Diario de Sevilla

“Hay un Chinarro que quiero borrar de la historia: perdí demasiadas oportunida­des”

- Francisco Camero SEVILLA

Nos atiende por teléfono Antonio Luque (Sevilla, 1970) desde Cornellá. Ha llegado allí desde Málaga, siguiendo a su nueva pareja, y ya de paso, apunta con su retranca innegociab­le, aprovecha para “ver la guerra desde sus orígenes”. Se refiere, claro, a las renovadas fiebres nacionalis­tas. “Nada que no se viera venir. Mis canciones tienen un punto oracular, ya en Menos samba me vestí en la portada con atuendo de guerra. El español, que es más cruel que gracioso, está siempre preparado para eso... Como la gente se deja manipular con tanta facilidad, aquí se han repartido las banderitas, como los petos cuando llevo yo a mi niño al futbito: la cubana amarilla para Cataluña y la de Españiiiii­ia para los demás. Y venga, a darse hostias. Pero, ¡eh!, la pelota es siempre de los mismos”.

No han pasado siete meses desde que publicó su último trabajo, Asunción. Pero vuelve ahora con otro álbum, esta vez una recopilaci­ón a modo de compendio de su andadura hasta la fecha que ha titulado Colección permanente. “En septiembre se cumplieron 25 años de Pequeño circo [un emblemátic­o EP del primer indie español que dio título, de hecho, a un sonado libro sobre el nacimiento y la evolución de aquella escena] y, oye, por qué no. Todos los grupos celebran cosas. Algunos incluso, estando separados, se vuelven a unir aunque sea para hacer una gira. Yo no he hecho eso, ni he contratado a muchos payasos ni comprado mucho confeti, y tampoco tengo un Jaguar en el garaje, pero un poquito de feliz cumpleaños sí, ¿no?”.

–De manera más o menos consciente, toda mirada retrospect­iva implica un ejercicio de balance, una reflexión sobre el trabajo realizado. ¿Alguna nueva conclusión al respecto?

–Bueno, no me ha hecho falta hacer el recopilato­rio para eso, y realmente tampoco soy mucho de hacer balances... Entre otras cosas porque no he parado. No he hecho nunca mil conciertos al año, pero no he parado, y cada vez que haces un setlist eso lo ves: cuántas del nuevo, cuáles en este disco estuvieron acertadas, cuáles de aquel otro no gustaron a la gente tanto no sé por qué... Ese balance yo lo hago cada día, en cada concierto, porque luego tienes que cantar todo eso y creértelo, de lo contrario esa hora y media se te puede hacer eterna... Claramente hay dos Chinarros, antes y después de El fuego amigo. Pero en realidad podría dividirse en más, porque antes de ese disco, con El porqué de mis peinados o Noséqué-Nosécuánto­s, rozamos también mucho el pop, fueron proyectos más comerciale­s y de hecho en aquellos finales de los 90 tocamos más que nunca. –Entonces hace suya completame­nte esa línea divisoria que tanto debate generó entre sus seguidores en su momento: el oscuro y críptico, y luego el que abrazó la claridad y una mayor ligereza a partir de ese disco... –Claro, y sin ningún pudor. Con El fuego amigo yo no tenía trabajo y además iba a ser padre, y me dije que tenía que hacer letras más comprensib­les. A Jota [de Los Planetas, productor de El fuego amigo], le dije lo mismo: que teníamos que hacer una cosa más estándar, si quieres, me da igual llamarlo así porque no tiene nada de malo, es una cuestión estadístic­a. O compraba más gente el disco y venía más público a los conciertos, o la ruina que se me avecinaba era grande.

–¿Tiene alguna espinita clavada? ¿Alguna canción, algún disco entero que a su juicio hubiera merecido mejor fortuna, más cariño por parte del público? –Parece que los dos últimos ya no funcionan tan bien como El fuego amigo o El mundo según, claramente. Pero no sabe uno si es por los discos en sí o porque ya la gente dice otro disco de este tío, qué pesado. El público quiere novedades. Por aburrimien­to, llegado el momento la gente es capaz hasta de matar a su vecino. Los que tienen que hacer promo del sello también me lo dicen: es que los medios me dicen ‘¿otro del Chinarro?’. Aunque sea bueno el disco, ¿sabes? Da igual. Novedad, novedad, novedad... Coño, que me lo dicen hasta compañeros del grupo. El otro día uno de los músicos me decía: es que ahora hay que hacer algo para llamar la atención.

Todo esto se veía venir. El español, que es más cruel que gracioso, está siempre preparado para darse hostias”

Ahora todo tiene que ser novedad, novedad, novedad... La gente, por aburrimien­to, es capaz de matar a su vecino”

–El en el que maniobra usted ahora no tiene nada que ver

 ?? JORDI SANTOS ?? Antonio Luque (Sevilla, 1970), el hombre tras Sr. Chinarro, en una imagen promociona­l de su último álbum.
JORDI SANTOS Antonio Luque (Sevilla, 1970), el hombre tras Sr. Chinarro, en una imagen promociona­l de su último álbum.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain