Diario de Sevilla

Llamada desesperad­a para salvar la casa del poeta Romero Murube

Su pueblo natal, Los Palacios, reivindica la figura del escritor en la efemérides Fecha oportuna para urgir que se recupere su residencia de recreo, la Huerta de la Noria

- María José Guzmán

Hay un jardín romántico de cipreses, palmeras, una fuente y una alberca que hace poco más de 50 años servía de retiro al poeta Joaquín Romero Murube. Se parece mucho al jardín de los poetas del Alcázar de Sevilla que él mismo diseñó siendo conservado­r del monumento. Pero mira a la marisma que le vio nacer en 1904. Forma parte de una vivienda de recreo que el escritor disfrutó en los años 50 y que se conoce como Huerta de la Noria, situada en la margen derecha de la N-IV, conforme se accede a Los Palacios desde Sevilla. Una casa señorial con columnas de mármol y un porche porticado que da acceso a un pequeño palacete donde pasaba tardes y festivos Romero Murube en los últimos años de su vida. Un terreno en medio de olivos y muy próximo al casco urbano que se conocía antes como Huerta del Carrito y que hace décadas que languidece.

Un patrimonio abandonado en la cuna del escritor de la Generación del 27, que inspiró Pueblo lejano, la que con el tiempo se ha convertido en su obra maestra. Así opinan al menos los críticos, que sitúan el reeditado libro al nivel de Ocnos de Cernuda o Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. Y también estudiosos de esta figura, como el profesor Claudio Maestre, que lleva desde los años 80 investigan­do la obra del articulist­a, que falleció tal día como hoy de 1969.

La idea de crear una biblioteca­museo en la casa de recreo de Romero Murube no es nueva, pero sus impulsores quieren aprovechar el cincuenten­ario de su muerte para reivindica­r un lugar donde se mantenga vivo el recuerdo y legado literario del poeta palaciego. Los muros aún en pie de su casa y han sido testigos de muchas vivencias del ensayista y el grupo de literatos con los que se relacionó. Allí, en la Huerta de la Noria, pudo haber pasado sus últimos días el Nobel de Moguer de no haber muerto repentinam­ente en el exilio. Hay correspond­encia en la que le pide a Romero Murube que le busque una casa alejada del bullicio y éste le ofrece la suya.

La vivienda, que se sitúa en una finca de 13.000 metros cuadrados, es un edificio de arquitectu­ra regionalis­ta que imita en muchos elementos de estilo mudéjar y en sus jardines al Alcázar de Sevilla. Y, más que por su valor arquitectó­nico, cuenta desde hace años de protección en el PGOU de Los Palacios por su interés cultural.

Tras fallecer el escritor, su viuda, Soledad Murube, decidió vender la finca a Luis Ramos-Paúl, que utilizó parte de los terrenos como lugar para la enseñanza de jinetes y caballos, dando clases de equitación. El reconocido jinete habitó la vivienda y abría con frecuencia sus puertas a todo vecino que quisiera conocerla. De hecho, los jardines han sido escenario para reportajes de boda durante más de una década. Posteriorm­ente, tras fallecer Ramos-Paúl en 2003, la vivienda pasó a ser propiedad de un promotor y empresario local que nunca llegó a rehabilita­rla –urbanístic­amente ya se había fijado un protección– y acabó perdiéndol­a en los años de crisis económica, por lo que pasó a manos de los bancos y fondos inmobiliar­ios.

Ante la propuesta ciudadana para convertir el retiro del poeta en una casa-museo que recree el ambiente de la época, el actual equipo de gobierno apunta que la situación es complicada porque no existen recursos suficiente­s para acometer el proyecto. Sí se garantiza que se evitará la especulaci­ón y que se estudiará con celo cualquier propuesta que llegue de manos privadas para conservar lo mejor posible este legado. Colectivos como la asociación Searus y el propio Claudio Maestre, su gran impulsor, apuntan a la convenienc­ia de musealizar el edificio y abrir para el disfrute público sus jardines. La clave está en la implicació­n de la ciudadanía, “pero son los dirigentes políticos quienes tienen que asumir el papel definitivo”, apunta Maestre, que coincide en la oportunida­d del momento.

Con motivo del cincuenten­ario de su muerte, el Ayuntamien­to palaciego se ha sumado a los actos organizado­s en la capital con un programa propio. Hace unos meses se rotuló con el nombre del poeta la biblioteca municipal y la reciente Feria del Libro se ha dedicado en gran parte al autor. Hoy mismo se inaugura un azulejo cerámico dentro del paseo literario que existe en el municipio en torno a su obra. Y entre febrero y abril de 2020 se inaugurará un busto en bronce, habrá recitales de poesía, una exposición y se reeditarán más libros del poeta.

Romero Murube vivió en Los Palacios hasta los ocho años, cuando su padre, un abogado y político liberal que llegó a presidir la Diputación Provincial, se trasladó a Sevilla. Pero sus lazos con el municipio nunca se perdieron, hasta el punto en que fijó su residencia de recreo en él, al que dedicó Pueblo lejano. Dice el escritor Felipe Benítez Reyes, que ha prologado la última edición de este libro, que “la recreación de un pueblo del Bajo Guadalquiv­ir sirve a Romero Murube para retratar el paraíso perdido de la infancia, sus maravillas, miedos y descubrimi­entos atroces...”. Descubrir su figura sigue siendo una asignatura pendiente y sus paisanos ya han lanzado una llamada desesperad­a para conservar este último legado.

La vivienda tiene aires de palacete mudéjar y jardín romántico y desde hace años languidece

 ??  ?? La Huerta de la Noria, en Los
Palacios.
La Huerta de la Noria, en Los Palacios.
 ??  ?? Fotografía del poeta en la casa, levantada
en la antigua Huerta del Carrito.
Fotografía del poeta en la casa, levantada en la antigua Huerta del Carrito.
 ??  ?? Jardín romántico con una alberca, en
medio de olivos.
Jardín romántico con una alberca, en medio de olivos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain