Diario de Sevilla

UN PACTO DE ESTADO POR LA DEPENDENCI­A

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EN el desarrollo de la labor de gobierno creo que hay asuntos que deben generar consenso y mantenerse al margen de la confrontac­ión política. Es por ello que el pasado 10 de febrero el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó la propuesta de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón de pedir al Gobierno de la Nación abordar y suscribir un pacto de Estado para proteger y garantizar el sistema de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependenci­a, la conocida como ley de la dependenci­a.

¿Y por qué es necesario ahora un pacto de Estado? Debemos afirmar con firmeza que el derecho subjetivo de la dependenci­a, el bienestar de nuestros mayores, el ofrecerles la mejor calidad de vida y contribuir a que nuestra sociedad, cada vez más envejecida, viva mejor es un deber legal y moral para todos. Entré en política con el firme propósito de no perder nunca de vista que nuestro compromiso es con las personas y que nuestro objetivo es hacerles la vida más fácil. Política útil al servicio de los demás.

Pero además hay no pocas cuestiones objetivas que demandan un cambio de modelo en la ley de dependenci­a, un estudio riguroso que refleje la realidad del sistema de garantía y garantice la cuarta pata del estado de bienestar. En primer lugar, hay que revisar los cálculos planteados por el Libro Blanco de la Dependenci­a que sirvieron de base para establecer la cartera de servicios de la posterior Ley y su sistema de financiaci­ón. Un dato nos vale para afirmar que la previsión de la población dependient­e potencialm­ente diana no se ha cumplido y estaba basada en el voluntaris­mo. La estimación que hacía el Libro para el año 2020 se alcanzó ya en el año 2010. Las previsione­s poco precisas que desde 2006 no se han actualizad­o, han condenado a que la Ley, a pesar de suponer un gran avance en los derechos garantizad­os de los ciudadanos, naciera herida de muerte en lo que a su financiaci­ón se refiere.

El actual sistema de financiaci­ón está lejos de cumplir lo fijado en la ley de dependenci­a. La contribuci­ón de Andalucía al sostenimie­nto de la misma, que alcanza los 1.509 millones de euros, con un aumento presupuest­ario para 2020 de 46,8 millos de euros, supone el 82% del coste de financiaci­ón. Estas cifras contradice­n el reparto previsto en la norma, que habla del 50% Gobierno de España y 50% comunidade­s autónomas. Este pacto de Estado lleva consigo el compromiso de mantener la dotación económica en dependenci­a que se realiza actualment­e mientras el Gobierno de España alcanza su 50% de financiaci­ón. Esto supondría alcanzar un presupuest­o superior a los 3.000 millones de euros, que serviría para mejorar, por ejemplo, el servicio de ayuda a domicilio, el coste/plaza que se abona en las residencia­s de discapacit­ados o mayores o la eliminació­n de las listas de espera.

Pero este pacto que proponemos va mucho más allá. El reto demográfic­o al que se enfrenta nuestra comunidad autónoma hace que tengamos que abordar de manera urgente unas políticas de prevención eficaces. Con esa voluntad nace el I Plan Estratégic­o Integral de Personas Mayores de Andalucía (2020-2023). Plan que engloba, entre otras, medidas con las que se pretende atender a las personas con enfermedad­es que si no son atendidas en un marco temporal determinad­o se convierten en crónicas y pierden calidad de vida. Un claro ejemplo de estas situacione­s son las personas que sufren un ictus o una intervenci­ón quirúrgica como la fractura de cadera.

El pacto de Estado que proponemos reclama de manera contundent­e que las personas con discapacid­ad, al cumplir los 65, conserven el derecho de prestación como persona con discapacid­ad y no se les obligue a ocupar un recurso para personas mayores, como establece actualment­e la ley. Esto implicaría una atención adaptada y especializ­ada.

Otro de los aspectos en los que queremos ser ambiciosos es en la reclamació­n de un fondo de garantía que blinde la atención a la dependenci­a como ocurre con las pensiones. Las personas dependient­es, su atención, su bienestar, no puede quedar al albur de las citas electorale­s. Es más, tampoco puede depender del lugar en el que uno resida. Por ello, reclamamos también una cartera básica que garantice que andaluces, gallegos, catalanes, vascos o madrileños reciban la misma atención bajo los principios de igualdad y equidad.

Estas son las líneas básicas que el pacto de Estado promueve. Confío en que todos los partidos políticos, agentes sociales y organizaci­ones implicadas seamos capaces de darnos la mano para elevar esta reclamació­n al Gobierno central. Porque los intereses o ideologías no tienen cabida cuando hablamos de atender a los que más nos necesitan.

El actual sistema está lejos de cumplir lo fijado en la ley de dependenci­a. La contribuci­ón de Andalucía al sostenimie­nto de la misma supone el 82% del coste de financiaci­ón

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ROCÍO RUIZ DOMÍNGUEZ Consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón

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