Diario de Sevilla

Investigan a un hombre por maltratar a su hija durante 15 años

- Fernando Pérez Ávila

La joven denuncia que su padre la obliga desde niña a hacer la compra y las tareas del hogar y le quita todo su dinero

Un juzgado de Sevilla está investigan­do a un hombre por maltratar presuntame­nte a su hija durante más de quince años. La víctima, una joven que ahora tiene 24 años, lleva sufriendo esta violencia desde que tenía 8, pero la situación se agravó a la muerte de la madre, hace diez años. La chica ha dado el paso de denunciar lo ocurrido ante la Policía Nacional hace unas semanas. Los hechos habrían ocurrido de forma continuada en el tiempo en un domicilio de un barrio de la zona Este de Sevilla. En su denuncia, a la que ha tenido acceso este periódico, la mujer hace referencia a un episodio ocurrido cuando tenía 8 años de edad. El padre gritaba a la madre porque no había realizado las labores del hogar, que según él eran su obligación.

La madre sufrió malos tratos frecuentes, que le provocaron una depresión. Le diagnostic­aron un trastorno bipolar y en uno de los brotes, el padre la abofeteó en presencia de la niña y otros familiares. Una vez muerta la madre, el investigad­o comenzó a dirigir toda esa violencia hacia su hija. La chica contó a la Policía que siempre ha tenido dificultad para estudiar porque el padre le exigía que su prioridad debía ser el mantenimie­nto de la casa. Desde que tenía 13 años, la niña se encargaba de hacer todas las compras diarias, de lavar la ropa y limpiar la vivienda. El hombre le decía que estudiara cuando tuviera tiempo. Como no tenía dinero para las compras, la chica era ayudada económicam­ente por varios familiares.

A los 17 años, la joven empezó a trabajar y el padre le exigía que le entregara todo el dinero que ganaba. La chica así lo hacía, le daba su paga íntegra, por miedo y para evitar más discusione­s. Cuando necesitaba algo, tenía que pedirle dinero a otros familiares porque el padre se lo negaba. Para costearse sus estudios dejó de entregarle una parte de la nómina al padre, lo que provocó nuevas broncas y amenazas.

Una noche llegó su padre de trabajar y le preguntó que dónde estaba la cena. La joven había cenado ya y así lo dijo a su progenitor, al que le instó a que se preparara algo para comer. Éste comenzó a comportars­e de manera muy violenta y a gritarle, al tiempo que la agarraba del cuello. En otra de las discusione­s, el hombre le lanzó un objeto de madera que se encontraba en la casa, aunque la chica pudo esquivarlo.

En otro momento, la víctima se había quedado tomando un refresco con unas amigas en la calle cuando el padre la llamó por teléfono y comenzó a preguntarl­e que dónde estaba, a decirle que llevaba todo el día fuera, que no había hecho nada en la casa y que él había llegado de trabajar y no estaba la comida preparada. No contento con esto, se presentó donde estaba la joven con sus amigas y se la llevó a casa.

En otro episodio, la llamó “golfa” e “hija de la gran puta” cuando vio que la pareja de la chica estaba en la vivienda. Se produjo una discusión entre el padre y el novio, y el primero se desmayó y cayó al suelo. Tuvo que ser atendido por una ambulancia. A raíz de eso, el hombre insistió en que su hija se fuera de su casa y se marchara a vivir con el novio. “La que se casa, casa quiere. Búscate un pisito con tu novio y te vas a vivir con él”. La víctima le respondió que no se iba a marchar porque parte de esa casa también es suya, lo que hizo que el padre se pusiera muy agresivo. Un hermano del padre llegó a la casa y le dijo: “No te doy dos guantazos bien dados porque eres una mujer”. El tío también la amenazó diciéndole que “se iba a enterar” si presentaba una denuncia, que iría su hijo menor de edad a buscarla, porque a él “no le pasaría nada”.

Todo esto ha provocado una situación de ansiedad en la joven, que está padeciendo graves trastornos del sueño y lleva sin dormir varios días por el miedo que sufre. La investigac­ión la está llevando la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Policía Nacional en Sevilla, y la coordina el juzgado de Instrucció­n 10 .

La joven ha decidido denunciar la situación que padece desde que tenía ocho años

puesto a componer como una loca. He descubiert­o mucha música nueva que me ha servido de inspiració­n a la hora de crear.

– Como nos miraba el mundo es uno de esos nuevos temas. Habla de una ruptura a medias en la que la persona dejaba invitar al otro a recordar cómo era la vida cuando eran felices pero, ¿cómo miran el mundo un par de enamorados? –De una manera en la que todo brilla y es maravillos­o. Es como una burbuja de la que nadie te va a sacar y donde no has estado más cómodo en la vida. Donde la única hambre que tienes es la de comerte a esa persona a besos. Todo es maravillos­o, con muchas luces y fuegos artificial­es. Todo el rato. –En un mundo, de momento, sin besos, ¿siempre nos quedarán las canciones?

–Un mundo sin música sería mucho más frío y solitario. Este confinamie­nto me ha pillado sola y en Madrid y, de alguna forma, abrazarme a la música ha sido mi mayor compañía. Cuando necesitaba sentirme arropada he cogido la guitarra o el piano, me he puesto los altavoces con Estrella Morente a tope y ahí he sentido que no estaba sola porque la música nos acompaña siempre y nos cura el alma. La música es la compañía que nunca nos va a faltar.

–La verdad es que los artistas os habéis volcado.

–Esto ha sido una manera de re

Dentro de poco podremos abrazarnos, vernos y enamorarno­s; estamos de pantallas ya un poco hartos

ESTA entrega puede ser la del pistoletaz­o de salida en una carrera rumbo a la nostalgia que tiene su meta en el próximo lunes por la mañana. Hemos entrado en las vísperas gozosas de Pentecosté­s y en este lunes, cuando la normalidad era real y no ésta a la que llaman nueva y que tiene de todo menos normalidad, ya se veían caravanas por la Campiña en busca de esa tierra prometida que está en las Rocinas. En este lunes de vísperas, nada será como ha sido siempre y todo sabe a la congoja que produce la nostalgia por la ausencia de lo que se quiere, de lo que tanto se quiere. En este Kilómetro Cero camino del gozo, todo es tristeza, una tristeza que se multiplica por la inquietud que produce una situación impensable hace dos telediario­s. En este lunes no hay caravanas pensando en la Blanca Paloma, sino mustio collado en el que se combinan nostalgia e inquietud a la par.

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JOSÉ ÁNGEL GARCÍA La comisaría de la Policía Nacional en el distrito Nervión, donde se presentó la denuncia.
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