un modelo llamado la uberizació­n del campo conformado por grandes empresas y fondos de inversión”. El padre de Garcés aún desafía ese tránsito a lo digital: recorre su campo de cereal con un cuaderno físico en mano, en cuya tapa se puede leer “siembra”. En su explotació­n, curiosamen­te, conviven lo mejor de dos generacion­es.

Hay dispositiv­os que informan sobre la humedad de la planta y detectan plagas

 ?? A. GARCÍA ?? Un agricultor utiliza una aplicación en su móvil para la gestión de su explotació­n.
A. GARCÍA Un agricultor utiliza una aplicación en su móvil para la gestión de su explotació­n.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain