Sin aglomeración pero con mucha seguridad
El centro comercial Torre Sevilla retoma su actividad con la mayoría de las tiendas abiertas, excepto Primark
Sin aglomeración, pero con mucha seguridad. Ésta fue la tónica general en la reapertura del centro comercial Torre Sevilla tras más de dos meses de cierre a consecuencia de la pandemia de coronavirus. Un reencuentro con la ciudad que se produjo en el arranque de la fase 2 de la desescalada, y en el que casi la totalidad de sus establecimeintos se encuentran abiertos, a falta de algunas enseñas hosteleras y, sobre todo, de Primark, la firma que más clientes acapara de este recinto situado a los pies del rascacielos sevillano.
Todos habían llegado esperando encontrárselo abierto, pero el deseo se les había frustrado. La multinacional textil no abrirá sus puertas por ahora en el centro comercial Torre Sevilla, que sigue ofreciendo numerosas ofertas en moda y accesorios para el hogar en sus negocios, que ayer recibieron los primeros clientes en este nuevo periodo con el que Sevilla pretende lograr la ansiada normalidad.
Un cartel en los accesos de las dos plantas de Primark anunciaba que la reapertura tendrá lugar “los próximos días”, sin especificar fecha. Eso sí, advierte que ahora se desarrollan trabajos para hacer de este negocio –famoso por su ropa a precio económico– un local “más seguro” frente al Covid-19.
Algunos padres vinieron con la esperanza de encontrárselo abierto. “El niño ha crecido mucho durante el confinamiento y ya no le está nada bueno”, refería uno de los sevillanos que se desplazaron ayer hasta el centro comercial, que no registraba aglomeraciones en esta jornada laborable y donde la tranquilidad era la nota dominante.
La mayoría de las tiendas se encontraban abiertas, con sus geles hidroalcohólicos en la puerta. Algunas –las más pequeñas– tienen los itinerarios perfectamente marcados con señales de lo más originales. Las hay también que ofrecen (y aconsejan) guantes a sus clientes. La ropa no se puede probar como medida de higiene, por lo que ha de tenerse muy clara la talla (sin olvidar los kilos ganados en el confinamiento) y el número de calzado.
El público era muy diverso en las primeras horas de apertura. Desde adolescentes a personas mayores, pasando por gente de mediana edad que acudió a descambiar artículos, tarea pendiente desde marzo. Hay quien devolvió hasta una estufa usada en los días de frío del estado de alarma, cuando la ciudad ha pasado del paraguas y el abrigo al pantalón corto y la sandalia.
En la planta tercera, la de restauración, hay tres negocios abiertos, que se unen a otros dos situados en los extremos de la plaza, cuyos veladores estaban ocupados ayer por personas que han vuelto a trabajar presencialmente en las inmediaciones. El resto de enseñas de comida se irán incorporando paulatinamente.
El recinto cuenta con un amplio despliegue de vigilantes que velan por el mantenimiento de las medidas de seguridad, tanto por parte de los responsables de las tiendas como por los clientes. Hay más de una llamada de atención por no llevar mascarilla.
El complejo cuenta ahora mismo con cinco negocios de restauración abiertos