Las ciudades que sí reducen el tráfico de coches en el centro PONTEVEDRA
● Madrid, Barcelona y Pontevedra en España lideran iniciativas para bajar la contaminación, y lo mismo sucede en territorios europeos como Londres, París, Berlín, Roma o Estocolmo
SEVILLA podría seguir el ejemplo de otras ciudades del país y el resto de Europa que han limitado la circulación de coches especialmente en el centro para potenciar el transporte público, hacer más habitable el espacio a los peatones (residentes y no residentes) y reducir la contaminación que genera el tráfico. En la capital andaluza, la zona centro registra la más alta polución, según las estaciones de medición.
En España, las ciudades que han tomado medidas más relevantes son Madrid y Barcelona y, dentro de las pequeñas, Pontevedra.
MADRID
En Madrid, la alcaldesa, Manuela Carmena (Ahora Madrid), aplicará en todo el distrito Centro, desde noviembre de este año, el Área de Prioridad Residencial (APR), donde los conductores ya no podrán circular libremente. Un sistema de cámaras leerá las matrículas para detectar a los infractores, como sucedía en Sevilla con el Plan Centro de 20102011 que derogó Zoido. Sólo pueden entrar en estas áreas residentes, servicios públicos, taxis, vehículos compartidos ( carsharing), transporte público, motos, bicis, vehículos que se dirijan a un parking o metan el coche en un hotel y los que no contaminen.
A ello se suma la enorme red de Metro madrileña y sus transportes públicos envidiables.
BARCELONA
En Barcelona, la alcaldesa, Ada Colau (Barcelona en Comú), aplica medidas contra la contaminación en la zona calificada como de bajas emisiones de la ciudad. Estas zonas incluyen todo el municipio de Barcelona, excepto las Rondas, la Zona Franca y el barrio de Vallvidrera y las Planas. L’Hospitalet de Llobregat también entra dentro y parte del resto de municipios que limitan con las Rondas: Esplugas, Cornellá y Sant Adrià del Besós.
Los días con episodios de alta polución se restringe la circulación a los vehículos contaminantes (sin etiqueta DGT). A finales de 2019, los vehículos con más de 20 años de antigüedad no podrán circular de forma regular en estas zonas.
Además, en los barrios se han abierto amplias zonas peatonales, las Supermanzanas, que se llenan de niños jugando, de familias y de actividad.
A la red de Metro y Cercanías (Rodalíes) se ha sumado un sistema que compite en superficie con el coche: la Red Ortogonal de Autobuses (ver infografía adjunta). Son 28 líneas que circulan en línea recta (horizontal, vertical y en diagonal) aprovechando la estructura de las calles del ensanche barcelonés. La ciudad se ha dividido en cuadrículas y a partir de ahí se han diseñado los recorridos. El resultado es un servicio eficiente y rápido gracias también a carriles bus por donde circulan autobuses articulados. La iniciativa ha sido acogida con éxito entre los ciudadanos. Esa nueva Red Ortogonal de Autobuses tiene una frecuencia de paso de entre 5 y 8 minutos en días laborables entre las 7:00 y las 21:00.
Hay otras 43 líneas convencionales (que no han sido sustituidas por la nueva red) y 27 líneas de proximidad (buses de barrio). En ciudades más pequeñas, Pontevedra es el paraíso del peatón, sin atropellos y una de las menos contaminadas del mundo, una hazaña que le ha reportado cuantiosos premios. El alcalde, Miguel Ánxo Fernández (BNG), empezó a transformarla en 1999, venció la resistencia de los comerciantes y hoy el centro es un oasis peatonal lleno de vida. Los aparcamientos para los coches son gratuitos y están fuera del centro.
En Pontevedra, una de sus señas de identidad son los caminos seguros por donde los escolares van al colegio a pie, como antaño. Hoy por hoy más de medio millar de escolares van caminando a clase solos, sin necesidad de que los acompañen sus padres.
EN EL RESTO DE EUROPA
En toda Europa, los expertos cifran en más de 200 las ciudades que aplican medidas para reducir la contaminación del tráfico, entre ellas Estocolmo, Oslo, Londres (hay que pagar para entrar al centro en horario laboral de lunes a viernes), París, Roma, Bolonia y varias ciudades de Italia limitan el tráfico en el centro; Berlín, Friburgo (referente mundial en movilidad sostenible), Bremen o Amsterdam, por citar algunos ejemplos más relevantes.