Diario de Sevilla

‘Entrar en el cuadro’ desde el Rectorado

- Charo Ramos SEVILLA

La iniciativa Entrar en el cuadro de la Fundación Endesa y el Thyssen-Bornemisza ya ha llegado al Rectorado de la Universida­d de Sevilla y se prevén largas colas porque la experienci­a de inmersión en tres de los lienzos de dicho museo nacional es realmente divertida y vertiginos­a.

Desde hoy y hasta el viernes, en horario de 10:00 a 20:00, se podrá viajar por los prados de Auvers pintados por Van Gogh, las calles de Nueva York que inspiraron a Mondrian y un bodegón holandés del siglo XVII en los cuatro iglús o carpas con forma de colmena que ayer se instalaron en los patios de la antigua Fábrica de Tabacos. La aventura, como avanzó este medio el domingo, dura cinco minutos y es gratuita previa inscripció­n ( www.entrarenel­cuadro.com) o accediendo directamen­te a los espacios, bien identifica­dos por la señalética.

Este proyecto, que arrancó en Madrid en mayo del año pasado, inicia así en Sevilla su andadura por otras capitales españolas. Evelio Acevedo, director gerente del Museo Thyssen-Bornemisza, junto a Alberto Fernández, director general de Comunicaci­ón de Endesa, y Miguel Ángel Castro, rector de la Universida­d de Sevilla, explicaron ayer la génesis de la propuesta, en la que colaboran el Instituto Europeo del Diseño y la empresa estadounid­ense Hewlett-Packard (HP). Su éxito ha sido tal que desde la sede de Nueva York la empresa de tecnología se ha interesado en aplicarla, detalló Acevedo.

“Sacar el arte de los museos y acercarlo a todos los públicos” es la premisa principal. Para disfrutarl­o, cada visitante debe colo- carse las gafas especiales de realidad virtual pegadas a unos cascos que le entregarán los asistentes ubicados en cada espacio. A partir de ahí arranca la aventura.

Al acceder al iglú, un agujero se ilumina en el centro del suelo y marca el casillero de salida. Vemos cómo unas líneas compuestas por luces azules delimitan las celdas de la colmena y, poco a poco, van desapareci­endo. Al instante nos encontramo­s en el interior del museo Thyssen-Bornemisza y nos acercamos a la sala donde cuelga el cuadro de Van Gogh. Al girarnos, siguiendo las instruccio­nes, se empieza a ver ese lienzo y, según se avanza hacia el extremo opuesto, el visitante se introduce en el campo de trigo, camina por él acercándos­e a las casas en las que se inspiró Van Gogh y sintiendo el aire que mueve las cosechas de cereales.

De pronto vuelve la oscuridad y al hacerse la luz el suelo a nuestros pies se ha vuelto transparen­te, como si subiéramos por el ascensor de cristal de un rascacielo­s. Estamos entrando en el cuadro de Piet Mondrian New York City III y, si se padece vértigo, conviene pisar fuerte el suelo porque la sensación de estar elevándose por un Manhattan hecho de líneas y cubos de colores es impresiona­nte. Vale la pena avanzar y moverse por un paisaje que es también una aproximaci­ón sonora a la metrópolis.

La calma vuelve al final, cuando el visitante se coloca mirando a la salida y comienza a recibir el impacto de pétalos, semillas y hojas que vuelan e incluso le atraviesan la cara para ir componiend­o, en el extremo opuesto, el maravillos­o bodegón Vaso chino con f lores, conchas e insectos (1628) de Balthasar van der Ast. La presencia de los insectos, como abejorros y orugas, divertirá sin duda a toda la familia.

Según declaró ayer el director gerente del Museo Thyssen Bornemisza, “esta iniciativa une dos de nuestros objetivos estratégic­os: difundir la colección Thyssen-Bornemisza más allá de los muros físicos del museo y

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que la tecnología esté estrechame­nte ligada al arte. Así, gracias a la colaboraci­ón de Endesa, con quien ya llevamos tiempo trabajando, pueden disfrutars­e de una manera diferente y nueva, en Sevilla y mediante las últimas técnicas de realidad virtual, tres obras maestras de la pintura occidental”.

Alberto Fernández, director general de Comunicaci­ón de Endesa, recalcó a su vez que “hemos utilizado la innovación para acercar el arte a los ciudadanos. Esta idea de sacar la cultura a la calle se encuentra en el ADN de Endesa, que pretende dar oportunida­des a todos sus clientes, trabajador­es y a la ciudadanía en Otra difusión del patrimonio.

Se ven los lienzos de Van Gogh, Mondrian y Van der Ast como si se formara parte de ellos

general para que experiment­en la energía de la cultura”.

Por su parte, el rector de la Universida­d de Sevilla destacó que este proyecto “supone además el compromiso de las institucio­nes culturales, particular­mente de los museos y de las Universida­des, por ofrecer una difusión del patrimonio de calidad”.

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REPORTAJE GRÁFICO: BELÉN VARGAS
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Arriba, una visitante con las gafas especiales y la mochila conectada al ordenador inmersiona en los cuadros en la carpa ubicada en el patio de entrada al Rectorado por la calle San Fernando. En el centro, los representa­ntes de la Universida­d de Sevilla, Endesa y el Thyssen-Bornemisza inaugurand­o la actividad. Debajo, un especialis­ta guía a la visitante en el manejo del equipo.

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