Airbus amplía en Puerto Real la línea de timones del A320
Suma nueve operarios y reutiliza una de las máquinas de montaje del A380 para hacer seis timones diarios en vez de cuatro
La factoría de Airbus Puerto Real entregará a partir de ahora seis timones diarios para el modelo A320. Eso supone dar salida a las piezas necesarias para tres aviones al día. Este nuevo hito logrado por la planta puertorrealeña se produce gracias a la ampliación de la línea de producción de estos elementos (timones) que, hasta ahora, lograban sacar cuatro timones cada día (dos aviones). Sin embargo, el hecho de que este modelo sea actualmente el que mayor número de pedidos tiene dentro de Airbus llevó a los responsables de la factoría de Puerto Real a tomar esta decisión.
Técnicamente, como explica Alberto Álvarez, responsable de ingeniería y fabricación en la planta, “se ha ampliado físicamente la línea de los timones del A320 para absorber más carga de trabajo. La ampliación es física, porque hemos reutilizado una de las máquinas que se usaban en el A380”. En este sentido, Álvarez señala que la flexibilidad ha sido una de las claves en este proceso. “Ahora tenemos el sistema de transporte que amplía el camino, el carrusel se abre y utilizamos dos máquinas en paralelo, y aumenta la capacidad”.
El departamento de Ingeniería comenzó a preparar el cambio tras el verano, pero la obra física en el interior comenzó el pasado 5 de diciembre y finalizó tras las vacaciones de Navidad. Ahora, con esta nueva capacidad, el objetivo de Puerto Real es lograr la fabricación de todos los elementos que componen el timón del A320. “Esto nos hace ampliar aún más la capacidad de esta línea que era piloto y aumenta mucho las expectativas de este producto de alta cadencia”. Incluso, añade Álvarez, “hemos logrado la A de calidad por la forma de gestionarlo; de esta manera somos más competitivos y podremos hacer que los precios que ofertamos sean más baratos”.
Víctor Campoy es mando de producción del área del A320. Explica que modificaron “toda la línea automática en la parte de arriba”, incluyeron “dos tríceps más para poder llevar a cabo las entregas, que son dos más diarias, y modificar el sistema de trabajo. Producíamos de una manera y las operaciones y secuencias las hemos cambiado y las hemos adaptado a las necesidades de producción actuales”.
Pablo Sánchez, industrial de la línea de timones del A320, asegura que desde el pasado día 8 están “poniendo a punto la línea para sacar adelante los 6 timones diarios”. Es más, al contrario de lo que pudiera parecer el hecho de automatizar una línea de montaje: se han incorporado 9 personas adicionales a las 26 que ya tenía esta línea. Asegura Sánchez que “el A320 no es el modelo de avión que más hora de trabajo tiene, no es el que más operarios absorbe, pero sí es el programa con mayor cadencia de productos a futuro.
LA aritmética negociadora que impera en las semanas que suceden a cualesquiera elecciones es un mal necesario de la democracia. Sin embargo, resulta del todo descorazonador que los partidos intercambien estampitas sustanciales con estampitas formales. Que el perfume pese más que la salud. Que lo formal y epidérmico sea más definitivo que lo que en realidad afecta a la vida diaria de las personas, a su futura pensión, al empleo de los jóvenes de los que depende su futuro y el de los propios pensionistas, a la carga tributaria de unos y otros; a la política, en suma. Las cosas de verdad –¿cabe discutir cuáles son esas cuestiones?– se ven arrinconadas por las de mentira. Resulta alucinante que un partido. Vox, que decide si se conforma un Gobierno de una comunidad autónoma de más de ocho millones de habitantes sostenga que los que pegan y hasta matan a sus parejas no son los hombres. Que los que reciben las leches y las puñaladas no sean necesariamente las mujeres. Pero esto no es más que superficial. Nadie parece mirar al credo de este partido tenido por fascista y de ultraderecha que en lo económico es todo menos fascista. Sino que es neoconser vador. Ultraliberal. En realidad, puede que su estrategia, a falta de verdaderos principios, sea la propia de una pura partida de póquer frente a viejos borrachos. Viejos de edad, borrachos de poder. Los partidos caducos.
Aunque los programas económicos de los partidos son gomosos y maleables, conviene atender a ellos en lo esencial. Evidentemente, o sea, a tenor de los hechos, Vox es un a apuesta política que apela a lo rancio burgués y al mismo tiempo al obrero asustado. Pero toda esa mezcla rara no cotiza un hecho fundamental: Vox dicionada por la cuña de Vox, que desde Madrid y con cuatro gatos nos encienden las tantas pasiones. No pinta nada Serrano. Ortega Smith, acerado, es el único referente de la negociación del nuevo Gobierno andaluz. Volvemos a los tiempos en que para denegarte un crédito el delegado regional le echaba las culpas a Madrid. Debemos creer en Juanma Moreno Bonilla como debemos a durísimas penas creer en Pedro Sánchez. Debemos también ref lexionar sobre la aritmética del poder. Sobre cómo la mediocridad se impone, Quizá sólo debemos relajarnos, y dejar que cualquiera haga cualquier cosa, negociando con cualquiera. Como Pedro Sánchez, el solemne. Cuando los que ostentan el poder no están a la altura, qué hacer. Es importante no perder de vista que un partido nuevo, sin cuadros, es eso, un melón por calar. Y más si depende de Madrid. Ojalá nos sorprendiera Vox. Pero qué va.