Música El eterno legado de Antonio Vega
CONCIERTO DE ANTONIO VEGA
Intérpretes: Espectáculo de homenaje a Antonio Vega. Nacho Campillo, Anni B Sweet, Teo Cardalda, Shuarma y Cira Fernández (voces), Sefo (guitarra), Billy Villegas (bajo), Basilio Martí (teclados), Anye Bao (batería). Fecha: 10/05/2024. Lugar: Teatro Gayarre. Incidencias: Muy buena entrada. l 6 de marzo de 2009, Antonio Vega ofreció su última actuación en Navarra. Fue en el Auditorio de Barañain y comenzó con más de media hora de retraso. El público empezaba a impacientarse y una chica de la organización tuvo que salir a explicar que el artista estaba en el
EChica Sobresalto. camerino, pero le dolía la garganta. Finalmente, a base de oficio, el madrileño pudo sacar adelante una buena actuación. Sería una de las últimas de su vida: pocas semanas después le detectaron un cáncer de pulmón y el 12 de mayo de ese mismo año, falleció. Lejos de olvidarse, su leyenda no ha hecho más que crecer desde entonces a lomos de unas canciones que aguantan bien el paso del tiempo.
A punto de cumplirse el décimo quinto aniversario de su defunción, sus músicos, algunos de los que le acompañaron aquella noche en Barañain y otros que lo hicieron en otras actuaciones, aterrizaron en el Teatro Gayarre con el espectáculo El sitio de mi recreo, homenaje a Antonio Vega. De las voces se encargaron cuatro artistas consagrados: Nacho Campillo (Tam Tam Go!), Anni B Sweet, Shuarma (Elefantes) y Teo Cardalda (Golpes Bajos, Cómplices). Suplir a alguien tan carismático como Vega hubiera sido del todo imposible, por lo que ninguno de ellos lo intentó. Se limitaron a prestar su voz y su manera de cantar al repertorio del homenajeado. En sus interpretaciones se percibía cariño y admiración, no en vano todos ellos habían compartido música y amistad con Antonio. Incluso Anni B Sweet, que por edad quedaría más alejada, mostró una foto junto al madrileño en la última época de este, cuando lucía melena leonina y su rostro era cada vez más afilado. Aunque no estaba anunciada, también contaron con Cira Fernández, que fue corista de Antonio en algunos momentos de su carrera. El concierto comenzó cuando en la parte trasera del escenario se proyectó una foto del añorado artista, lo que arrancó los aplausos del teatro. Los músicos de su banda (“esos chicos”, como los llamaba el propio Vega) afrontaron los primeros acordes de Lucha de gigantes; el viejo himno de Nacha Pop fue interpretado por los cinco cantantes, que se fueron cediendo el turno en las estrofas y compartiendo los estribillos. Después, lo habitual fue una única voz por canción. Todos ellos estuvieron acertados. Anni B Sweet emocionó especialmente en la desnuda Ángel caído. Shuarma, el que tenía la puesta en escena más explosiva de todos (y por tanto, la más distinta de la de Antonio, mucho más estático sobre las tablas), cantó con gusto y supo adaptarse; quizás su mejor momento fue Elixir de juventud. Nacho Campillo aportó la voz más grave y protagonizó otra cumbre emotiva cuando cantó Desordenada habitación mientras a su espalda se proyectaba una foto de Antonio Vega junto a Enrique Urquijo; los dos grabaron una versión orquestada de esta canción en el segundo álbum en solitario de Urquijo, y se da la circunstancia de que Enrique ofreció uno de sus últimos conciertos con Los Secretos en el Teatro Gayarre, hace ahora un cuarto de siglo. Cira Fernández tuvo la enorme responsabilidad de enfrentarse a una de las mejores composiciones del madrileño, A trabajos forzados (la letra es un poema de Antonio Gala), y salió muy bien parada. Y Teo Cardalda puso la nota de humor en una fingida conversación telefónica con Antonio, antes de sentarse al piano para bordar Una décima de segundo (igual que hizo en la grabación de Nacha Pop, en 1984).
Como era de esperar, el cierre del concierto llegó con todos los músicos en el escenario y dos de sus canciones más recordadas: El sitio de mi recreo y La chica de ayer. El público, aplaudiendo, cantando y en pie, se negaba a hablar en pasado de un creador que, como su legado, es eterno.●