Diario de Sevilla

El Ayuntamien­to tirará a la basura la cubierta de la Davis

Costó un millón de euros, ha estado nueve años almacenada y se ha subastado dos veces sin éxito

- María José Guzmán SEVILLA

Tres gobiernos municipale­s, dos cubiertas y un gasto de más de dos millones de euros que la ciudad no ha podido reutilizar. La historia de las dos cubiertas adquiridas para la celebració­n de las finales de la Copa Davis es el relato de un cúmulo de desatinos difíciles de justificar, que los gobiernos que se han sucedido desde 2004 no han sabido gestionar y que no ha hecho más que engordar un episodio de puro chascarril­lo. Si la primera cubierta terminó en una chatarrerí­a, más que por un robo por un descuido de quienes debían guardarla, la segunda no correrá me

El objetivo del gobierno, que no puede regalar el bien, es evitar que su retirada añada costes

jor suerte, pues acabará igual, en esta ocasión por decisión municipal, tratada como basura.

Tras dos intentos fallidos de subastar la cubierta y recuperar al menos el coste de haberla tenido almacenada durante nueve años, el actual gobierno municipal se plantea ahora dos opciones: sacarla de nuevo a licitación de una forma más ajustada, con la esperanza de que alguien puje, algo bastante improbable después de que las dos subastas convocadas en el último año hayan quedado desiertas. La alternativ­a que ya se estudia es gestionar la cubierta como “residuo”, intentando que ello no suponga ningún coste adicional. Es más, buscando la fórmula para que genere algún ingreso, una operación que está estudiando en estos momentos la empresa municipal de limpieza, Lipasam, según han confirmado fuentes municipale­s.

En cualquiera de los casos, está claro que la fase en la que ha entrado este expediente municipal conduce hasta un tratamient­o residual de la cubierta. Dicho de otra manera, la estructura ya oxidada que se guarda desmontada en un almacén alquilado acabará en la basura, como un residuo inservible y carente de valor incluso para empresas de chatarrerí­a, que han rechazado las propuestas lanzadas por el Ayuntamien­to de Sevilla en la pasada primavera y en otoño, cuando la sacó a subasta bajando en sólo unos meses el precio de salida hasta los 101.000 euros, pues en un principio el fin era ingresar 165.000 euros.

No hay quien pague por lo que queda de la cubierta de la Davis de 2011 y, mientras tanto, la situación se agrava, pues el arrendamie­nto del almacén en el Estadio de la Cartuja, donde permanece a buen recaudo, ha ido sumando una factura media anual de 10.000 euros. Según los últimos cálculos, el Ayuntamien­to de Sevilla habría gastado por este concepto más de 110.000 euros.

El culebrón comienza en 2004. El gobierno municipal, la coalición PSOE-IU, acordó adquirir una cubierta para la final de la Copa Davis, un gran evento deportivo que supuso un importante impacto para la ciudad. Cuando concluyó el campeonato, la estructura metálica quedó almacenada en un solar de titularida­d municipal que gestionaba en ese momento el Club Natación Sevilla. Los responsabl­es de esta entidad solicitaro­n a un chatarrero que limpiara el solar que utilizaban como almacén, sin saber que allí estaba almacenado el techo de la Davis porque nadie del Consistori­o les había informado del asunto. Conclusión: la cubierta, que había costado más de 900.000 euros, terminó despiezada en una chatarrerí­a de Palmete y no fue posible reutilizar­la, pese a los intentos del Ayuntamien­to. La investigac­ión policial determinó que fue una grave negligenci­a, más que un robo al uso.

Después de esta traumática experienci­a municipal, cuando Sevilla optó de nuevo por acoger la final de la Copa Davis, en 2011, el entonces alcalde, el gobierno del popular Juan Ignacio Zoido apostó por adquirir de nuevo otra cubierta, en lugar de alquilarla, con el argumento de que la inversión, que entonces rondó igualmente el millón de euros, se rentabiliz­aría en poco tiempo al tratarse de un modelo reutilizab­le. Pero no tardó mucho en trascender que la cubierta comprada no estaba diseñada para un segundo uso. Aun así, el equipo de Zoido siguió en su empeño de darle una segunda vida. Con el tiempo corriendo en contra, se fueron pidiendo presupuset­os y buscando posibles ubicacione­s: primero fue el Parque de los Príncipes. Más tarde, los técnicos confirmaro­n que sólo eran aprovechab­les algunos tubos y otros elementos desguazado­s y se anunció la intención de repartir el material por las instalacio­nes deportivas de la ciudad.

En ese punto, hubo cambio de gobierno municipal y el equipo de Juan Espadas estudió la situación poco después de coger las riendas de la ciudad. En agosto de 2015 el socialista ya tenía claro que la única salida a la cubierta de la Davis era venderla como chatarra. Así, literalmen­te, lo comunicó la conce

A los errores de otros alcaldes se suma el de Espadas: tardar 3 años en sacarla a la venta

jal Carmen Castreño y este nuevo episodio en lo que ya era un auténtico culebrón sonó escandalos­o. Reutilizar­la en cualquier punto era más caro que comprar una instalació­n nueva. Así lo determinar­on los técnicos del Instituto Municipal de Deportes, que no encontraro­n una oferta que rebajase a menos de 700.000 euros el coste.

No obstante, y a pesar de que los informes técnicos y la voluntad política por quitarse de encima este marrón heredado estaban claros, el primer movimiento para vender la cubierta se produjo en marzo de 2018, tres años después.

 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? EL RECUERDO DE 2011. Arriba, imagen actual que presenta el Estadio de la Cartuja. A la izquierda, momento del alzado de la cubierta de la Copa Davis instalada en el recinto en 2011.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA EL RECUERDO DE 2011. Arriba, imagen actual que presenta el Estadio de la Cartuja. A la izquierda, momento del alzado de la cubierta de la Copa Davis instalada en el recinto en 2011.
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