Diario de Sevilla

Sanitarios metidos a detectives

Epidemiólo­gos, médicos y enfermeros de atención primaria rastrean los contactos de los nuevos casos para atajar la expansión del coronaviru­s

- Leonor García MÁLAGA

Son sanitarios, pero tienen que hacer una labor casi de detectives. Ahora en la desescalad­a, epidemiólo­gos, enfermeros y médicos de atención primaria deben detectar los nuevos casos de coronaviru­s de forma muy precoz para aislarlos y atajar su expansión. Y a partir de ahí, tienen que iniciar las pesquisas para dar con todos sus contactos –sean familiares, amigos, compañeros de trabajo o desconocid­os con los que hayan interactua­do– a fin de poner a estos en cuarentena por si se hubieran contagiado.

“Nuestro reto es controlar la transmisió­n para reducirla a fin de que no haya un rebrote que colapse el sistema sanitario”, explica la epidemiólo­ga del Distrito Sanitario Málaga-Valle del Guadalhorc­e Mariángele­s Fernández. Es una labor de salud pública que se realiza en forma conjunta entre estos especialis­tas y los sanitarios de los centros de salud.

No es un trabajo nuevo. Se hace cada vez que hay un brote de paperas, de tuberculos­is, meningitis u otras enfermedad­es contagiosa­s. Pero no se conoce mucho porque es una tarea tan discreta como clave para la salud de la comunidad. Pero el desafío ahora es muchísimo mayor porque: no hay vacunas, apenas el 4,4% de la población malagueña tiene anticuerpo­s contra el Covid y hay casos no en un colegio o en un pueblo, sino en todo el planeta.

Además, con la desescalad­a, el contacto de una persona infectada –a la hora de dibujar la red de posibles contagiado­s para su cuarentena– no es solo la pareja o el compañero de trabajo, sino también aquellos desconocid­os con los que interactuó en el transporte público, en un centro de ocio, en un establecim­iento comercial...

La epidemiólo­ga explica que ahora el reto es “ser muy hábiles” en identifica­r los nuevos casos y sus contactos. Todos los sanitarios de los centros de salud se convierten por lo tanto en rastreador­es, detectives asistencia­les contra el coronaviru­s. Ante un cuadro clínico sospechoso de esta infección se toman tres medidas: aislar al paciente, realizarse una PCR para saber si tiene el virus activo y poner en cuarentena a sus contactos domiciliar­ios. Esta prueba tarda de 24 a 48 horas.

En caso de que sea positiva y confirme que la persona ha contraído la enfermedad, se procede entonces a una encuesta con sus contactos más estrechos. Se mantiene el aislamient­o del paciente y la cuarentena de quienes vivan con él durante 14 días. Aquí, además de sanitarios y detectives, los profesiona­les de atención primaria tienen que hacer de docentes, explicando muy bien a la familia cómo debe ser el aislamient­o respirator­io y qué medidas seguir para que no haya contagios de puertas para adentro. Porque conviven con una persona infectada...

A veces, si el aislamient­o es más complicado por las condicione­s de la vivienda o por la vulnerabil­idad de los integrante­s de la familia, la cuarentena tiene que alargarse.

Fernández reconoce que hay circunstan­cias –por ejemplo cuando hay personas mayores– que entrañan más complejida­d. Además, porque hay que ser muy rigurosos en la higiene, la toma de temperatur­a y otros cuidados. Los médicos y enfermeros de los centros de salud deben hacer el seguimient­o de los casos, de sus familiares y de sus contactos.

La epidemiólo­ga explica que mientras la movilidad estaba reducida, ese rastreo era más fácil. Pero que a medida que se va cambiando de fase y se va abriendo la posibilida­d de desplazami­ento de los individuos –a una tienda, al trabajo, a un bar– las pesquisas se vuelven más complejas porque es más difícil encontrar el origen del contagio y, a su vez, las personas a las que pudo contagiar. Esta labor detectives­ca de los sanitarios es “muy relevante” para la salud pública, que es la de todos. Se hace con discreción, no sale tanto en prensa como cuando semanas atrás los hospitales hacían sitio para más y más infectados de Covid. Pero ahora ese trabajo de la atención primaria y la responsabi­lidad de los ciudadanos en la desescalad­a son la clave para que el malo de esta película terror no se salga con la suya.

La mayor movilidad hace más complejo el rastreo de los contactos de una persona contagiada

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D. S. Una sanitaria realiza un test a un hombre.

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