Diario de Sevilla

“A partir de ahora, se acabaron las guerras”

- Pablo Bujalance

–La SGAE parece tener luz verde para aprobar sus estatutos en la asamblea general del 30 de enero. ¿A la tercera irá la vencida? –En todas las preasamble­as que hemos celebrado se ha obtenido la aprobación por unanimidad. Llegué a la presidenci­a hace once meses y desde entonces hemos hecho un trabajo muy concienzud­o para negociar y hacer ver a todo el mundo que los cambios que necesitaba la entidad podían llegar. Y ese trabajo ha dado sus frutos. –Nadie lo hubiera dicho cuando los colegios de Gran Derecho y Audiovisua­les amagaron con escindirse el año pasado. –Han sido los once meses más duros de mi vida. Pero siempre ha ido por delante mi compromiso con la SGAE, porque creo en los autores y en la importanci­a de su contribuci­ón a la sociedad. Yo defiendo una idea fundamenta­l: todos los que viven de la creación son trabajador­es cuya labor, por tanto, debe ser remunerada. Y por eso la reivindica­ción y protección de sus derechos es clave. A partir de aquí, podemos discutir de lo que sea. Pues bien, esa idea ha ido calando. Es verdad que veníamos de una situación muy difícil que dejó varios muertos en el

camino. Pero había que trazar un límite, dejar claro que a partir de ahora se acabaron las guerras. Que hablando entre todos podemos encontrar soluciones comunes. Esa crisis a la que te refieres quedó resuelta en una semana. Siempre digo que hay que poner una solución a cada problema, no al revés. –¿Considera que la sociedad española ha comenzado a cambiar su percepción de la SGAE? –Sí. De entrada, considero que si la entidad adopta una actitud diferente, más inclinada al diálogo, eso no tarda e n percibirse desde fuera. Mi impresión es que ahora se habla más, por ejemplo, de las ayudas que destinamos cada año a los creadores y a numerosas actividade­s culturales que se desarrolla­n en toda España. Al mismo tiempo, sin embargo, soy consciente de que queda mucho camino por andar. Todavía veo que muchos creen que ese dinero que invertimos proviene del Estado, cuando procede directamen­te de nuestros socios. Somos una sociedad privada sin ánimo de lucro y funcionamo­s como tal. Me parece importante subrayar la idea de que la SGAE no es un instrument­o prescindib­le: somos una de las organizaci­ones de gestión de derechos relativos a la propiedad intelectua­l más

importante y con mayor volumen de actividad del mundo. Hay que insistir en esto. –¿En qué beneficiar­á a los creadores la aprobación de los nuevos estatutos?

–La aprobación de los estatutos es un trámite en relación con la adaptación que tenemos que hacer a la nueva Ley de Propiedad Intelectua­l. Pero es un trámite necesario para demostrar que esa adaptación se hace de la manera más transparen­te y de

seable. Por lo demás, los estatutos nos permitirán mejorar mucho a nivel técnico y actualizar nuestros sistemas para afrontar mejor retos como el la gestión de derechos en el ámbito digital y en un contexto internacio­nal. Además, dotaremos a la comunicaci­ón con nuestros socios de una mayor flexibilid­ad y trazabilid­ad, algo en lo que hemos hecho especial hincapié en los últimos meses. Pero todo esto necesita su tiem

po. Piensa que hace nada nuestro principal objetivo era evitar una intervenci­ón judicial y que la Cisac [Confederac­ión Internacio­nal de Sociedades de Autores y Compositor­es] nos dejara sin herramient­as para trabajar. Conseguimo­s ambas cosas, pero costó mucho.

–¿La aprobación de los estatutos facilitará la reintegrac­ión en la Cisac?

–Sí. La Cisac nos apartó del organismo durante un año, pero era una sanción flexible que podríamos haber revertido antes si hubiéramos tenido los estatutos. Justo acabamos de enviar un informe exhaustivo sobre nuestra situación y confío en que en la próxima asamblea general de la Cisac, que se celebrará en junio en México, se confirme nuestra reintegrac­ión. La SGAE es uno de sus miembros fundadores, es una anomalía que no estemos.

–En los últimos meses, la SGAE ha impulsado diversas actividade­s a favor de la igualdad entre los creadores. ¿Cómo se da el techo de cristal en el sector? –Cuando llegué a la Presidenci­a, sólo un 14% de los socios de la SGAE eran mujeres. Pero es evidente que las mujeres no representa­n únicamente el 14% de los autores de España. Lo que sí está claro es que hay que llevar el empoderami­ento de la mujer a la creación cultural. Parece que a la mujer le cuesta más reconocers­e como creadora que al hombre, y es ahí donde hay que actuar y ofrecer los instrument­os necesarios. Sin las autoras, la creación no se entendería en España. Pero eso hay que visibiliza­rlo. En la SGAE hemos desarrolla­do numerosos proyectos con este fin en los últimos cinco años. Y vamos a seguir haciéndolo.

–¿Qué espera del nuevo ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes? –Lealtad institucio­nal. Que podamos conseguir logros compartido­s a partir del diálogo y la colaboraci­ón. –¿Acudirá a la gala de los Goya en Málaga?

–Así es. Queremos dar todo nuestro apoyo al cine español, en el que confluyen varios colegios, tanto de guionistas como de músicos y directores, de los que nos sentimos muy orgullosos.

–Por cierto, la gala de los Max se celebrará en junio también en Málaga. ¿Qué nos puede adelantar?

–En esa cita celebrarem­os el 150 aniversari­o del Teatro Cervantes de Málaga y el 120 aniversari­o de la SGAE. Así que será una de las galas más importante­s en la historia de los Premios Max.

Parece que a la mujer le cuesta más reconocers­e como creadora que al hombre. Hay que cambiar eso”

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