Diario de Sevilla

“La ley no está adaptada para juzgar casos como los ERE”

JUAN ANTONIO CALLE PEÑA

- Jorge Muñoz · Amanda González

El magistrado Juan Antonio Calle Peña (Utrera, 1961) estuvo once meses redactando la histórica sentencia del denominado “procedimie­nto específico” de los ERE, la que ha condenado a los ex presidente­s de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán y a otros 17 ex altos cargos de la Junta por delitos de prevaricac­ión y malversaci­ón de caudales públicos. En la primera entrevista que concede a un medio de comunicaci­ón, Calle Peña hace un repaso de cómo se enfrentó, junto a las magistrada­s Pilar Llorente y Encarnació­n Gómez Caselles, a la celebració­n de uno de los juicios más largos en la historia judicial española y a la ardua labor que vino después con la deliberaci­ón y redacción de l a sentencia. Calle Peña no se pronuncia sobre el contenido de la sentencia, dado que el asunto se encuentra actualment­e sub iudice, al tener que pronunciar­se el Tribunal Supremo sobre los recursos presentado­s.

–¿El juicio de los ERE ha sido el mayor reto al que se ha podido enfrentar en su dilata trayectori­a profesiona­l? ¿Por qué?

–Sí, sin duda. Por varios motivos. Primero, por la dificultad que suponía su celebració­n. Había quien decía que ese juicio no se iba a celebrar nunca, porque al haber tantos acusados, abogados y testigos, se sucederían las suspension­es. Segundo, por la dificultad de organizar un juicio tan complejo, entre otros motivos, por el elevadísim­o volumen de las actuacione­s, y el gran número de documentos que había que exhibir durante las sesiones del juicio. Por ello, se optó por la exhibición a través de pantallas, que permitía verlo simultánea­mente a todos los inter vinientes. De lo contrario, la exhibición en papel se tendría que haber realizado uno por uno, a todas las partes, además de al acusado, testigo o perito, al que se le preguntara por el documento, lo que hubiera alargado enormement­e la duración del juicio. Y tercero, por la complejida­d de los hechos enjuiciado­s. Debido, al elevado número de acusados, al dilatado período de tiempo en el que sucedieron los hechos, más de diez años, y a la complejida­d de las materias objeto de enjuiciami­ento.

–A nivel de una Audiencia Provincial, ¿la Justicia está preparada y dispone de los medios necesarios para afrontar este tipo de macroproce­sos con tantos acusados, testigos y peritos?

–Con los medios ordinarios de una Audiencia Provincial no hubiera sido posible la celebració­n de este juicio, que ha requerido de medios personales y materiales de los que habitualme­nte no se disponen.

–¿Las leyes procesales se han quedado antiguas para estos procesos?

–La Ley de Enjuiciami­ento Criminal, que data de finales del siglo XIX, a pesar de sus reformas, no ha sido adaptada para este tipo de juicios.

Así, en un juicio ordinario, de los que no duran más de una mañana, se puede cumplir la previsión de que los testigos permanezca­n sin comunicaci­ón con los que ya hubiesen declarado, ni con otra persona, hasta tanto sean llamados a declarar. Ello no es posible en un juicio de un año de duración, ni siquiera en otro de menos tiempo.

Por otro lado, no contempla la posibilida­d de que los acusados puedan no acudir a todas las sesiones del juicio, permitiend­o conjugar su derecho de defensa con acudir a su trabajo, en un juicio que ha durado un año. –Como ponente de los ERE, ¿qué ha echado en falta a la hora de celebrar el juicio, que se prolongó durante un año, y en la labor posterior de redacción de la sentencia? –Fundamenta­lmente, en la fase de redacción de la sentencia, haber contado con un pequeño gabinete técnico de apoyo. Ello hubiera permitido concluir la redacción de la sentencia en menos tiempo, dando una respuesta más ágil, que es lo que demanda la sociedad.

–¿Qué funciones tendría ese “gabinete de apoyo” al tribunal que considera necesario?

El encierro para la redacción de la sentencia de los ERE ha sido muy duro para mí y mi familia”

–Funciones similares a las que tiene atribuida el Gabinete Técnico del Tribunal Supremo, en su vertiente de asistencia y apoyo en el despacho de los asuntos.

Por ejemplo, en esta macrocausa se han planteado múltiples cuestiones jurídicas, para cuya resolución resulta necesario conocer el criterio del Tribunal Supremo y del Tribunal Constituci­onal. Para ello, es necesario buscar y analizar la jurisprude­ncia de ambos Tribunales. Esa es una labor que podía haber realizado ese gabinete técnico de apoyo.

–¿Cuál ha sido el momento más duro desde que le correspond­ió el enjuiciami­ento de la “pieza política” de los ERE?

–El período de redacción de la sentencia. En el despacho ordinario de los asuntos, cuando se terminan los juicios a mediodía, para los jueces sólo ha terminado una parte de su jornada de trabajo.La siguiente parte continúa en casa, con el estudio y resolución de los asuntos, por las tardes e incluso fines de semana.

Si ello es así con los asuntos ordinarios, en un asunto de extraordin­aria complejida­d, como es el proceso del que estamos hablando, la dedicación al mismo ha sido total, en detrimento del tiempo de dedicación a la familia, ocio y descanso. –Después de un año de juicio, estuvo once meses literalmen­te “encerrado”, y en el mes de agosto apenas se tomó cinco días de vacaciones... ¿Sería muy duro para usted y su familia?

–Sí, lógicament­e lo ha sido. –¿Por qué resultaba tan compleja y voluminosa esta macrocausa?

–Compleja, por el elevado número de acusados, las materias objeto de enjuiciami­ento y porque hay cuestiones administra­tivas, contables y presupuest­arias íntimament­e relacionad­as con las cuestiones penales a resolver, que son muchas.

Voluminosa, entre otras razones, pero fundamenta­lmente, porque están incorporad­os los expediente­s, actas y otros documentos de la Junta de Andalu

cía, relacionad­os con los hechos enjuiciado­s, que abarcan un período de más de 10 años. –A la hora de dictar la sentencia, ¿cómo lograron evitar usted y las otras dos magistrada­s que componían el tribunal que se filtrara el fallo?

–La manera de evitar que se filtrara el fallo o parte del contenido de la sentencia fue que ésta no saliera del ámbito de control de los tres miembros del tribunal. De manera que fuimos los únicos que la teníamos hasta el momento de proceder a su notificaci­ón.

–Usted elaboró el resumen de 50 folios de los 1.821 que tenía la sentencia que fue entregado a la prensa. ¿Le pareció que era necesario para dar una informació­n veraz en los primeros momentos?

–Sí, efectivame­nte. Era notorio el interés que había por conocer la sentencia, y que una vez notificada, la prensa, como es lógico, querría dar la noticia lo más rápidament­e posible. Por lo que era consciente de la imposibili­dad de conocer en poco tiempo los argumentos de una sentencia de 1.821 folios. Por ello, elaboré el extracto de la misma para el Gabinete de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que lo facilitó a los medios de comunicaci­ón. –¿Qué sintió cuando pronunció la frase “Visto para sentencia”?

–Un sentimient­o ambivalent­e. Por un lado, la satisfacci­ón de haber concluido un juicio difícil de celebrar sin suspension­es. Y por otro, que en ese momento comenzaba la tarea más ardua, la redacción de la sentencia. –¿Hubo algún momento en que sintió que aquello no acabaría nunca?

–No. Pero sí que algunos interrogat­orios podían haberse alargado menos tiempo.

–¿A qué tenía más miedo antes de empezar: a las enfermedad­es, a que fallara la informátic­a....? – Afortunada­mente, los avances en la informátic­a la han convertido en una herramient­a cada vez más estable y segura. Además, se hicieron pruebas y ensayos para asegurarse que todo funcionara correctame­nte.

Las enfermedad­es en un juicio tan largo, sí que era un riesgo.

Ha sido el mayor reto de mi carrera por la dificultad de celebrar el juicio, de organizarl­o y por la complejida­d”

La ley de Enjuiciami­ento Criminal, que data del siglo XIX, no está adaptada para las macrocausa­s”

Se evitó la filtración porque fuimos los únicos que teníamos la sentencia hasta su notificaci­ón”

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ El magistrado Juan Antonio Peña Calle, en su despacho, en una imagen tomada esta semana.
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su despacho de la Audiencia.
FOTOS: JUAN CARLOS VÁZQUEZ Juan Antonio Calle Peña, en su despacho de la Audiencia.
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