Diario de Sevilla

LUCAS ORDÓÑEZ: “LOS eSPORTS TE PUEDEN CAMBIAR LA VIDA”

Con motivo del documental de Movistar ‘Not a Game’, entrevista­mos a este deportista que ha sido piloto real y también virtual

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LUCAS Ordóñez (Madrid, 1985) es el vivo ejemplo de una nueva generación de jóvenes que están trabajando en profesione­s que hace años ni existían. Lucas, además, conoce al detalle ambos ambas caras de la moneda. Por un lado, es un experto del mundo virtual. Fue el mejor, entre 25.000 personas, en el torneo GT Academy, una competició­n organizada por Nissan y Gran Turismo, en la que los jóvenes pilotos tenían que demostrar sus habilidade­s con la ‘PlayStatio­n’. Fue, precisamen­te, esta victoria en el mundo digital, la que le permitió llegar al mundo real del automovili­smo de competició­n. A partir de ahí, participa en las 24 Horas de Dubái, en la Copa Interconti­nental de Le Mans y logra, incluso, la segunda posición en la categoría LMP2 de las 24 Horas de Le Mans. En esta entrevista, Lucas nos cuenta cómo su afición por el motor y los videojuego­s le han permitido tener un exitoso modo de vida.

–Lucas, ¿con cuántos años empiezas en el mundo del motor?

–Desde muy pequeño, tendría unos cuatro años. Mi padre es un loco del motor y siempre ha intentado correr en algún rally, circuitos. Él fue quien nos puso un kart a mi hermano y a mí... La idea no era correr, sino pasarlo bien los fines de semana y hacer algo de deporte. Sin embargo, empezamos a ir bien y ahí fue cuando empezamos a competir.

–Por tanto, tus inicios fueron con la competició­n real, no con la virtual...

–Así estuvimos tres o cuatro años. Pero un día nuestro padre nos dijo: “hasta aquí he llegado. Esto es carísimo y no puedo continuar. Así que ahora, si queréis seguir en este deporte, os tenéis que buscar la vida”.

–¿Y qué hiciste?

–Me apunté a todo tipo de promocione­s de campeonato­s qué becaban a pilotos… Sin embargo, no conseguí más. Ahí terminó mi primera fase y seguí con mis estudios. Mi hermano sí encontró la vía de Repsol… llegando a ser piloto oficial, con el Campeonato de España de Fórmulas, corrió la Fórmula Nissan, las World Series… y llegó muy alto pero se terminó.

–¿Cuántos años tenías entonces?

–Empezamos en 1995 con unos 10 años y terminamos con unos 14 años en 1999.

–¿Y por aquel entonces también te gustaban los videojuego­s?

–Sí en aquella época ya empezaba con el Gran Turismo y se me daba muy bien. Cuando nos juntábamos a jugar en verano, era el más rápido de todos. Era un fuera de serie con el Fórmula 1 y con el TOCA. Solo jugaba a los de coches. Me divertía mucho jugando con los ‘amiguetes’.

–¿Cuántas horas te pasabas jugando?

–No recuerdo cuántas horas estaba. Pero tampoco creo que fueran muchas. No era un enfermo de los videojuego­s.

–¿Tus padres te regañaban por jugar?

–No, mis padres no me decían que no jugará. Yo también sabía gestionar el tiempo. No solo estaban los videojuego­s. Tenía también mis amigos y sabía jugar y salir por ahí.

–¿Cuándo pasa entonces de una afición a una posible profesión?

–En 2008, con unos 23 años y terminando un Máster en Empresaria­les. Fue entonces cuando vi en un anuncio que buscaban un piloto que pasara de lo virtual

“Mis padres no me regañaban por jugar, sabía

gestionar mi tiempo y también salía con amigos”

a lo real. El premio era competir en las 24 Horas de Dubái. Y dije... Esta es la mía.

–¿Qué hiciste?

–Yo tenía la PlayStatio­n y el Gran Turismo. Sin embargo, por aquel entonces, no tenía volante. Así que eso fue lo que hice. Me inscribí primero y como decidí tomármelo en serio y ganar ese premio me compré un volante. Quería cumplir mi sueño de competir en un coche real.

–¿Cómo fueron los inicios?

–Rápidament­e me di cuenta de que estaba muy lejos de los primeros. Por aquella época estaba terminando el Máster. Así que lo que hice fue ponerme un horario. Todos los días, por la noche, desde las 22 horas, empezaba a entrenar.

–¿Cuánto tiempo estuviste así?

–Fue aproximada­mente un mes y medio y le dedicaba unas dos o tres horas al día.

–Bueno... ¿dos o tres horas al día no es mucho?

–Aunque desde fuera, dos o tres horas al día no parezca mucho, en realidad sí lo es. En este tiempo acabas agotado mentalment­e. Recuerdo que era un circuito corto, con un con un Nissan 350Z, con muy poco agarre en los neumáticos, con un cambio de marchas con el que lo tenías que hacerlo todo perfecto… La concentrac­ión es brutal y al final de tres horas cometías muchos errores, aquello agotaba…

–¿Progresast­e rápidament­e?

–Cuando jugaba era algo de locos. Veías que había unas 3.000 personas luchando. Yo empecé siendo el 400 y tenía que estar en el TOP20 para clasificar­me. Al final lo conseguí y nos fuimos al Karting de Carlos Sainz para hacer las pruebas. De allí solo saldrían tres clasificad­os para la final de Silverston­e.

–Llegas a la final... y la ganas

–Fue en el año 2008. Se llamaba concurso Internacio­nal Nissan PlayStatio­n GT Academy. Imagínate... 25.000 personas, toda la semana de pruebas físicas, Johnny Herbert, el ex piloto de Fórmula 1, estaba de juez... Y sí gané. Allí me dieron mi gran oportunida­d ganando la GT Academy que permitió participar en las 24 Horas de Dubái.

–¿Y después?

–Todo aquello fue muy mediático... Pero la idea era que cuando acabase esa carrera de Dubái se terminara el sueño. Sin embargo, mi hermano me convenció. Me dijo, Lucas no te puedes acomodar a ganar este premio. Tienes que hacer que los patrocinad­ores continúen en la competició­n. Y eso fue lo que hicimos: luchar y luchar. A partir de ahí, dos años después, llegaron las 24 Horas de Le Mans, el podio, la competició­n en Japón, piloto oficial de Nissan... Una larga historia.

–Tú que conoces los dos mundos, el virtual y el real, ¿tan cerca están los videojuego­s de la competició­n?

–Hombre sí hay diferencia­s entre el videojuego y un coche real. Principalm­ente por las fuerzas laterales del coche de competició­n. Los pilotos decimos que conducimos con el ‘culo’, porque con el trasero notamos cuándo subvira o sobrevira. En un simulador estas sensacione­s te las da el volante, que tiene un sistema con reacciones opuestas. Por tanto, en virtual no existe la fuerza lateral. Así que esto lo tienes que conseguir tú mirando la pantalla. Pero esta tecnología está mejorando muchísimo y está muy avanzada.

–¿Todos entrenáis en virtual?

–Depende. Recuerdo que Michael Schumacher decía que no conseguía adaptarse al simulador en Mercedes. En cambio, Nico Rosberg al ser más joven sí lo entendía y trabajaba mucho con la simulación.

–¿Si eres bueno con el simulador, también lo eres en la vida real?

–No hay una norma escrita. Pero hay que reconocer que el simulador te ayuda muchísimo. Es como prepararse en un gimnasio, que también te permite mejorar. El simulador te aporta conocimien­to de la técnica, mejorar las trazadas, el comportami­ento del acelerador… te da muchísimo conocimien­to, pero no es magia.

–¿Cómo estás ahora? ¿Sigues como piloto en el automovili­smo real?

–El periplo de Nissan se acabó. Sin embargo, el año pasado surgieron las 24 Horas de Spa con Bentley y las 24 Horas de Nurburgrin­g con BMW. Y este año estamos a la espera. Las carreras reales están muy difíciles, el mercado es complicado.

–¿Te has volcado con los eSports?

–Sí, yo confío en este sector y espero que crezca. Ahora tenemos un Mundial que se llama FIA Gran Turismo Championsh­ips y nos vamos a Sydney para el primer primer campeonato en Australia de Gran Turismo. Nosotros lo que hacemos es apoyar a los españoles, a los latino... también estoy de comentaris­ta...

–¿Qué imagen tienen los eSports?

–Poco a poco estamos demostrand­o que hay hueco ahí. No es un sustituto del automovili­smo real. Pero es una categoría más, en la que todos pueden participar. Poco a poco se va profesiona­lizando. Hay un buen ambiente y puedes conocer a mucha gente y representa­r a tu país.

–¿Qué consejos das a chicos y padres?

–A los chicos, que si tienen un objetivo en la vida, luchen por él, porque las oportunida­des pueden salir. Los eSports te pueden cambiar la vida. Y a los padres, decirles que los eSports son un deporte más, con un ambiente profesiona­l. Atrás quedó lo de un chico encerrado horas en su habitación. Ahora los jóvenes pueden encontrar relaciones con otras personas que les pueden valer para un futuro.

“Lo se Sports no sustituye al automovili­smo, pero es una categoría en la que todos pueden competir” “El ambiente del‘ gaming’ se ha profesiona­lizado, es una forma de relacionar­se para el futuro”

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