Fuera, pero también dentro de la piscina
Ni en el waterpolo ni tampoco en otros deportes es habitual encontrar a un tipo menor de 30 años dirigiendo a un primer equipo. Daniel García Márquez (1991, Sevilla) lo hace con 27 en el Waterpolo Sevilla, un club al que lleva vinculado desde niño. Él, que entonces practicaba natación, descubrió esa ventana a través de su hermano Pablo.
“Llevo 18 años en el club. He ido pasando por todas las categorías y hubo un momento en el que me
Éste es un trabajo que siempre te pide más. Siempre hay algo más que buscar, un aprendizaje más”
ofrecieron compaginar las dos facetas: la de jugador y la de entrenador”, explica Daniel. Esa segunda labor la desempeñaba, eso sí, en categorías inferiores, pero llegado un momento, decidió dedicarse exclusivamente a participar desde fuera de la piscina. “Es una vivencia diferente”.
Aunque para Daniel “no fue fácil” poner punto y final a su carrera como jugador, entendió que sus ambiciones lo empujaban hacia otro rol. “Cuando empiezas a madurar, empiezas a ver lo que es el deporte realmente”, expresa. Empezó con “los más chicos” y después de muchos años en la cantera, dio el salto al banquillo del primer equipo a mediados de la campaña pasada. En él sustituyó a Javier Tomillo, que ahora le echa una mano desde el puesto de segundo entrenador.
El de técnico es un puesto siempre aparatoso, con sus requisitos y sus momentos de presión, pero esa dificultad es adrenalina desde la óptica de Daniel. “Éste es un trabajo que siempre pide más. Nunca te puedes quedar parado, porque siempre hay algo más que buscar, un objetivo más, un aprendizaje más… Eso es lo que me tiene enganchado y lo que me da esa motivación”, sostiene.
La liga de Primera Nacional, la categoría en la que milita el Waterpolo Sevilla, comienza el próximo fin de semana. Y en el librillo del joven míster hay un sacramento por encima de los demás: el de la constancia. Daniel considera fundamental que el grupo trabaje con el mismo nivel de intensidad durante los siete meses de competición, sobre todo por la amplitud de su plantilla.
“Ahora mismo tenemos 17 ó18 jugadores en el primer equipo. Y a veces es complicado conseguir que tantas personas vayan a un objetivo común y todo el mundo trabaje. Es un giro que queríamos dar en el club. Y parece que la gente está recibiéndolo”, valora el entrenador, que afronta el inicio de liga con “mucha ilusión”.
El equipo hispalense arranca el campeonato el próximo sábado ante el Waterpolo Dos Hermanas, al que ya se enfrentó el pasado 7 de octubre en la Copa Andalucía. Aunque cayeron derrotados ante los nazarenos, Daniel asegura que fue una experiencia positiva para “seguir preparando lo que importa, que es la liga”.
Después de siete campañas entrenando en categorías inferiores, ésta será la primera en que empiece dirigiendo al equipo sénior. Pe-
ro no es el único que recibe la temporada con entusiasmo. Sus jugadores también lo hacen. “Ellos están ya con ganas de empezar, porque ha sido una pretemporada dura y larga. Queremos entrar ya en competición y empezar con buen pie”, comenta Daniel.
A él se le intuye confianza en sus pupilos. “Es un grupo joven, pero experimentado. Un grupo que lleva muchos partidos en Primera Nacional”, advierte sobre la corta edad de los suyos. Y es que Daniel
no toma la juventud como un hándicap, sino como todo lo contrario. “Esas ganas, ese desparpajo y ese dinamismo, los tenemos”, dice a seis días del debut liguero ante el Dos Hermanas.
Además del apoyo de Javier Tomillo, Daniel cuenta en todos los entrenos con Tano Ordóñez a pie de piscina, pues repartir tareas es clave. Una temporada que se presenta vibrante para un entrenador que es fiel defensor del “partido a partido”.