Andalucía no cumple el objetivo de empleo español para 2020 y sigue lejos de Europa
● La tasa de empleo está en el 56,3% en la región y el reto es alcanzar el 74% en dos años ● Expertos defienden la necesidad de crear más empresas para crecer
La tasa de empleo mide el porcentaje de personas entre 20 y 64 años que están trabajando. Andalucía está lejos de la media española y a años luz de la media de la Unión Europea de 28 miembros. La comunidad cerró el 2017 con una tasa de empleo del 56,3%, mientras que la española estaba en el 65,5% y la europea de 28 en el 72,2%, según el Sistema de Indicadores Europa 2020 para Andalucía publicado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía. Dicho de otra forma, en esta región apenas trabajan algo más de la mitad de las personas que tienen edad para hacerlo y eso supone una dura carga para cualquier economía, máxime en una en la que hay numerosas prestaciones públicas y una sanidad o una educación gratuitas. La Estrategia Europa 2020 definida por la Unión Europea marcaba como reto que España tuviera una tasa de empleo del 74% en 2020 y que la de la UE28 fuera del 75%. España lo va a tener difícil porque debería crecer 10 puntos en apenas dos años, mientras que Andalucía lo tiene directamente imposible.
No se trata de ser agorero ni de minusvalorar las posibilidades del mercado laboral andaluz, sino simplemente ver la evolución histórica. El Instituto de Estadística Andaluz ofrece datos desde 1992 y ha habido ciertos vaivenes tras atravesar en ese periodo dos importantes crisis económicas. En 1992 la tasa de empleo andaluza estaba en el 44,1% y un cuarto de siglo después llega al 56,3%, apenas doce puntos más. En el camino se tocó fondo en la crisis de 1993, con un 41%, y se llegó al techo en 2007, con los últimos coletazos del boom inmobiliario, con el 62%. Es, por tanto, altamente improbable –por utilizar un término optimista– que Andalucía vaya a incrementar 18 puntos su tasa de empleo en dos años.
La Unión Europea ha anunciado que Andalucía vuelve al furgón de cola de la economía europea y no es difícil saber por qué si se analiza la tasa de empleo de otros países de nuestro entorno. En 2017, por ejemplo, la tasa de empleo en la República Checa era del 78%, en Ale- mania del 79%, en Irlanda del 73%, en Francia del 71%, en Suecia del 82%, o en Reino Unido del 78%. Andalucía tiene incluso una tasa de empleo menor que la de un país que lleva años en bancarrota como Grecia.
Esta tasa de empleo hace referencia a la cantidad total. Si se estudian los datos por sexos se observa claramente que la situación de la mujer es paupérri- ma. La tasa de empleo de los hombres en la comunidad el año pasado era del 63%, una cantidad también más baja que la del resto de Europa pero medio aceptable. Sin embargo, la tasa de empleo femenina es del 48% y casi hay que dar las gracias porque entre 1992 y 1998 estuvo por debajo del 30% y no llegó a superar la barrera del 40% hasta 2004.
¿Por qué Andalucía está siempre por debajo del resto de España y de Europa tras recibir más de 100.000 millones de euros en ayudas europeas? Joaquín Aurioles, profesor del departamento de Teoría e Historia Económica de la Universidad de Málaga, asegura que “nuestra tasa de empleo es baja porque el tamaño de nuestra economía es muy pequeño y para que la tasa de empleo pudiera acercarse a la media española o europea la economía tendría que ser más grande y para ello tendría que haber más empresas”. No obstante, Aurioles señala que hay que profundizar más en una serie de aspectos políticos y sociales que dificultan que Andalucía consiga salir del pozo. “Tenemos un sistema que permite que la gente que no tenga em- pleo pueda cubrir todas sus necesidades básicas con ayudas públicas. Tener una tasa de empleo como la andaluza debería ser dramático y la gente podría emigrar a buscar oportunidades de empleo en otros lugares, pero como se vive, aunque no sea en condiciones óptimas, gracias a las ayudas sociales la gente no se mueve”, subraya este experto, quien argumenta que “tenemos un paro político y consentido porque los políticos no quieren que la gente tenga que emigrar”. “Las ayudas públicas nos permiten evitar la emigración, pero nos condenan a estar siempre atrasados y con unas tasas de paro altas”, sentencia Aurioles.
Al margen de las políticas sociales, este economista opina que se deberían poner sobre la mesa políticas económicas que permitan generar más puestos de trabajo y agrandar el tamaño de la economía regional. “Tenemos una economía pequeña porque hay menos empresas y el nivel de productividad es más bajo. Si no podemos competir en productividad se puede hacer vía salarios, rebajando impuestos a las empresas –algo que en Andalucía se hace exactamente lo contrario– o mejorar la apuesta por la tecnología”, comenta Aurioles. Por otra parte, este experto considera que hay que dar más ayuda a las personas con poca formación, mayores de 45 años y parados de larga duración porque sus expectativas de encontrar un empleo son bajas. “Los jóvenes están consiguiendo empleo, con precariedad salarial y sin
Joaquín Aurioles
Economista Las ayudas públicas evitan la emigración, pero nos condenan a estar siempre atrasados”
Natalia Sánchez
Vicepresidenta CEM Hay que potenciar sectores intensivos en empleo y favorecer la creación de empresas”
Juan Antonio Perles
CCOO Málaga Se produce más con menos personas y peores condiciones de trabajo”
estabilidad, pero hay segmentos como los mayores de 45 años que están abandonados”, asegura.
Las fórmulas de Natalia Sánchez, vicepresidenta de la Confederación de Empresarios de Málaga, para elevar la tasa de empleo son “incidir en la formación y la cualificación de la población activa, potenciar los sectores intensivos en empleo, combatir la estacionalidad, trabajar en políticas activas de empleo que fomenten el aumento de la empleabilidad, y favorecer la creación de nuevas empresas y el crecimiento y consolidación de las existentes”. Esta experta condiciona la tasa de empleo al continuo aumento de la población activa –personas en edad de trabajar que quieren hacerlo– y al “efecto llamada que sobre muchas personas tiene la cifra de crecimiento de nuestro PIB y el dinamismo y la proyección de su actividad económica”.
Los representantes sindicales tienen claro que “hay que cambiar las reglas”. De hecho, ese fue el lema de las movilizaciones en conmemoración de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente que se celebró el 8 de octubre y que provocó una concentración de delegados sindicales. “Nos encontramos en un contexto difícil de entender porque se produce más con menos personas y peores condicio- nes de trabajo, lo que aumenta los beneficios empresariales, la siniestralidad y la desigualdad”, afirma Juan Antonio Perles, secretario de Acción Sindical y Medio Ambiente de CCOO en Málaga. El secretario general de CCOO en esya provincia, Fernando M. Cubillo, denuncia la “arquitectura laboral” de la reforma del PP y aboga por pasar a un “enriquecimiento sostenible”.
A Andalucía aún l e queda mucho camino por delante para tener una tasa de empleo que pueda ser comparable al resto de Europa y deje de ser considerada una zona baja en recursos. La región tiene condiciones favorables para crecer en muchos aspectos como el turismo, la agricultura o la industria, pero hay que dar con la tecla y acertar.
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