Detectives sanitarios tras los pasos del virus
Los rastreadores son médicos, enfermeros y epidemiólogos de atención primaria y su función es acceder a los casos confirmados y buscar sus contactos estrechos para cortar las cadenas de contagio
Suena el teléfono. “Hola, soy la enfermera de su centro de salud y le llamo porque le hemos identificado como un contacto estrecho de un paciente positivo en Covid-19”. Es el inicio de cientos de conversaciones telefónicas que desde la semana pasada tienen lugar entre sanitarios de atención primaria y vecinos de cualquier punto de la provincia. Como si de auténticos detectives se trataran, los equipos de seguimiento y vigilancia del Covid19, formados fundamentalmente, por médicos de cabecera, epidemiólogos y enfermeros, llevan varios días coordinados en los centros de salud de Sevilla para tratar de identificar, localizar y vigilar a los contactos de cada persona infectada para detener la cadena de transmisión y frenar un virus que ha dejado ya 3.149 contagios en la provincia y 284 muertes.
Los llamados rastreadores del coronavirus llevan ya varios días desempeñando la laboriosa función de reconstruir los pasos de cada caso confirmado y buscar a las personas con las que ha estado en contacto a fin de mitigar la propagación del virus y prevenir un rebrote.
¿Cómo trabajan? Lo cuenta el director del centro de salud de Gines, Pepe Acevedo, donde estas pruebas se están haciendo a vecinos de este municipio y de Castilleja de la Cuesta a través de un autocovid en una carpa instalada por el Ayuntamiento junto al ambulatorio. “El médico de familia contacta con el paciente vía telefónica o vía presencial como hasta ahora y si en esa consulta el paciente resulta ser sospechoso de tener la enfermedad, es decir, es un caso sintomático, el mismo médico es el que le cita para el día siguiente para hacerse la prueba a través de una agenda que hay específica para eso y le determina, entre otras cosas, que debe llegar a la hora exacta para evitar la acumulación de personas, que tiene que acudir en su coche y que tiene que ir protegido con su mascarilla. A la vez, el mismo médico cita al paciente para el día siguiente, según esa misma agenda, para darle el resultado de las prueba”, explica.
El tiempo juega en su contra. Las indicaciones de aislamiento tanto para un paciente sospechoso como para sus convivientes deben iniciarse desde el momento en el que el médico tiene indicios de su posible contagio sin esperar el paso de las apenas 24 horas en las que actualmente se están dando los resultados de las pruebas.
El circuito en el centro de salud se activa “en el momento en el que se tiene un caso positivo y el médico se pone en contacto con él”, explica el epidemiólogo del distrito sanitario Sevilla, Eduardo Briones. A partir de ahí se organiza un dispositivo de aislamiento, estudio y seguimiento de los contactos del que se encargan los enfermeros de referencia de cada ambulatorio. “A cada persona que confirma su contagio se le hace un cuestionario desde dos días antes de empezar los síntomas sobre todos sus movimientos y actividades que haya realizado fuera de su domicilio. Se le hacen preguntas del tipo ¿ha ido al supermercado?, ¿ha usado transporte público?, ¿ha realizado alguna actividad deportiva? Toda una serie de cuestiones relacionadas con la vida social permitida en la fase de desescalada en la que estamos y que estén recogidas en los cuestionarios epidemiólogicos”, explica Briones.
Los teléfonos empiezan a descolgarse en el momento en el que un sospechoso da positivo en coronavirus. Como si de completar las piezas de un puzle se tratara, los enfermeros de referencia designados se encargan de hablar con cada persona con PCR positiva para encontrar a sus contactos desde las 48 horas anteriores al inicio de síntomas. Deben ser estrechos, es decir, que hayan estado en el mismo lugar a una distancia menor de dos metros y entre 10 y 15 minutos.
“La idea es detectar aquellos contactos que pudieran desarrollar síntomas y ser casos secundarios con el fin de tener eso bajo control y que esas personas a su vez no contagien a otros, es decir, se trabaja para interrumpir las cadenas
Se busca a toda persona que ha estado con un positivo unos 15 minutos y a menos de 2 metros
de transmisión. Si tenemos una persona que es positiva y está contagiando, lo suyo es lograr cerrar ese círculo antes de que aparezcan nuevos casos. Es una labor fundamentalmente de seguimiento, pero también de tener habilidades sociales a la hora de convencer a la gente y de transmitirle la información”, subraya el epidemiólogo, que enumera actualmente unos 3 ó 4 contactos por cada positivo en el caso del distrito Sevilla, pero que asegura haber tenido casos “con hasta 70 contactos” en la fase aguda de la pandemia.
Ese contacto telefónico con la persona infectada y luego con todo su entorno, desde las personas más cercanas, familiares, amigos, vecinos a los menos allegados, compañeros de trabajo, de gimnasio o coincidentes en supermercados, es el que desempeña desde hace algo más de una semana Alejandra Morilla. Ella es la coordinadora de enfermería del centro de salud El Greco. Durante la pan
La media de contactos por cada positivo es de 3 o 4 personas en el caso del distrito Sevilla
demia ha asumido la función de enfermera base en los temas relacionados con el Covid-19, con ayuda, si es necesario, de un equipo de enfermeras de Salud Pública a nivel de distrito que se incorporan si los contactos de un positivo se salen del área de actuación de un centro de salud en cuestión. La mayoría de teléfonos los obtienen del propio caso confirmado y la primera indicación que se les hace es informarles de que deben hacer cuarentena 14 días.
“A cada caso índice le asociamos una serie de contactos y hacemos un seguimiento siempre con la misma enfermera para que no se nos escape información y tener más control de la enfermedad y su entorno. Cuando el paciente viene ya con su PCR positiva, normalmente, el médico ya le ha hecho a través del teléfono una selección de sus contactos convivientes a los que ha indicado aislamiento, al igual que al paciente en sí. Nosotros lo que hacemos es ir desglosando más cada contacto y vemos un poco cómo se ha movido. Además, vemos las condiciones que tienen para hacer un asolamiento efectivo. Si son casos muy complejos, porque además de mi zona local abarca más zonas, pues hacemos contactos con epidemiología para ampliar más la zona. También hacemos preguntas respecto a la sintomatología que esas personas pudieran desarrollar y recogemos datos de tomas de temperaturas de dos a tres veces al día, aparición de síntomas de mialgia de cansancio e incluso alguna sintomatología que no se identifica con las que hemos visto que estén asociadas a la enfermedad del Covid19 como pueden ser diarreas o inapetencia o en pacientes mayores muchas veces hipoactividad o astenia”, relata la enfermera.
Morilla cuenta que durante esa primera llamada en la que se plantea a una persona cualquiera sin esperarlo que ha sido definido como un contacto estrecho de un caso positivo en coronavirus “surgen muchas dudas”. “Normalmente te preguntan muchas cosas y tenemos que tranquilizarlos. Hacemos hincapié en que simplemetente esto es por prevenir y protegerlos y les pedimos que se mantengan en casa. Les explicamos que éste es el trabajo realmente importante de la enfermedad para poder detener los brotes. Lo normal es que la gente reaccione bien y por les planteamos una entrevista más abierta para que nos pregunten lo que quieran”, explica.
Otra de las cosas que aclara la enfermera de El Greco es que el rastreo y la atención comunitaria no es algo tan nuevo para ellas. “Nosotras ya tenemos una amplia experiencia en el seguimiento de las enfermedades infectocontagiosas. Las enfermeras lideramos el programa de vacunas. Rastreamos si hay casos de niños mal vacunados, si surgen brotes de parotiditis... unas funciones de rastreo con el que se ha nombrado al seguimiento del coronavirus que nosotros ya lo llevamos haciendo mucho tiempo junto al servicio de Epidemiología”, manifiesta.
Respecto a su función en el control de la enfermedad, los tres profesionales consultados tienen claro que el diagnóstico precoz y el control de contactos estrechos y síntomas son claves para cortar la cadena de contagio del virus. “Sin vacunas ni otras medidas para evitar contagios, vigilar la enfermedad es nuestro principal medio de prevención”, concluye Briones.