El Cristo de la Buena Muerte vuelve a la Universidad tras su restauración
Pedro Manzano ha tratado la imagen de Mesa los últimos 124 días Los puntos de contacto con la cruz se han mejorado
El Cristo de la Buena Muerte, titular de la Hermandad de los Estudiantes, fue repuesto ayer al culto en la capilla universitaria tras ser restaurado durante los últimos 124 días por Pedro Manzano. El cabildo de hermanos y la Comisión de Patrimonio Histórico dieron el pasado mes de marzo el visto bueno a esta “actuación conservativa”. La portentosa imagen tallada por Juan de Mesa fue retirada del culto en septiembre y trasladada al estudio del restaurador, donde ha sido tratada de diversas afecciones.
El restaurador Pedro Manzano realizó en 2017 un informe diagnóstico sobre el estado de conservación del Crucificado, que incluyó un estudio mediante imágenes médicas (TAC y tomas radiográficas). La Universidad de Sevilla solicitó a la Comisión Provincial de Patrimonio el corres- pondiente permiso de intervención, que incluía la revisión de los ensambles, consolidación y cierre de fisuras; consolidación y la valoración del estado de conservación de los elementos metálicos así como de su función en la actualidad con el fin de determinar su posible extracción y sustitución por espigas de madera.
Los análisis realizados al Crucificado han permitido observar que la tensión que soportaba el brazo izquierdo era superior a la de las demás extremidades debido a un problema en el apoyo de la mano sobre el patíbulo. Esto había generado algunas fisuras en la policromía.
Para conseguir un apoyo firme de los dorsos de las manos sobre la cruz se han insertado dos piezas de madera en las zonas de contacto. Posteriormente, se han tallado en forma de nudos e integrado cromáticamente con la cruz. De ese modo, los puntos de contacto de la imagen con la cruz se han mejorado sustancialmente.
También se ha practicado una limpieza “de carácter menor”, que se ha restringido a la suciedad depositada en superficie desde la última restauración, que tuvo lugar en 1995. Se ha utilizado un disolvente suave aplicado en hisopos de algodón, que ha permitido retirar las sustancias que se han ido depositando sobre la superficie de la policromía con el paso de los por un yeso fino, impurificado de manera natural con arcillas y con cloruro de sodio y blanco de plomo añadidos a concentraciones muy bajas. Sobre la preparación aparecen capas de color al óleo, en el caso de la carnación, y al temple, en el paño de pureza. En la muestra de carnación predomina el aceite de linaza. En la muestra de paño de pureza aparece una mezcla de cola animal (de la preparación) y huevo (de la capa pictórica original).
También se identifican en el paño de pureza tres repolicromías, todas ellas ricas en blanco de plomo y al óleo. En la superior aparece sulfato de bario, lo que indica que se realizó a partir del siglo XVIII. La característica principal de la policromía original en ambos casos es la fina molienda de los pigmentos. En la superficie se ha identificado un barniz de tipo acrílico.