Vidarte tiene “la espinita clavada” de no haber podido traer el ‘Guernica’ a Bilbao
El Museo Guggenheim comenzará el 3 de junio a seleccionar la nueva dirección
BILBAO – El director del Museo Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, reconoció que “siempre he tenido clavada la espinita” de no haber logrado traer el Guernica de Picasso de manera “temporal para la inauguración del museo” en el año 1997. “Aquella idea creo que hubiera sido algo extraordinario” en el contexto de la exposición de apertura y “una oportunidad histórica, pero que se frustró por diferentes motivos”, recordó ayer en una comparecencia ante los medios en la que reflexionó sobre su trayectoria al frente del Guggenheim Bilbao, después de que este lunes anunciara que dejará el cargo. Después de “más de 200 exposiciones”, de haber creado “una colección europea extraordinaria”, de que hayan “pasado por aquí las obras de los artistas más importantes del siglo XX y también hasta ahora del siglo XXI”, si se tuviera que quedar con un hito artístico, sería “lo que supuso para la evolución de este museo el encargo a Richard Serra de La materia del tiempo”, reflexionó.
Aquella apuesta por la obra escultórica de enormes dimensiones aportó “un cierto grado de madurez” y “un salto cualitativo” al Museo. Fue una decisión “ambiciosa” para “dar la posibilidad a que la obra maestra de dos genios, uno de la escultura y otro de la arquitectura, se casasen para la historia: Richard Serra y Frank Gehry”, sentenció.
Su momento más duro en estos 30 años como director fue el asesinato del ertzaina José María Aguirre por parte de ETA en la plaza del museo días antes de la inauguración y, por contra, el momento más bonito, “creo que ha sido tener la oportunidad, que considero un privilegio, de haber podido participar en un proyecto desde que era una idea, hasta verlo convertido en una realidad”, afirmó. Al inicio, recordó, tuvo la sensación de haber “sido en este mundo un cierto ‘outsider’”, una persona que no formaba parte del mundo del arte y, sin embargo, ahora es ya “el director más veterano de los directores del museos en el Estado. “Nunca he pretendido ser un experto en el mundo del arte, pero, evidentemente, después de tantos años, algo se te va quedando, pero siempre he tenido claro que mi función no era definir con mis gustos la línea de la institución”, destacó. Según manifestó, “siempre he tenido la inquietud de dedicarme a algo que contribuyera en positivo a mejorar mi país, pero yo no pensaba en un proyecto de esta naturaleza”.
NUEVO DIRECTOR En su opinión, el Guggenheim “está viviendo una situación extraordinaria con el año pasado con récord” en visitantes y, por ello, es “el momento idóneo” para afrontar un cambio que aporte “una mirada distinta, más adecuada a los tiempos, más fresca y actual” y “un relevo generacional”.
El Patronato del Museo ha puesto en marcha un proceso de selección internacional “abierto, basado en los principios de equidad y con transparencia”, que se ha encargado a la empresa alemana Antonia Josten y que se iniciará el próximo 3 de junio para resolverse a mediados del próximo mes de octubre, cuando se conozca al nuevo director general.
Se trata de buscar a alguien con un nivel de cualificación y experiencia profesional “excelente”, pero que aún tenga 10 o 15 años de trayectoria laboral, que hable inglés y “sepa euskera”, aunque este idioma no será “condición imprescindible” o “excluyente” al valorar las candidaturas, aseguró. El director deberá ejercer, además, como “embajador de la ciudad y del país en el mundo”, constató. “Llevo media vida vinculado al Museo y era mi responsabilidad iniciar este proceso de transición hacia su nueva etapa”, dijo Vidarte, que participará en esa selección y continuará vinculado al museo como director emérito, con funciones consultivas. “Es una decisión tomada con la cabeza, pero el corazón me pedía seguir” en el cargo, reconoció. Según insistió, ha sido una “decisión muy pensada” desde que la entidad hizo su vigésimo aniversario en 2017, “y creo que es lo mejor para el Museo”, añadió, “profundamente agradecido” a su equipo y a quienes confiaron en él. Además, opinó que el apoyo a una posible ampliación del Guggenheim en la comarca del Urdaibai “no creo que sea una cuestión determinante a la persona” que dirija el Museo. A su entender, sería “estratégico” para el Museo pero aún no hay un “consenso institucional” para su desarrollo”.