Diario de Sevilla

El presidente de Indra ve “extemporán­eas” las protestas de Airbus

El primer ejecutivo del coordinado­r del sistema de defensa aérea FCAS ve “extemporán­ea” la reacción de Airbus y niega consecuenc­ias para las factorías aeronáutic­as españolas

- Alberto Grimaldi GRANADA

La decisión del Gobierno español de encomendar a Indra el papel de coordinado­r industrial del Futuro Avión de Combate Aéreo (FCAS, por sus siglas en inglés) provocó una airada reacción del gigante aeronáutic­o Airbus. Fernando Abril-Martorell Hernández (Segovia, 1965), presidente de Indra, aborda por primera vez en una entrevista esta polémica.

–¿Qué ofrece Indra para que el Gobierno le encomendar­a coordinar el programa FCAS en España? –Esto no va de ofrecer nada. Indra es una realidad. Somos una empresa especializ­ada en sistemas para Defensa. Vendemos 600 millones, aunque hacemos muchas otras cosas. Pero el origen de Indra tiene que ver con esto. Trabajamos mucho para las Fuerzas Armadas españolas, pero también exportamos mucho: aproximada­mente dos tercios de lo que hacemos en Defensa es en el extranjero. Hacemos temas sofisticad­os: defensa electrónic­a, radares, mando y control, etcétera. Tenemos unas capacidade­s demostrada­s. Invertimos un 6% en I+D+i, unos 210 millones. Y además estamos evoluciona­ndo mucho desde el otro lado: tecnología­s de la informació­n, cibersegur­idad, análisis de datos, etcétera. Y somos una empresa 100% española. Nosotros no hemos ofrecido nada. Creo que el Gobierno nos elige porque, primero, piensa que tenemos las capacidade­s tecnológic­as suficiente­s. Segundo, porque piensa que podemos representa­r a la industria de Defensa española. Y tercero, porque éste un proyecto que debe verse en clave de soberanía nacional. Va a durar 30 o 40 años. La tecnología que de aquí salga, que va ser dual, estará generada por todas las empresas participan­tes, españolas o no. Tendrán exportació­n, se utilizarán en otros sistemas, productos o plataforma­s. Por tanto, creo que para España es muy estratégic­o que realmente haya una generación de tecnología derivada de esta tecnología en la que el Estado va a invertir muchos miles de millones. Esto es bastante típico en el mundo de la Defensa, donde, a diferencia de otros entornos industrial­es, el I+D te lo paga el cliente.

–Hay un coordinado­r en cada país. –Sí, uno por cada país en este caso. Pero hablaba en genérico. En este caso, España se une a Francia y Alemania en igualdad de condicione­s. Y nos han nombrado a nosotros como coordinado­r industrial. Airbus ya es coordinado­r por parte de Alemania. Y por tanto ya está sentado a la mesa de definición. Y por parte de Francia está Dassault. El coordinado­r nacional tiene que representa­r a la industria, trabajar por que la carga de trabajo para España sea la mayor posible. Pero no distribuye la carga de trabajo, porque eso lo hace el Gobierno.

–¿Le ha sorprendid­o la reacción de Airbus?

–Me sorprende bastante. Comprendo que quisiera ser el coordinado­r por España. Pero ya está representa­do por Alemania. Las capacidade­s que tiene Airbus no tienen que ver nada con las nuestras, son totalmente distintas. El coordinado­r no decide las cargas de trabajo sino el Gobierno. Esta decisión no pone en peligro nada de lo que está haciendo Airbus en España, porque eso responde a programas actuales y a contratos en vigor con Defensa, que son unos 20.000 millones, que se irán ejecutando y fabricando. Estamos hablando de I+D. De un programa que si todo va bien no tendrá producción antes de 2030. Realmente esto no afecta para nada a las capacidade­s industrial­es de Airbus. –¿Ni inhabilita a las factorías de Airbus en España para el futuro? –Para nada. Pero es más, es que Airbus va a participar desde España, aunque no sea el coordinado­r. No hay riesgo de que Airbus pierda nada. No entiendo su reacción, aunque entiendo que quisieran ser el coordinado­r.

–Distintas institucio­nes andaluzas han tenido gestos con Airbus después de esta decisión. ¿Cómo recibió estos gestos?

–Es normal que las institucio­nes andaluzas, donde Airbus tiene una concentrac­ión mayor, quieran saber si esto que está contando Airbus es verdad, si va a afectar. Mi estimación, tras hablar con las institucio­nes andaluzas, es que se han quedado muy tranquilas, más allá de la presión inicial de Airbus, trayendo a su presidente y haciendo un roadshow, cosa que me parece bien. Porque como he dicho, esto no afecta a la carga de trabajo actual. Además, siempre hemos trabajado muy bien con Airbus. Somos proveedore­s y clientes. Hemos trabajado en programas internacio­nales. Nuestras áreas de trabajo son muy distintas. Y más en España. Hacemos sistemas. Software. Ellos hacen fundamenta­lmente plataforma­s. No hacemos motores, plataforma­s ni aviónica. –¿Son complement­arios? –Totalmente.

–Habló de interés nacional al elegirles. ¿Es una decisión política? –No es una decisión política, politiquil­la. Habría que preguntarl­e al Gobierno. Pero sí creo que tiene en cuenta que es el mayor programa de I+D que ha habido, que va a generar tecnología para 30 o 40 años y que tiene que servir de upgrade para toda la industria española, y no sólo de Defensa porque va a ser tecnología­s duales. Indra tiene la ventaja de ser 100% española. Airbus no es una empresa española, es franco-alemana, con muchas capacidade­s y que ya está como coordinado­r por Alemania. –¿Puede Indra defender mejor a la industria española? –Claramente sí. Porque esto no va sólo de cuánta carga de trabajo, sino de que ésta sea sofisticad­a, que te dé valor añadido en el futuro y te dé capacidad de exportar.

–La carga de trabajo la decidirá el Gobierno, según dice, ¿no? –Sí. Dependerá del Gobierno. –¿Habrá una ulterior negociació­n entre estados?

–Claro. Hay una parte primera en los que los estados participan a tercios para hacer las arquitectu­ras y, luego, cuando el prototipo sea viable, habrá que repartir la carga de producción. Y eso tendrá mucho que ver con las capacidade­s, pero también con el esfuerzo financiero de cada país. Pero no estamos en esa fase. Y la reacción de Airbus, digamos extemporán­ea, anticipa cosas que no tienen por qué pasar. –¿Tiene constancia de malestar de los otros dos estados?

–No. Respecto a Francia tengo la constancia de que les ha parecido muy bien. Tenemos una fluida relación con Dassault.

–¿Qué supone para Indra?

–Es importantí­simo. Supone un upgrade reputacion­al. Es un espaldaraz­o. Estratégic­amente es importante porque permite un acceso a conocimien­to técnico mayor. Y porque ancla el futuro de Indra en Defensa por 20 o 30 años.

Pienso que el Gobierno nos elige en clave de soberanía nacional, somos 100% empresa española”

Para Indra esta designació­n supone un espaldaraz­o reputacion­al, técnico y de futuro en la industria”

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CARLOS GIL Fernando Abril-Martorell, durante la entrevista con este diario, en Granada.
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