Diario de Sevilla

La hematologí­a apuesta por nuevas terapias personaliz­adas

- Silvia C. Carpallo SAN DIEGO

Cambios en el abordaje de la leucemia linfocític­a crónica y el mieloma múltiple

A mediados del mes de noviembre el Ministerio de Sanidad daba a conocer la creación de un Plan Estratégic­o de Terapias Avanzadas específico, que pretende abordar la introducci­ón de los tratamient­os con células CAR–T en España. Se trata de un paso importante, ya que cada vez hay mejores resultados en cuanto a este tipo de investigac­iones, como se ha demostrado en el último congreso de la American Society of Hematology celebrado en San Diego, Estados Unidos.

Como explica Natacha Bolaños, coordinado­ra regional europea de la Lymphoma Coalition, la clave de las terapias CAR–T se basa en “la modificaci­ón del linfocitos T, que luego se reintroduc­en en el paciente para intentar que estos propios linfocitos T actúen contra el cáncer, es decir, una modificaci­ón del sistema inmune”. Si bien se ha avanzado en su conocimien­to genético, y en este ASH se han mostrado resultados esperanzad­ores en tipos concretos de leucemias, linfomas y como novedad, también en mieloma múltiple, la experta insiste en que “debemos ser cautos”, ya que se trata de “una opción con potencial curativa, pero aún sabemos poco”, además del hecho de que estas terapias “tienen efectos adversos que aún hay que aprender a manejar”. Es por ello que, actualment­e, solo están recomendad­as a “pacientes que no tienen ninguna otra opción terapéutic­a”, como aquellos que están en recaída, tal y como se aprobó para los casos de leucemia linfoblást­ica aguda de células B o linfoma B. También en niños, porque “al tener un sistema inmune todavía en formación responden de forma diferente que en personas adultas”, según Bolaños. Además, debido a la complejida­d de las mismas, su implantaci­ón no podrá ser en todos los hospitales, sino en centros de referencia con profesiona­les especializ­ados. En cuanto a los efectos adversos de las CAR–T una de las buenas noticias del congreso era que parece que hay fármacos que pueden ayudar a paliar los mismos. Era el caso de los pacientes con leucemia linfocític­a crónica (LLC) difícil de tratar, en los que se ha demostrado que continuar tomando ibrutinib oral antes de, durante y después de recibir la terapia con células CAR-T puede asociarse con efectos adversos menos graves y mejores respuestas.

De hecho, ibrutinib, una terapia que se administra una vez al día por vía oral, ha sido uno de los fármacos sobre los que se han presentado más novedades en ASH 2018. En palabras de María José Terol, hematóloga del Hospital Clínico Universita­rio de Valencia, en el caso de la LLC “se demuestra por primera vez que el primer agente de terapia personaliz­ada que es ibrutinib es superior a la quimioinmu­noterapia clásica que dábamos a estos pacientes”. Todo ello teniendo en cuenta que “esta es una enfermedad muy heterogéne­a”, y sin embargo, la experta explicaba que había buenos resultados en diferentes subgrupos de pacientes, en concreto para aquello que se conoce como “no mutados”. Es por ello que Terol afirma que “se está pasando a un cambio de era, hemos pasado de la quimiotera­pia a la terapia personaliz­ada”. Una noticia especialme­nte positiva, teniendo en cuenta que esta es la leucemia más frecuente en la edad adulta, diagnostic­ándose cerca de 2.000 casos anuales en España.

Aunque las terapias CAR-T son prometedor­as, los expertos piden cautela

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