Cerca de 50.000 andaluces padecen artritis reumatoide
● El doctor Enrique Raya analiza el abordaje actual de esta enfermedad incapacitante
La artritis reumatoide es una forma de artritis que causa dolor, inf lamación, rigidez y pérdida de la función de las articulaciones. Puede afectar cualquier articulación, pero es común en las muñecas y los dedos y, en función de su alcance, puede ser altamente incapacitante. La artritis reumatoide es una enfermedad que presenta una incidencia del 0,5%, lo que implica que cerca de 50.000 andaluces aproximadamente sufren esta patología.
Los especialistas trabajan para favorecer un enfoque integral de la enfermedad que permita atender todos los frentes que presenta. Según explica el doctor Enrique Raya, jefe de Servicio de Reumatología en Hospital Clínico San Cecilio de Granada, “su abordaje exige un diagnóstico precoz”. Además, “es una enfermedad que tiene impacto no solo desde el punto de vista articular. Es una enfermedad sistémica y puede afectar a otros órganos: pulmón, hígado, piel, ojos, etc…”, explica el experto.
Asimismo, el doctor Raya destaca que esta patología tiene un papel muy destacado en el incremento del riesgo cardiovascular. “Sobre este aspecto, los reumatólogos tratamos de estar muy implicados. Del mismo modo que se inflama la sinovial de una articulación, también se inflama el endotelio de los vasos sanguíneos”.
A la hora de analizar el abordaje terapéutico de esta patología, el doctor Raya indica que, desde hace 20 años, “el mundo de la Reumatología ha sufrido una revolución con la introducción de las terapias biológicas. Estas moléculas actúan sobre unas citoquinas (ejemplo el TNF o la interleucina 6…) que logran frenar la enfermedad y favorecer su remisión o la baja actividad. Puede haber un porcentaje amplio, entre el 25% y el 30%, que siguen sin responder o que responden al principio y dejan de responder”.
Asimismo, añade que “desde hace pocos años, disponemos de lo que hemos llamado ‘pequeñas moléculas’, como por ejemplo tofacitinib, que presentan un abordaje un poco distinto desde el punto de vista terapéutico. Dirige su acción a las vías JAK, una familia de proteínas pertenecientes a las enzimas asociadas a receptores de citoquinas”.
Según el doctor Raya, estos tratamientos han abierto una perspectiva interesante ya que son por vía oral y los otros tratamientos tradicionalmente eran intravenosas o subcutáneas. “La vía oral supone una ventaja para el paciente. Esto afecta a la calidad de vida. Además de índices de actividad de la enfermedad realizamos cuestionarios de función y de calidad de vida. Muchas veces vemos que el paciente está bien controlado, pero él no se siente suficientemente bien. La terapia intravenosa o subcutánea hace que se sienta enfermo; pero la pastilla por vía oral les da la comodidad y hace que se sientan menos enfermos”. n ese sentido, hace hincapié en que “es esencial medir la función del paciente y la calidad de vida percibida”.
Para el manejo de la enfermedad, es importante n diagnóstico lo más precoz posible para determinar el tratamiento más adecuado para cada paciente. Las guías clínicas pautan estas decisiones.
Por último, Raya destaca que en estos pacientes el riesgo cardiovascular es muy importante y se incrementa con los años. Pese a ello, Raya aclara que “muchos pacientes presentan riesgo por su perfil cardiovascular previo, por ser hipertenso, diabético o tener hipercolesterolemia”. En esos casos, “el tener artritis reumatoide no suma sino que multiplica el riesgo cardiovascular. Por eso debemos estar muy encima”.
El doctor Raya colaboró hace años en un estudio con pacientes con artritis psoriásica en el que a través de una ecografía carotídea se comprobó que presentaban placas de ateroma teniendo colesterol normal. “Eso quiere decir que la propia enfermedad aumenta el riesgo cardiovascular independientemente de cómo esté el colesterol”, subraya.
Vigilar el riesgo cardiovascular es de vital importancia en estos pacientes