Rostros de lo humano y lo divino
performers con la que reivindica la contribución del colectivo a un mundo más habitable, sofisticado, culto, comprometido, plural y divertido, sin dejar de atender a las dificultades vitales del camino y a la crueldad sufrida: “Si hay una letras en las siglas LGTBQ+ que permanece en un nivel de ostracismo social, marginación, pobreza, altos niveles de agresión, asesinato y suicidio (por poner lo primero que me viene a la cabeza, pero podría seguir unas cuantas líneas más), esa es la T de trans”.
El libro arranca con la historia personal de su autora en el contexto cultural y político que le tocó vivir, y su biografía acaba mutándose con el tiempo y los personajes que van componiendo este puzle que esconde el posible dibujo de la libertad con todas las grietas y cicatrices de cada pieza aquí expuesta.
Este trabajo puede entenderse como una enciclopedia del colectivo, como novela autobiográfica, como libro de arte, como tratado de nuestra historia reciente o como trabajo divulgativo contra el bullying, y en todas estas posibilidades sentimos el magnetismo de su autora, ya sea hablando de sus años en el colegio, de Franco o de Rocío Jurado. En el prólogo, el filósofo Paul B. Preciado avanza que esta propuesta es “un himno afectivo y político a aquellos que supieron, inventando estrategias de resistencia a la norma, arrancarse la máscara y construirse un rostro”.
Y hablando de máscaras y de rostros divinos, la escritora e ilus- tradora acude inevitablemente a David Bowie. El año que nació Roberta Marrero, el artista británico publicaba su legendario álbum The Rise and Fall of Ziggy Stardust & The Spiders from Mars. Aquel verano, el 6 de julio, imaginamos que con Marrero dándose sus primeros baños como bebé en las playas de Las Palmas, Bowie apareció travestido en el programa de la BBC Top of the Pops interpretando Starman. Cuatro millones de ingleses en shock estaban viendo esa noche por la tele a un alienígena con plataformas. A partir de aquel día el siglo XX cambió para siempre, y con él todos esos espectadores que enten-
soy feminista porque tengo un hijo hermoso y un marido precioso o no soy feminista y nunca lo seré. Mujeres ingratas que parecen olvidar que, independientemente de que sean feministas o no, hoy pueden votar, abortar o coger un avión sin el permiso de un hombre gracias al feminismo”.
Esta obra es válida tanto para el mentecato que dice que él, ni feminista ni machista (es decir, machista), como para la persona que busca su identidad y necesita referentes y apoyos para salir ahí fuera, o para la más avanzada que busca profundizar en teorías de género e igualdad. En definitiva, un libro necesario que va más allá de la literatura y construye sociedad e humanismo, futuro de ahora.