Diario de Noticias (Spain)

La guerra contra las mujeresira­níes

La escritora iraní Marjane Satrapi, premio Princesa de Asturias de Comunicaci­ón y Humanidade­s, se ha convertido en la cronista de la guerra contra las mujeres

- ✎ Un reportaje de Jon Artabe

Decía Thomas Mann que la guerra es la salida cobarde a los problemas de la paz. Mientras la República Islámica de Irán continúa su guerra con israelíes y norteameri­canos, la lucha por los derechos de las mujeres iraníes continúa poniendo en jaque al régimen de los ayatolás. Un grito que no puede ser silenciado ni siquiera por los misiles lanzados sobre Israel. El reciente anuncio de la Guardia Revolucion­aria del despliegue de un nuevo cuerpo de vigilancia del uso del velo entre las mujeres deja clara la importanci­a del desafío de las mujeres a las reglas discrimina­torias impuestas por la teocracia iraní. El hashtag Guerra contra las mujeres vuelve a recorrer de nuevo las redes sociales de todo el país.

Este recrudecim­iento de la represión coincide con la reciente elección de Marjane Satrapi como premio Princesa de Asturias de Comunicaci­ón y Humanidade­s. Satrapi, mundialmen­te conocida gracias a su novela gráfica y posterior película animada Persépolis, ha sido el mayor altavoz internacio­nal de la lucha de los derechos de las mujeres iraníes contra la teocracia ultraconse­rvadora de los ayatolás. Una lucha que va más allá de la reivindica­ción de los derechos fundamenta­les de las mujeres, ya que ha llegado a hacer tambalear los cimientos del régimen, pidiendo reformas democrátic­as y la apertura del régimen a mayores libertades. Pero esta lucha de las mujeres iraníes viene de muy lejos, como nos explica Satrapi bellamente en su Persépolis. La autora refleja en el relato su infancia en Teherán durante la revolución que derrocó al sha, una lucha en la que la reivindica­ción de los derechos de las mujeres ya entonces fue clave. Aquel 1979 el régimen del sha se hundía en la corrupción y en la brutal represión de todo aquel que pusiese en duda su monarquía autoritari­a. Respaldado por británicos y norteameri­canos, su intento de occidental­izar la sociedad chocaba con la falta de libertades democrátic­as. Las protestas aumentaban desde todos los espectros políticos de la sociedad: comunistas, liberales, islamistas moderados y también islamistas conservado­res. Sólo el ejército apoyaba a un sha cada vez más solo. Satrapi, cuya familia profesaba ideas comunistas, fue testigo a sus diez años de aquella revolución que trataba de destronar a un monarca despótico, creyendo que la democracia y el progreso se instaurarí­an en el país junto a la modernizac­ión política. Pero fueron los islamistas más ultraconse­rvadores, bajo el liderazgo del carismátic­o Jomeini, los que, al estar mejor organizado­s, fueron capaces de dejar al margen del poder a los otros grupos políticos, erigiendo una teocracia conservado­ra, en la que el integrismo religioso y el anti-occidental­ismo se convertirí­an en los pilares de la identidad de la nueva república.

Las viñetas de Persépolis reflejan ese cambio que sufrió la sociedad iraní a través de los ojos de una niña que ve cómo todo aquello que la rodea cambia. La imposición de la hiyab fue el primer paso en la desocciden­talización del país, convirtien­do en aquel momento a la mujer y sus derechos en el campo de batalla de un régimen que pretendía volver al pasado, imponiendo una visión integrista a la otrora occidental­izada sociedad iraní.

DISTURBIOS CONTRA EL VELO El mismo 8 de marzo de 1979, con Jomeini instalado en el poder, se decretó la utilizació­n del velo en los lugares públicos. Las protestas de las mujeres se generaliza­ron y los disturbios y la represión duraron cuatro días. Lo que comenzó como una reunión por el Día internacio­nal de la mujer se convirtió en el inicio de la lucha contra el nuevo régimen. Mehrangiz Kar, destacada activista iraní, no duda en afirmar que ese día comenzó la lucha entre el ayatolá y las mujeres. La dureza de las protestas hizo que Jomeini se echase atrás por el momento, pero para 1981 el velo se impondría a todas las mujeres en el ámbito público. La revolución había sido traicionad­a. Satrapi refleja gráficamen­te en las páginas de Persépolis la frustració­n de aquella generación que veía que la revolución por la que había luchado desde sus ideales progresist­as, era traicionad­a y terminaba en un régimen teocrático ultraconse­rvador. Mientras, página a página la joven Satrapi descubre que como consecuenc­ia de ese fracaso, su vida como mujer ya no volverá a ser la misma. Además del velo, desapareci­eron las clases mixtas, el liceo francés en el que estudiaba fue cerrado, y poco a poco, una pequeña niña fue dándose cuenta de que su valor como mujer era mucho menor que la de un hombre. Como muchos expertos apuntan, desde el punto de vista de los derechos humanos, el valor de la mujer en las leyes iraníes es exactament­e la mitad del de los hombres. Las mujeres necesitan permiso del marido para aceptar una propuesta laboral, e incluso para viajar. Para poder casarse, la mujer necesita el permiso de su padre o su abuelo. Las mujeres heredan la mitad de la herencia familiar, y una octava parte de la de su marido si se quedan viudas. E incluso se permite el matrimonio temporal a los hombres, el tiempo que estos deseen, para poder tener relaciones extramatri­moniales sin violar prohibició­n religiosa alguna.

Una situación que hizo que muchos iraníes abandonase­n el país, como la propia Marjane Satrapi, que abandonó Irán a los 14 años para recibir una educación laica en Austria. Tras completar los estudios, trató de volver a Teherán para estudiar Bellas Artes, para volver a salir del país y establecer­se en París. Allí comenzó su carrera en el mundo del cómic y más tarde en el mundo audiovisua­l, reflejando la lucha de las mujeres iraníes por sus derechos y por la libertad. En 2003 publicó otra espléndida novela gráfica, Bordados, en la que a través de los testimonio­s de varias mujeres, reflejaba la resistenci­a cotidiana de las mujeres a la vulneració­n de derechos a los que se enfrentaba­n en el día a día. Una lucha que no desapareci­ó jamás y que siguió desafiando al régimen, incluso con protestas sociales en momentos puntuales y que contó con miles de mártires, como Sahar Jadayari, quien en 2019 se inmoló al ser condenada a seis meses de prisión por intentar entrar a un estadio de fútbol, algo prohibido en Irán.

Pero fue en 2022 cuando las protestas feministas llegaron a poner en un serio aprieto al régimen. El 16 de septiembre murió bajo custodia oficial Mahsa Amini, una joven de origen kurdo que fue arrestada por la policía de la moral por no llevar el velo. Según los testigos, los policías introdujer­on a la joven a golpes en una furgoneta y la trasladaro­n para que recibiera una clase de reeducació­n. Tras entrar en coma, falleció en el hospital. El caso incendió las redes y las revueltas se extendiero­n a todo el país. Pero no solo se denunciaba el caso de Amini y el de los derechos de las mujeres. Las protestas pedían un cambió en el régimen e incluso su derrocamie­nto. La lucha de las mujeres y el de la apertura democrátic­a en el país

volvía a solaparse.

DESAFÍO Y REPRESIÓN Una nueva generación de jóvenes iraníes vieron en estas protestas no solo la reivindica­ción de los derechos de las mujeres, sino el inicio de una transición democrátic­a del régimen. Algo que ya había ocurrido en 2009 con las protestas por la dudosa victoria electoral del conservado­r Mahmud Ahmadineya­d en las elecciones a primer ministro. Sin embargo, esta vez el desafío llegó mucho más lejos. Y también la represión. Lo que había comenzado como una reivindica­ción feminista, se convirtió en una ola de protestas que criticaba al régimen mismo. Parecía que por primera vez una revolución feminista podría derrocar una autocracia. Pero el régimen no lo iba a permitir. La represión se cobró, según Amnistía Internacio­nal, unas 500 víctimas mortales y más de 20.000 personas encarcelad­as. La escala de las protestas fue tan grande, que la propia Guardia Revolucion­aria, para sofocar las revueltas, tuvo que recurrir a la milicia paramilita­r Basij, formada por civiles adeptos al régimen. Al final, la represión logró detener la revuelta, pero no apagar completame­nte el incendio, sobre todo, entre las mujeres. Cada día las mujeres y jóvenes iraníes tratan de desafiar al régimen no cubriéndos­e el pelo en público, y grabándolo en vídeos que suben a las redes sociales, bajo el hashtag Guerra contra las mujeres. Para estas mujeres, la protesta continúa cada día. Mujer, vida, libertad fue el lema de las protestas de 2022. Este es el título de la última obra de Satrapi, en la que ejerce de coordinado­ra de distintos autores de fama internacio­nal que relatan historias de aquella histórica revuelta que, aunque fracasada, continúa en el día a día de miles de mujeres que se niegan a llevar el velo en lugares públicos y que se graban por las calles de Irán desafiando a la Guardia Revolucion­aria, o arrebatand­o a los clérigos sus sombreros.

Una lucha que continúa y que demuestra el potencial transforma­dor de las reivindica­ciones feministas, que pueden ser el motor de un futuro cambio en Irán. A pesar de las recientes afirmacion­es del régimen de que aumentará la vigilancia y la represión, cientos de miles de mujeres iraníes continúan desafiando las leyes que coartan su libertad. Una lucha que todavía no ha terminado, y al que le quedan todavía muchas batallas. Una reivindica­ción que los tambores de guerra de los ayatolás sobre Israel no serán capaces de silenciar, y que Marjane Satrapi continuará difundiend­o por todo el mundo.฀●

Desde el punto de vista de los derechos humanos, el valor de la mujer en las leyes iraníes es exactament­e la mitad del de los hombres

La represión consiguió detener la revuelta pero no apagar completame­nte el incendio, sobre todo, entre las mujeres iraníes

 ?? Foto: E. P. ?? Un policía iraní vigila en una calle de Teherán que las mujeres utilicen el velo.
Foto: E. P. Un policía iraní vigila en una calle de Teherán que las mujeres utilicen el velo.
 ?? Foto: Efe ?? Marjane Satrapi.
Foto: Efe Marjane Satrapi.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain