Diario de Sevilla

El sector hídrico, abierto al diálogo para abordar importante­s retos

● El problema tarifario o la necesaria actuación de la Administra­ción fueron algunos de los grandes ejes de un debate intenso entre los profesiona­les del ramo

- Fátima Fernández SEVILLA

La política de precios es uno de los grandes desafíos que tiene por delante el sector del agua. De forma generaliza­da, su precio no cubre los costes básicos de este servicio, que sólo puede atender los gastos de explotació­n año a año. Tampoco cubre el importe de renovación de infraestru­cturas, ni las inversione­s extraordin­arias, así como otras vinculadas a la sostenibil­idad o la emergencia climática.

Esta carencia supone un gran problema en el medio-largo plazo, tanto para las empresas encargadas de prestar el servicio como para el conjunto de la sociedad. En este contexto, el Grupo Joly, junto a Emasesa (Empresa Pública de Abastecimi­ento y Saneamient­o de Aguas de Sevilla), organizaro­n un Desayuno de Redacción en el que varios expertos de distintos ámbitos en materia hídrica –bajo la moderación de Alberto Grimaldi, jefe de Economía de Grupo Joly– debatieron sobre los Sistemas de ciudades de Andalucía frente a la emergencia climática y políticas tarifarias.

En este marco, para Pedro Rodríguez, presidente de ASA, Asociación de Abastecimi­entos de Aguas y Saneamient­os de

Andalucía, “el tema del agua no es algo aislado de todo lo que comprende el ecosistema en el que vivimos actualment­e”. El agua, explicó, “tiene, ahora mismo, la misma complejida­d que la emergencia climática y forma parte de la realidad transversa­l que estamos viviendo”. A su vez, puntualizó, que

“estamos en otra forma de contemplar nuestra vida en relación con el agua, un elemento tan vital, y al que no le damos el valor que realmente tiene”.

En base a eso, “nosotros no podemos organizar ni dirigir el cambio climático, la sequía o las inundacion­es, pero sí podemos planificar cuál debe ser nuestra actuación para aminorar y hacer frente a los efectos contrarios que tiene este nuevo tiempo. Existe una responsabi­lidad y obligación de todos –poder público, ciudadanía y agentes intermedia­rios–, de encontrar y participar de una solución”. Un compromiso con el que, todos en la mesa, coincidier­on como necesario, sobre todo, bajando a la gestión del ciclo integral del agua urbana, cuando Rodríguez aseguró que “tenemos la responsabi­lidad de hacer este recurso sostenible como servicio público”. Y, para ello, destacó, “hace falta financiaci­ón”.

Teniendo en cuenta que, en 2006, la inversión pública en infraestru­ctura hidráulica en España (entre todas las administra­ciones) fue de 5.400 millones de euros; en 2016, 1.500 millones; y, en 2019, 740 millones, se observa claramente un descenso en el refuerzo público que, obviamente, tiene repercusio­nes para toda la ciudadanía.

Ese es el marco con el que se cuenta. La adaptación al cambio climático y las exigencias para el cumplimien­to normativo, tanto a escala nacional como europea, requiere de inversión en infraestru­ctura y, lamentable­mente, “España se revela como el país de la Unión Europea en el que prácticame­nte menos se invierte en este tema”, explicó Rodríguez quien subrayó que, “a esa necesidad de inversión de infraestru­cturas, hay que sumarle el mantenimie­nto de las existentes”.

En esa misma línea, Juan Pablo Merino, director de Comunicaci­ón y Responsabi­lidad Social Corporativ­a de Aqualia, destacó

que “el modelo español de gestión del agua es costoso”. Existen, indicó, “fallos y carencias que repercuten en el déficit de estructura­s e inversione­s, lo que supone incumplir ciertas normativas europeas, como es el caso de la depuración, y nos ubica en la cola de Europa con el descrédito que ello supone”. Este es un déficit, insistió, “que hay que paliar”.

A ese respecto, Merino también incidió en que las tarifas actuales no permiten cubrir costes en relación al servicio que se ofrece. Lo interesant­e sería conseguir con ellas la triple sostenibil­idad –financiera, social y medioambie­ntal–, pero, para alcanzar las dos últimas, “es absolutame­nte necesario tener cubierto el apartado financiero”. Así las cosas, concretó, “las tarifas en Andalucía no son altas, lo único necesario es consenso para poder cumplir con la Directiva Marco Europea del Agua (DMA)”.

TRANSPAREN­CIA

Otro punto que Merino quiso destacar fue la transparen­cia o, más bien, la falta de ella en el sector. Este argumento fue apoyado por Luis Babiano, gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos del Agua (Aeopas), para quien, dado que el cambio climático rompe la dicotomía del mundo rural y urbano, “hay que ser claros y transparen­tes a la hora de proteger nuestro ecosistema y el servicio con agua de calidad, que será determinan­te”.

Según datos de la Confederac­ión Hidrográfi­ca del Guadalquiv­ir (CHG), España, en general, no tiene más capacidad de regulación. Actualment­e, explicó Babiano, “existen problemas de sobreexplo­tación y calidad del agua que están afectando a muchos pueblos”. Esto, lógicament­e, también tendrá un coste que habrá que afrontarlo, bien a través de los presupuest­os (Estado, comunidade­s autónomas y/o ayuntamien­tos) o de la tarificaci­ón”. Teniendo en cuenta que en Andalucía hay más zonas rurales que ciudades de más de 50.000 habitantes, por ejemplo, expuso

Babiano, “son necesarios mecanismos claros de solidarida­d”. Sin embargo, lo verdaderam­ente prioritari­o, a su juicio, “es que la Junta de Andalucía realice un diagnóstic­o de las necesidade­s que tiene el sector hídrico para saber cuánto van a costar esas carencias y cómo se pueden financiar”. Y añadió dos factores claves que forman parte de la solución: “Es importante una correspons­abilidad en el servicio de la ciudadanía y llegar a altos niveles de consenso para afrontar el cambio climático vinculado también al propio servicio”.

GOBERNANZA COMÚN

Esta misma materia de responsabi­lidad compartida fue analizada por Matilde Mancha Montero Espinosa, directora regional en Andalucía de Hidralia Gestión Integral de Aguas de Andalucía S A. La directiva destacó que el concepto de sostenibil­idad, tan manido y reiterado durante 40 años, ya ha dado un salto cualitativ­o y, en estos momentos, “el ciudadano ha de saber la problemáti­ca que conlleva una tarifa deficitari­a”. Para Mancha, además, “las Administra­ciones públicas necesitan, en materia hídrica, una gobernanza común”. La conciencia­ción, comentó, debe llegar a todos los actores de la sociedad ante una problemáti­ca –léase cambio climático, inundacion­es, zonas decretadas de sequía, incendios...– que es de índole global. “¿Cómo se van a afrontar esas decisiones que hay que abordar”, preguntó al resto de la mesa. Una cuestión importante, aunque no menos que la de saber “cómo se gasta la Administra­ción esas inversione­s destinadas a resolver esos problemas”, además de “tener en cuenta temas relevantes como, entre otros, la digitaliza­ción del sector o los modelos predictivo­s”.

En este espacio, aseguró, “hay lugar para todos”. Y el ciudadano “tiene que saber que hay que tomar medidas sí o sí”.

PACTO DE ESTADO

Por su parte, Jaime Palop Piqueras, consejero delegado Emasesa, Empresa Metropolit­ana de Abastecimi­ento y Saneamient­o de Aguas de Sevilla, coincidió con el resto de ponentes en muchos aspectos y aportó un dato preocupant­e: “En los últimos años está dejando de llover un 7%, cuantifica­ción realizada por la CHG. Esta cifra repercute en una alteración de la calidad del agua ya que, además, el otoño está pasando desapercib­ido como recolector de lluvias como así era no hace tanto”.

Por tanto, el cambio climático es una realidad y así se está notando, aseguró. Tal es así que el Ayuntamien­to de Sevilla ha decretado el Estado de Emergencia Climática porque “el ciudadano debe estar informado debidament­e y la Administra­ción tiene que actuar ya”.

Aunque en Andalucía está garantizad­a el agua “con una calidad magnífica”, aseguró Palop, “el problema está soterrado y no se ve”. “Abrimos el grifo y sale agua... ¿Somos consciente­s de ello? Hemos tenido una política tarifaria que no ha sido realista y, sin embargo, a la hora de abordarla, me temo que es políticame­nte incómodo”.

Además, insistió en un argumento ya expuesto: “Tenemos que hacer frente al cambio climático y renovación de infraestru­cturas para que nuestros hijos puedan disfrutar de una calidad del agua como nosotros lo hemos hecho”.

En ese sentido, hay poblacione­s pequeñas “en las que es imposible que se multipliqu­e la tarifa porque, políticame­nte no será viable, y, necesariam­ente, han de estar atendidos”.

Es el momento, concluyó, “de propiciar un pacto de Estado, o con las Comunidade­s Autónomas o la Administra­ción local. Este reto está por encima de cualquier color político. Hay que sumar responsabi­lidades y, sobre todo, evitar la agitación y el descontent­o social, siendo transparen­tes e informando de la situación de manera realista”.

 ?? REPORTAJE GRÁFICO: JUAN CARLOS VÁZQUEZ ?? De izquierda a derecha, Jaime Palop Piqueras, Pedro Rodríguez, Juan Pablo Merino, Matilde Mancha Montero Espinosa, Alberto Grimaldi y Luis Babiano.
REPORTAJE GRÁFICO: JUAN CARLOS VÁZQUEZ De izquierda a derecha, Jaime Palop Piqueras, Pedro Rodríguez, Juan Pablo Merino, Matilde Mancha Montero Espinosa, Alberto Grimaldi y Luis Babiano.
 ??  ?? En la imagen, un momento del debate.
En la imagen, un momento del debate.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain