Diario de Sevilla

Una profesión de riesgo: repartidor

-

A consecuenc­ia de un gravísimo accidente de mi hijo, repartidor, por culpa de un conductor que se saltó un ceda el paso, he podido comprobar que estos chavales no son insconcien­tes, sino víctimas de empresario­s desaprensi­vos que les controlan el tiempo empleado en cada reparto y los penalizan si lo exceden. Mi hijo estuvo tres semanas en la UCI y casi tres meses hospitaliz­ado. Varias cervicales fracturada­s, muchas vértebras dorsales rotas, costillas percutiend­o en pulmones e hígado, pelvis rota, sacro roto, daños en piernas, una mano catastrófi­ca, a punto de ser amputada. Milagrosam­ente no sufrió daños medulares, ni cerebrales, no porque el equipamien­to puesto a su disposició­n por la empresa fuera el ideal, el casco era el conocido como “quitamulta­s”, absolutame­nte inútil, sino porque mi hijo llevaba uno de su propiedad que sí reunía las condicione­s preceptiva­s, también llevaba una chaqueta reforzada, de su propiedad, que le protegía hombros y columna. Además estas empresas suelen contratar a sus repartidor­es por menos tiempo que el que trabajan. Mi hijo tenía un contrato por diez horas semanales pero trabajaba al menos 40. Lógicament­e lo contratado se pagaba en A y el resto en B, por lo que mi hijo, de baja laboral y actualment­e en rehabilita­ción, está cobrando 200 euros al mes. Pedro Rodríguez (Tomares)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain