Quincy Promes ansía destapar el tarro

Si hay un futbolista entre los integrantes de ese equipo B que mantiene abierto un gran caño de esperanza es Quincy Promes. El delantero holandés, que acaba de recibir de nuevo la cita con su selección para dos platos fortísimos de la Liga de Naciones, en Rotterdam ante Francia (16 de noviembre) y en Gelsenkirchen con Alemania (19 de noviembre), está deseoso de destapar completamente el tarro de las esencias. De momento está dejando pinceladas... y ganas. En Akhisar fue el artífice de una gran jugada que significó el 0-2 de Muriel. Lo agarraron, pero perseveró. “Quería marcar, es instintivo, no soy un futbolista que se tira al suelo dentro del área cuando puedo marcar. Se puede decir, como dice usted, que llevo el gol en la sangre”, comentaba antes de tomar el vuelo a Sevilla.

Por ahora ha tenido quince apariciones y ha marcado sólo un gol con el Sevilla. Pero quiere no sólo marcar, sino ofrecer su juego de desborde en ataque. “Mientras más tardan en llegar los goles, más sé que llegarán. Estoy intentando encontrar mi espacio en el equipo, no me preocupan los goles. Trato de jugar lo máximo posible y sé que aportaré”.

Es paradójico el nervio que a veces muestra en el campo con la tranquilidad y la confianza que destilan sus palabras. “Todo es nuevo para mí. Sé que la gente espera mucho de mí porque saben quién soy. Cuando llegué a Rusia tampoco me salieron las cosas de inicio”, comenta el ex jugador del Spartak de Moscú. Allí marcó 66 goles en 135 partidos. Sorprende que se ponga ese listón: “Nunca pensé que podía hacer tantos goles en Rusia. Es difícil, pero intentaré marcar los mismos”.