“Se ha amenazado a profesionales por llevar mascarilla porque generaban miedo”
Así ve la situación uno de los médicos del Hospital Virgen Macarena
–¿Cuál es el protocolo que se ha seguido en el hospital y desde cuándo?
–El establecido pero hay limitaciones para aplicarlo por la escasa disponibilidad de material de desinfección y de equipos de protección adecuados. Desde el primer día de estado de alarma se racionaron todas las mascarillas o las batas o faltó desinfectante en muchos centros, y las mascarillas FFP2 o FFP3 estuvieron totalmente restringidas.
–¿Os han facilitado a los médicos test?
–Hasta el día 19 de marzo a cuentagotas. La falta de test obligó a limitar su uso a los casos más graves. Por ejemplo, aunque el protocolo era claro, indicando que cualquier sanitario con síntomas debía hacerse el test de PCR, la falta de reactivos hizo que la mayoría fuesen aislados en domicilio sin diagnóstico durante muchos días. ¿Y por qué a los sanita
rios? Porque ellos seguían viendo a mucha gente y podían contagiar. Uno de los problemas fundamentales está en el infradiagnóstico por falta de medios.
–Ahora hay más disponibilidad. –Pero estos test rápidos no son la panacea que se dice, su sensibilidad es mucho mas baja y su eficacia parece dudosa para descartar la infección.
–¿Han variado los criterios de atención a pacientes? –Mantenemos la distancia de protección y minimizamos las exploraciones a las estrictamente imprescindibles. Los pacientes también se han autolimitado, aplazando por iniciativa propia cualquier acto médico demorable, es una actitud excelente. Por parte de los médicos se ha impulsado la telemedicina de forma brutal, convirtiendo las consultas presenciales
en consultas telefónicas en todo caso posible. Igualmente, para evitar ocupar las UCI o los respiradores, se han suspendido multitud de cirugías, manteniendo sólo los casos urgentes u oncológicos.
–¿Cómo afectará esto a las listas de espera después?
–Va a generar un aumento del tiempo en lista de espera significativo en toda la patología no urgente ni oncológica. Esto no significa cirugía poco importante, por ejemplo, la cirugía cardíaca. –¿Disponen del material de protección necesario?
–La protección es muy escasa, y los médicos hemos protestado desde el principio. Los protocolos establecen unos niveles de protección demasiado bajos. Los países con buen control de la pandemia han destacado por el aislamiento o confinamiento, los
EPI y el diagnóstico precoz. Por desgracia, no ha sido la senda española o italiana. Durante al menos una semana, ya con estado de alarma, a los profesionales incluso se les amenazaba desde la dirección de algunos centros por llevar mascarilla porque generaban miedo y consumían recursos. Era lamentable ver cómo los pacientes venían con equipos FFP2 o FFP3 y nosotros sin mascarilla. Cualquier supermercado ofrecía más medios a sus empleados que muchos centros sanitarios públicos o privados a sus médicos. –¿Ha cambiado mucho esa situación?
–Esos criterios van cambiando, pero es triste que tengamos que ser el segundo país del mundo con más muertes para que las autoridades escuchen a los médicos que realmente están en las trincheras. Aun así, todavía tenemos racionadas las mascarillas quirúrgicas a una mascarilla quirúrgica por profesional y jornada. ¿Sabe el precio de una mascarilla? Es ridículo, no es el precio, no hay porque no se ha hecho acopio de material a pesar de que se veía venir. Tenemos una administración hipertrofiada, fragmentada, poco coordinada y demasiado lenta en responder.