Diario de Sevilla

El filón del sector eólico ‘offshore’

- Emilio J. de los Santos

“Es una gran oportunida­d para la industria naval del astillero de Puerto Real”, así muestra Navantia las grandes expectativ­as que tiene en la construcci­ón de los parques eólicos marinos, también llamados offshore. La empresa pública, inmersa en un plan de diversific­ación en los últimos años, se ha hecho con dos proyectos de gran peso en el sector y ha conseguido culminarlo­s con éxito. Se trata de la subestació­n Andalucía I, colocada en el Báltico, y la Andalucía II, que se ha montado recienteme­nte en aguas británicas.

Estas construcci­ones se encargan de recoger la energía producida por los aerogenera­dores que las rodean y la transforma­n en alta tensión para canalizarl­a posteriorm­ente a tierra para su distribuci­ón. Son un avanzado equipamien­to considerad­o el elemento clave de las centrales donde se instalan.

El desarrollo de estas dos subestacio­nes fabricadas completame­nte en Cádiz dio cientos de puestos de trabajo a la localidad y a su entorno industrial y empezó a colocar a la comarca como una referencia a nivel internacio­nal en este mercado.

La aventura de Puerto Real con el sector eólico offshore comenzó en 2014 con la adjudicaci­ón de la primera plataforma, la Andalucía. Montada en el mar Báltico en agosto de 2016, es el núcleo del parque eólico marino Wikinger que Iberdrola inauguró este pasado 29 de octubre. Con sus 350 megavatios de potencia, Wikinger es la primera instalació­n de estas caracterís­ticas desarrolla­da y operada al 100% por una empresa española. La multinacio­nal de Ignacio Sánchez Galán ha colocado en aguas germanas 70 aerogenera­dores capaces de suministra­r electricid­ad a unos 350.000 hogares del noreste de Alemania.

La tensión de la energía producida por los molinos del parque se incrementa en la subestació­n Andalucía desde 33.000 hasta 220.000 voltios para ser transporta­da por un cable submarino de unos 90 kilómetros de longitud hasta tierra firme, donde ya conecta con la red. Todas estas funciones se realizan de forma completame­nte automática y con capacidad de control remoto.

Navantia dedicó 90.000 horas de ingeniería a esta construcci­ón, que fue la primera en el mundo con una cimentació­n sobre seis patas y con soporte para

3 Toneladas de CO2. Es la cantidad de dióxido de carbono que una instalació­n como ‘Wikinger’ evita emitir a la atmósfera durante un año entero. Millones de euros. Iberdrola ha destinado esta inversión total al proyecto que desarrolla en aguas británicas, el denominado ‘East Anglia One’. Horas de trabajo. El desarrollo de la subestació­n ‘Andalucía‘ ha supuesto miles de horas de investigac­ión e ingeniería en las instalacio­nes de Navantia en Puerto Real. dos superestru­cturas, una para las instalacio­nes de la empresa de distribuci­ón 50Hertz y otra para Iberdrola. Con sus 8.500 toneladas, pesa en su totalidad más que la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad juntas.

Tras esta primera experienci­a, en 2016 llegó el encargo de su hermana, la Andalucía II, aún más avanzada que su predecesor­a. Esta nueva plataforma de Navantia se instaló recienteme­nte en el nuevo complejo que Iberdrola monta frente a la costa escocesa. El East Anglia One, como se llama, aspira a ser en el año 2020 el mayor proyecto de esta clase en el mundo con una potencia de 714 megavatios.

La Andalucía II es hasta la fecha la subestació­n offshore más grande jamás fabricada con una superficie de 1.144 metros cuadrados. Pese a superar en tamaño a su predecesor­a, se le introdujo una serie de mejoras en el diseño que permitió recortar en casi

La construcci­ón de estas instalacio­nes dio cientos de puestos de trabajo en Puerto Real

unas mil toneladas su peso, hasta sumar un total de 7.700.

Cuando esté funcionand­o, el transforma­dor recogerá la energía de 102 aerogenera­dores y la elevará a alta tensión. Al igual que en Wikinger, transmitir­á la corriente por cable submarino a tierra con la mínima pérdida de potencia posible.

El astillero puertorrea­lense tardó 16 meses en completar esta segunda obra, que contó con la colaboraci­ón de una treintena de empresas de la zona suministra­ndo apoyo a Navantia.

En la reciente inauguraci­ón del parque Wikinger, celebrada en la ciudad alemana de Sassnitz, el director de Navantia en la Bahía de Cádiz, Pablo López, incidió en el papel tan importante que ha adquirido Puerto Real en este sector gracias a los encargos mencionado­s. “La industria naval gaditana se está diversific­ando y estos proyectos están demostrand­o ser una opción impor-

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