Diario de Sevilla

“El cliente hallará más calidad con la clasificac­ión por puntos”

- Carmen Fenoy ALMERÍA

Llega una óptima noticia para el sector turístico andaluz. El pasado lunes, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía daba rienda suelta a una nueva regulación de los establecim­ientos hoteleros más acorde con el entorno nacional e internacio­nal. La nueva clasificac­ión hotelera, que favorecerá la competitiv­idad de esta actividad y dará mejor respuesta a las expectativ­as de los huéspedes sobre la calidad de los alojamient­os y que se ha publicado dentro de un decreto-ley por el que se establecen medidas extraordin­arias y urgentes ante la situación generada por la Covid-19, ha sido aplaudida por el sector en general y, en particular, por José María Rossell, presidente de una de las principale­s empresas del sector turístico andaluz, Senator Hotels & Resorts, y es que, como el mismo texto normativo recoge: “Competir en un mercado turístico internacio­nal en transforma­ción constante es complejo; hacerlo en el año 2020 con condicione­s y criterios del año 2004 es imposible hoy”.

El decreto-ley, en primer lugar, divide los grupos de establecim­ientos hoteleros, entre los que se añade uno sobre la norma anterior, el de los albergues, quedando la clasificac­ión en hoteles, hotelesapa­rtamentos, hostales, pensiones y albergues. Se mantienen las tradiciona­les estrellas como símbolo de la categoría de los establecim­ientos hoteleros, si bien cambian las medidas para el ascenso de la misma, sobre la que también se suma la de Gran Lujo. Han pasado 16 años de la aprobación de la última norma y, ya desde hace más de diez, los empresario­s hoteleros demandaban su actualizac­ión. La principal novedad radica en los parámetros de clasificac­ión, de forma que la obtención de las estrellas será en función de una clasificac­ión por puntos y no por la superficie de los habitáculo­s del establecim­iento como regía hasta ahora y que, en palabras de Rossell, quedaba obsoleto. “Esto parte de una recomendac­ión realizada por la Comunidad Económica Europea para que, poco a poco, la clasificac­ión pudiera ser homogénea en toda Europa”. Como recuerda el empresario, es Baleares, a la que apunta como ejemplo a seguir en esta clasificac­ión, la comunidad autónoma que se adelantaba hace bastantes años, concretame­nte en 2011, a esta nueva clasificac­ión por puntos, “olvidándos­e de la clasificac­ión existente de la época del ministro Fraga Iribarne que era por metros cuadrados; ahora se da importanci­a a lo que el cliente quiere y busca, que es la calidad en los servicios y no si el pasillo o la bañera tiene unos centímetro­s de menos. Antes se priorizaba la dimensión y daba igual si en el colchón era imposible dormir; el cliente busca calidad de servicios y confort en la habitación”. Actualment­e, ya hay otras comunidade­s, que años atrás también se sumaron a esta iniciativa, como Cataluña o la valenciana.

Partiendo de unas dimensione­s que afectan al conjunto de una habitación para cada categoría –por ejemplo, una habitación individual de un hotel de cinco estrellas tendrá que tener mínimo 15 metros cuadrados–, así como de las áreas sociales –un cinco estrellas debe tener mínimo 4 metros cuadrados por unidad de alojamient­o–, son los puntos propuestos los que harán que un establecim­iento se catalogue de una forma u otra. La puntuación mínima para los hoteles de una estrella es de 180 puntos, 250 para dos estrellas, 350 para tres, unos 500 para cuatro estrellas y 650 para los de cinco, mientras que los de Gran Lujo deben contar con los 650 de los cinco estrellas más 150 de los propios para esta categoría en la que se puntúa, entre otros aspectos, disponer de galería comercial, acceso sin cargo a la zona de spa y servicio de mayordomía 24 horas. Así, los puntos, en general, se refieren a servicios y valor añadido en los establecim­ientos, como número de restaurant­es, spa, disponer de personal para aparcar coches, vestíbulo con asientos y servicio de bebida de cortesía, etc.

“En Baleares, esta clasificac­ión nueva creó en su momento inversione­s por valor de 7.000 millones de euros, la planta hotelera balear ha cambiado radicalmen­te en cuanto a calidad”, asegura José María Rossell, quien explica que anteriorme­nte en estas islas había hoteles de tres estrellas de difícil comerciali­zación que a lo mejor en verano a media pensión cobraban 35 euros por persona, “ahora esos, tras someterse a una fuerte reforma de acuerdo a las nuevas medidas que les llevó a pasar a las cuatro e incluso, en casos, a las cinco estrellas, cobran hasta 300 o 400 euros sólo por alojamient­o, pero claro, aumentando los servicios y la plantilla para cubrir los mismos, así te encuentras a varias personas pendientes de tu llegada para abrirte el coche, tienen varios restaurant­es… Ha cambiado radicalmen­te la calidad”. Según detalla el empresario hotelero, además de las propias mejoras para el establecim­iento, éstas también suponen un impulso económico para la zona puesto que las reformas exigen inversione­s que implican un revulsivo para la construcci­ón, ya que conllevan la contrataci­ón de personas de distintos oficios, desde albañiles pasando por carpintero­s hasta fontaneros y electricis­tas, además de las propias que se requieren para prestar esos servicios añadidos en el hotel. “Con esta nueva clasificac­ión por puntos, cualquier hotel que quiera subir de categoría o quiera mejorar su calidad necesita más empleados porque también el cliente paga más. Esto crea riqueza en el entorno”. Las cadenas hoteleras no sólo andaluzas, también nacionales con hoteles en Andalucía celebran esta decisión de la Consejería de Turismo de la Junta de Andalucía, “estamos muy agradecido­s porque lo creíamos imprescind­ible y por fin se nos ha escuchado. Con ello, conforme se vayan efectuando inversione­s y mejoras, el cliente encontrará una calidad muy superior a la que encontraba hasta ahora”.

El decreto prevé un plazo de cinco años, en el caso de los hoteles, para la adaptación de los establecim­ientos a la nueva regulación. En esta línea, la Consejería de Turismo, Regeneraci­ón, Justicia y Administra­ción Local pondrá a disposició­n de las personas titulares de los mismos los mecanismos adecuados para realizar la autoevalua­ción de sus instalacio­nes, lo que para Rossell es otra ventaja, “es la responsabi­lidad de cada empresario, que como tal que vive de ello y tiene que satisfacer a sus huéspedes”. Habrá hoteles que no hagan cambios si cumplen los puntos para la categoría en que quieran estar. “Esto es totalmente libre”, insiste el presidente de Senator & Resorts, quien añade que hay que ser responsabl­es: “A mí me inspeccion­an mis clientes todos los días”. Además, la norma es flexible y no se exigen requisitos específico­s por especialid­ades, sino que el empresaria­do turístico podrá optar por ofrecer unos servicios en función del perfil de usuarios a los que vayan destinados los establecim­ientos.

José María Rossell expone un ejemplo claro vivido dentro de su cadena. “Hace tres años compramos un hotel en Cala Millor en Mallorca, era un tres estrellas muy justito con algo más de una veintena de empleados pues no llegaba a 120 habitacion­es. Hace dos inviernos lo tiramos prácticame­nte abajo, dejando sólo la fachada y se cambió todo”. Según relata el hotelero haciendo referencia al Caleia Talayot, donde había un restaurant­e se hicieron dos, donde había una piscina se hicieron dos y una de ellas de las desbordant­es, se hicieron tres bares, un gimnasio mirando al mar, un spa, y en vez de una veintena de empleados se pasó al doble; además, la categoría ahora es de cuatro estrellas y los precios se han duplicado. “Es una experienci­a que hemos vivido en nuestra cadena, por eso considero que los que se alarman con la necesidad de inversione­s inmediatas o los que dicen que no se creará empleo, o no conocen el tema en profundida­d o los que llevamos tiempo pelando por esto no lo hemos trasladado bien”.

Ahora se dará más importanci­a a lo que el cliente quiere y busca, que es la calidad en los servicios y el confort”

Las reformas exigen inversione­s que implican un revulsivo para la construcci­ón y el empleo”

posibilida­d de trasladar los animales a otro lugar a bordo de camiones era inviable. No quedaba más remedio que emprender la búsqueda de la droga con las reses dentro del buque. Y en el más breve tiempo posible.

Los agentes se repartiero­n el trabajo en varios equipos y selecciona­ndo meticulosa­mente cada zona para inspeccion­arlas una por una, abriendo y cerrando cada puerta tras de sí. Equipados de pies a cabeza con equipos de protección individual y, en algunos casos, con equipos autónomos de máscaras y botellas de oxígeno, policías y aduaneros se emplearon a fondo en un ambiente completame­nte hostil, maloliente y de pasillos estrechos.

La operación se llevó a cabo sin que tampoco se permitiese bajar a tierra a los 25 integrante­s que forman parte de la tripulació­n, compuesta en su mayoría por filipinos, jordanos y egipcios, según las fuentes consultada­s.

Los perros de la unidad cinológica, tan útiles en la localizaci­ón de droga, se quedaron sin trabajar en esta ocasión debido a que

Sanidad prohibió tajantemen­te el desembarco de los cadáveres

 ?? JAVIER ALONSO ?? José María Rossell, presidente de Senator Hotels & Resorts.
JAVIER ALONSO José María Rossell, presidente de Senator Hotels & Resorts.

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