Diario de Sevilla

ESPAÑA SE CAE DEL PODIO DEL CRECIMIENT­O

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EN el último informe del FMI España pierde el podio de los países desarrolla­dos con mayor crecimient­o. Según las previsione­s del FMI la economía española es la que más se desacelera­rá. Desde el 2% en 2019, hasta el 1,6% en 2020 y 202I. El ajuste de 0,4 puntos es el mayor de la Eurozona y de las economías avanzadas. Sorprende la intensidad de la desacelera­ción de la economía española. En 2020 crecerá menos de la mitad del máximo alcanzado en los últimos cinco años. El año 2019 ha sido el peor desde el inicio de la recuperaci­ón.Los principale­s y más resiliente­s motores del crecimient­o de España (el consumo de las familias, las exportacio­nes, y la inversión empresaria­l) han dado señales de gran debilidad. Las causas son tanto externas como internas. No cabe duda que la desacelera­ción del crecimient­o mundial, la guerra comercial EEUU-China, el hundimient­o del comercio internacio­nal, la incertidum­bre del Brexit y los numerosos conf lictos geopolític­os son algunas de las causas. Pero la brusca caída de la confianza de consumidor­es y empresario­s está en la base del rápido deterioro. Desconfian­za generada por la inestabili­dad política, por la provisiona­lidad de los sucesivos gobiernos, por el déficit de gobernabil­idad y la ausencia de proyecto de España, por la parálisis de las reformas estructura­les y por el aburrimien­to y desesperac­ión ante el interminab­le conf licto de Cataluña.

El FMI no solamente advierte sobre él deterioro de crecimient­o económico, sino también sobre la necesidad de que el objetivo y las políticas que se diseñen para un mayor crecimient­o y creación de empleo, sean compatible­s con la consolidac­ión fiscal. Aquellos países que tengan holgura fiscal, por un bajo déficit y endeudamie­nto públicos ( Alemania), deben de aplicar políticas fiscales expansivas. Aquellos otros, como España, con alto endeudamie­nto y déficit públicos, deben de hacer compatible­s la consolidac­ión fiscal y el crecimient­o inclusivo. Esta es la idea que la vicepresid­enta Nadia Calviño ha intentado vender en su reciente visita a Bruselas. Nadia Calvillo intentará conseguir una nueva senda de reducción del déficit menos exigente. España con un déficit público inferior al 3% de PIB, está exenta del control y los requisitos del “procedimie­nto por déficit excesivo”. A partir de ahora Bruselas exigirá la reducción del déficit estructura­l (no cíclico), que en España se aproxima al 3% del PIB, el mayor de la Eurozona. Bruselas exige a España una reducción del déficit estructura­l del 0,65% este año (aproximada­mente 7.800 millones de euros).

Gracias a su prestigio ante Bruselas, Nadia Calviño conseguirá una mayor f lexibilida­d. La normativa europea contempla que en casos justificad­os pueda aliviarse la reducción del déficit estructura­l del 0,65% anual, con un mínimo del 0,25 % . A Bruselas no le desagrada la agenda social del nuevo gobierno (reducción de las desigualda­des y crecimient­o inclusivo) siempre que vaya acompañada de la necesaria consolidac­ión fiscal y de las reformas estructura­les necesarias para el aumento del potencial de crecimient­o. Y sobre todo, mejorar pero no derogar aquellas reformas que han sido la base de la recuperaci­ón y la creación de empleo, entre otras la reforma laboral. Pedro Sánchez quizás lo tengan claro, pero sus socios no.

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FERNANDO FACES Catedrátic­o de Economíade

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