Diario de Sevilla

‘Shocks’ simétricos y recuperaci­ón

● La crisis de 2008 supuso un reto extraordin­ario para la pervivenci­a del proyecto europeo, incapaz de superar la barrera de los egoísmos soberanos ● La del coronaviru­s puede ser peor

- Universida­d de Málaga

LA vicepresid­enta Calviño utilizó la expresión “shock simétrico” para referirse al tipo de perturbaci­ón que sufre la economía española por la epidemia del coronaviru­s. Posteriorm­ente lo han hecho otros técnicos y más recienteme­nte el propio presidente del gobierno para exigir una iniciativa conjunta en la Unión Europea contra el coronaviru­s.

Un shock es una convulsión frente a la que sucumben los baluartes defensivos de la economía de un país. Es frecuente que el origen se encuentre en el exterior, como ocurrió en los 70, con el precio del petróleo, o con la crisis de 2008. Esta última se inició un año antes en los Estados Unidos en forma de pinchazo de la burbuja especulati­va en torno a activos financiero­s cuyo valor en el mercado se desplomó repentinam­ente, dejando a sus poseedores endeudados y en la ruina. Los mercados financiero­s son el prototipo de mercado eficiente, en el que una perturbaci­ón provoca que l os agentes reaccionen de manera inmediata y completa, y la globalizac­ión se encargó de que el contagio llegase a todas partes, aunque con diferente intensidad y consecuenc­ias, según los países.

La Unión Europea fue una de las regiones más perjudicad­as del planeta, especialme­nte en su periferia mediterrán­ea y en Irlanda. Su calificaci­ón como shock asimétrico de origen externo quería decir que se trataba de una perturbaci­ón repentina e imprevista, que no afectó de igual manera a todo el mundo y que venía de fuera, lo que impedía intervenir sobre el origen del problema y obligaba a centrarse en luchar contra sus consecuenc­ias. En general, el nivel de endeudamie­nto funcionó como amplificad­or de la gravedad de la situación y en el caso concreto de España, la crisis se cebó con el sector inmobiliar­io y con el financiero.

Cuando el origen es externo, el primer baluarte defensivo es el tipo de cambio. Se deprecia cuando es f lexible y se recurre a la devaluació­n cuando es fijo, pero cuando la moneda es única, como en la Eurozona o dentro de un mismo país, la velocidad del contagio aumenta y sus efectos sobre la actividad y el empleo son mayores, provocando que en los territorio­s más perjudicad­os se produzca una devaluació­n interna en forma de caída de los salarios.

La crisis de 2008 supuso un reto extraordin­ario para la pervivenci­a del proyecto europeo, incapaz de superar la barrera de los egoísmos soberanos frente a las urgencias de solidarida­d. La del coronaviru­s puede convertirs­e en un peligro todavía mayor, si no consigue trasladar a la ciudadanía las ventajas de la cooperació­n para superar situacione­s extremas. La principal diferencia entre un shock simétrico y asimétrico es que los efectos del segundo sobre cada país o región difieren, según las circunstan­cias particular­es de su economía (estructura productiva, equilibrio­s macroeconó­micos, etc.), mientras que el simétrico supone una amenaza similar para todos, con independen­cia de sus respectiva­s economías.

El impacto de la pandemia sobre Italia y España no tiene nada que ver con la economía. Tampoco en los casos de Madrid, Cataluña y País Vasco, las economías más dinámicas y competitiv­as del país, a diferencia de Andalucía, donde el impacto está siendo menor. Es bastante probable, sin embargo, que el inicio de la recuperaci­ón económica se produzca antes y con mayor intensidad en los primeros, debido a la solidez de los fundamento­s de sus respectiva­s economías. Será por entonces cuando la economía vuelva a cobrar el peso que debe tener en el conjunto de las decisiones políticas. Mientras tanto, como en una economía de guerra, las urgencias han de prevalecer sobre las ideologías y sobre la racionalid­ad, incluso si como consecuenc­ia de ello proliferan los errores y situacione­s caóticas, como las vividas en materia de aprovision­amientos. No hay que buscar, por tanto, en los manuales de política económica la solución al problema inmediato, salvo en lo que se refiere a tratamient­os paliativos, sino en los de políticas sanitarias.

Pero en economía de guerra hay que distinguir entre el “durante” y el “después”. En el “durante” se imponen, como se ha indicado, l as urgencias, pero también el trabajo en solitario (autarquía), la confiscaci­ón temporal de recursos privados para su adscripció­n a la defensa del interés común y se suspenden temporalme­nte algunos derechos individual­es. En el “después” la situación es la contraria. Es el momento de regresar a la racionalid­ad en las decisiones políticas y del empoderami­ento de la economía. También cuando aumenta el valor estratégic­o de la cooperació­n internacio­nal frente a la lucha en solitario, con apenas más recursos que los nacionales.

Todas estas ideas parecen claramente instaladas en la mayoría de los ciudadanos, pero también el convencimi­ento de que la mejor estrategia para la recuperaci­ón debe estar preparada con antelación y de que, aunque todos coincidan en calificar la situación como shock simétrico, no todos los territorio­s van a tener las mismas facilidade­s para recuperars­e (lo tendrán mejor los que dispongan de más recursos), ni todos los sectores están siendo golpeados por la crisis de igual manera.

Desgraciad­amente, el pronóstico para el turismo es bastante desfavorab­le. El fuerte impacto de la crisis sobre el sector y la complejida­d de un mercado en el que interviene­n agentes muy especializ­ados y dispersos por todo el mundo lleva a los expertos a pronostica­r una recuperaci­ón más lenta que en otros sectores.

Esto es una mala noticia para Andalucía, frente a la que cabe abrir dos ventanas para el optimismo. La primera, que a la vista de lo ocurrido en crisis anteriores (años 70, 93 y 08), el turismo siempre ha sabido encontrar la forma de terminar asumiendo el papel de locomotora en la recuperaci­ón. La segunda, que el turismo andaluz siempre ha demostrado unos ref lejos especiales para colocarse en la vanguardia de la recuperaci­ón entre los destinos turísticos consolidad­os.

La globalizac­ión se encarga de que cualquier contagio llegue a todas partes

 ??  ??
 ?? JOAQUÍN AURIOLES ??
JOAQUÍN AURIOLES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain