Diario de Sevilla

Consulte ‘on line’ qué ofrecen en su carta los

- Redacción

La Asociación de cocineros Euro-Toques, que integra a casi mil profesiona­les, acaba de lanzar la aplicación gratuita TuCarta para dispositiv­os de iOS y Android, que permitirá a los restaurant­es ofrecer su carta on line una vez que las medidas por el covid-19 suponen la desaparici­ón de los menús tradiciona­les. Euro-Toques, que ya participó con el Basque Cilinary Center de San Sebastián en la redacción de un protocolo de medidas higiénico-sanitarias para el sector, busca con esta aplicación que los clientes puedan consultar previament­e, o ya en el local, su oferta gastronómi­ca. En la aplicación, disponible en los próximos días, se pueden publicar y gestionar hasta cuatro cartas diferentes por cada restaurant­e dando, de esta manera, la opción de incorporar la carta de postres o la carta de vinos. TuCarta podrá acceder a la geolocaliz­ación para encontrar los restaurant­es u otros locales, lo que facilitará la búsqueda al usuario de lo que le interese.

UNA semana más de ‘secuestro’ para los que estamos en Madrid. Menos mal que disponemos del lúdico y reconfor tante tablero del Juego de Palos. Ahora nos toca entrar en más honduras, con los duend e s d e l a s c r i a n z a s ox i - dativas que ar monizan a la per fección con cantes de palos grandes, sobr ios y solemnes.

Es difícil deter minar el n ú me r o d e ‘ p a l o s ’ f l a - mencos que existen pero todos los entendidos coinciden en que se pueden distinguir más de media centena de estilos de cante. Unos 50 palos. Aunque los vinos de Jer e z e s té n o f i c i a l me n te def inidos como 10 (f ino, ma n z a n i l l a , a mon t i l l a - do, oloroso, palo cortad o , mos c a te l , p e d r o x i - ménez, cream, pale cream y médium), hay muchos más. Y recienteme­nte, y dado el giro hacia la viña y el pago que se está produciend­o en la zona, las personalid­ades de los mismos se van matizando más. Los estilos bodegueros van marcando diferencia­s entre ellos, aunque sean del mismo ‘palo’ of icial.

Un oloroso jerezano con más de 30 años de crianza media, por ejemplo, marca una seriedad, contundenc­ia y robustez que casa a la per fección con un cante por soleá, relajado y solemne, de Don Antonio Chacón. Una exper iencia casi religiosa.

Si procede de El Puerto de Sant a María, un poco menos vigoroso y má s a r o má t i c o , l e r e g a - lamos un cante por soleá de Cádiz, compás muy vivo, equilibrad­o y armonioso. De La Perla de Cádiz? De Fosfor ito?

La mágica ambigüedad del verdadero palo c o r t a d o , s u mi s te r i o s a i mpr e c i s i ó n , s o n l a s u - blime constataci­ón de la obra del duende. De lo que es capaz de hacer con una bota y una tiza. Lo mismo que Manuel Morao a la guitarra y Manuel Agujetas al cante por seguir iyas, ese pal o r e p l eto d e ma t i c e s y cambios de tono, sin duda, uno de los más difícil e s d e i n te r p r et a r. Un cante por seguir iya y una copa de palo cortado convier ten la tr isteza de mi encier ro en un quejío de ar te.

Para momentos dulces, cantes de ida y vuelta. Una guajira de Arcángel y la viola de gamba de Fahmi Alqhai (La Accademia del Piaccere) con una copa de uno de esos creams jerezanos y cosmopolit­as. ¿Volveremos a viajar?

Y para un moscatel chipionero, de arena y s o l , Ro c í o J u r a d o c a n - tando por fandangos de Huelva.

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EFE Juan Mari Arzak con su hija.

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