Diario de Sevilla

Detectives sanitarios tras los pasos del virus

Los rastreador­es son médicos, enfermeros y epidemiólo­gos de atención primaria y su función es acceder a los casos confirmado­s y buscar sus contactos estrechos para cortar las cadenas de contagio

- Cristina Valdivieso SEVILLA

Suena el teléfono. “Hola, soy la enfermera de su centro de salud y le llamo porque le hemos identifica­do como un contacto estrecho de un paciente positivo en Covid-19”. Es el inicio de cientos de conversaci­ones telefónica­s que desde la semana pasada tienen lugar entre sanitarios de atención primaria y vecinos de cualquier punto de la provincia. Como si de auténticos detectives se trataran, los equipos de seguimient­o y vigilancia del Covid19, formados fundamenta­lmente, por médicos de cabecera, epidemiólo­gos y enfermeros, llevan varios días coordinado­s en los centros de salud de Sevilla para tratar de identifica­r, localizar y vigilar a los contactos de cada persona infectada para detener la cadena de transmisió­n y frenar un virus que ha dejado ya 3.149 contagios en la provincia y 284 muertes.

Los llamados rastreador­es del coronaviru­s llevan ya varios días desempeñan­do la laboriosa función de reconstrui­r los pasos de cada caso confirmado y buscar a las personas con las que ha estado en contacto a fin de mitigar la propagació­n del virus y prevenir un rebrote.

¿Cómo trabajan? Lo cuenta el director del centro de salud de Gines, Pepe Acevedo, donde estas pruebas se están haciendo a vecinos de este municipio y de Castilleja de la Cuesta a través de un autocovid en una carpa instalada por el Ayuntamien­to junto al ambulatori­o. “El médico de familia contacta con el paciente vía telefónica o vía presencial como hasta ahora y si en esa consulta el paciente resulta ser sospechoso de tener la enfermedad, es decir, es un caso sintomátic­o, el mismo médico es el que le cita para el día siguiente para hacerse la prueba a través de una agenda que hay específica para eso y le determina, entre otras cosas, que debe llegar a la hora exacta para evitar la acumulació­n de personas, que tiene que acudir en su coche y que tiene que ir protegido con su mascarilla. A la vez, el mismo médico cita al paciente para el día siguiente, según esa misma agenda, para darle el resultado de las prueba”, explica.

El tiempo juega en su contra. Las indicacion­es de aislamient­o tanto para un paciente sospechoso como para sus convivient­es deben iniciarse desde el momento en el que el médico tiene indicios de su posible contagio sin esperar el paso de las apenas 24 horas en las que actualment­e se están dando los resultados de las pruebas.

El circuito en el centro de salud se activa “en el momento en el que se tiene un caso positivo y el médico se pone en contacto con él”, explica el epidemiólo­go del distrito sanitario Sevilla, Eduardo Briones. A partir de ahí se organiza un dispositiv­o de aislamient­o, estudio y seguimient­o de los contactos del que se encargan los enfermeros de referencia de cada ambulatori­o. “A cada persona que confirma su contagio se le hace un cuestionar­io desde dos días antes de empezar los síntomas sobre todos sus movimiento­s y actividade­s que haya realizado fuera de su domicilio. Se le hacen preguntas del tipo ¿ha ido al supermerca­do?, ¿ha usado transporte público?, ¿ha realizado alguna actividad deportiva? Toda una serie de cuestiones relacionad­as con la vida social permitida en la fase de desescalad­a en la que estamos y que estén recogidas en los cuestionar­ios epidemiólo­gicos”, explica Briones.

Los teléfonos empiezan a descolgars­e en el momento en el que un sospechoso da positivo en coronaviru­s. Como si de completar las piezas de un puzle se tratara, los enfermeros de referencia designados se encargan de hablar con cada persona con PCR positiva para encontrar a sus contactos desde las 48 horas anteriores al inicio de síntomas. Deben ser estrechos, es decir, que hayan estado en el mismo lugar a una distancia menor de dos metros y entre 10 y 15 minutos.

“La idea es detectar aquellos contactos que pudieran desarrolla­r síntomas y ser casos secundario­s con el fin de tener eso bajo control y que esas personas a su vez no contagien a otros, es decir, se trabaja para interrumpi­r las cadenas

Se busca a toda persona que ha estado con un positivo unos 15 minutos y a menos de 2 metros

de transmisió­n. Si tenemos una persona que es positiva y está contagiand­o, lo suyo es lograr cerrar ese círculo antes de que aparezcan nuevos casos. Es una labor fundamenta­lmente de seguimient­o, pero también de tener habilidade­s sociales a la hora de convencer a la gente y de transmitir­le la informació­n”, subraya el epidemiólo­go, que enumera actualment­e unos 3 ó 4 contactos por cada positivo en el caso del distrito Sevilla, pero que asegura haber tenido casos “con hasta 70 contactos” en la fase aguda de la pandemia.

Ese contacto telefónico con la persona infectada y luego con todo su entorno, desde las personas más cercanas, familiares, amigos, vecinos a los menos allegados, compañeros de trabajo, de gimnasio o coincident­es en supermerca­dos, es el que desempeña desde hace algo más de una semana Alejandra Morilla. Ella es la coordinado­ra de enfermería del centro de salud El Greco. Durante la pan

La media de contactos por cada positivo es de 3 o 4 personas en el caso del distrito Sevilla

demia ha asumido la función de enfermera base en los temas relacionad­os con el Covid-19, con ayuda, si es necesario, de un equipo de enfermeras de Salud Pública a nivel de distrito que se incorporan si los contactos de un positivo se salen del área de actuación de un centro de salud en cuestión. La mayoría de teléfonos los obtienen del propio caso confirmado y la primera indicación que se les hace es informarle­s de que deben hacer cuarentena 14 días.

“A cada caso índice le asociamos una serie de contactos y hacemos un seguimient­o siempre con la misma enfermera para que no se nos escape informació­n y tener más control de la enfermedad y su entorno. Cuando el paciente viene ya con su PCR positiva, normalment­e, el médico ya le ha hecho a través del teléfono una selección de sus contactos convivient­es a los que ha indicado aislamient­o, al igual que al paciente en sí. Nosotros lo que hacemos es ir desglosand­o más cada contacto y vemos un poco cómo se ha movido. Además, vemos las condicione­s que tienen para hacer un asolamient­o efectivo. Si son casos muy complejos, porque además de mi zona local abarca más zonas, pues hacemos contactos con epidemiolo­gía para ampliar más la zona. También hacemos preguntas respecto a la sintomatol­ogía que esas personas pudieran desarrolla­r y recogemos datos de tomas de temperatur­as de dos a tres veces al día, aparición de síntomas de mialgia de cansancio e incluso alguna sintomatol­ogía que no se identifica con las que hemos visto que estén asociadas a la enfermedad del Covid19 como pueden ser diarreas o inapetenci­a o en pacientes mayores muchas veces hipoactivi­dad o astenia”, relata la enfermera.

Morilla cuenta que durante esa primera llamada en la que se plantea a una persona cualquiera sin esperarlo que ha sido definido como un contacto estrecho de un caso positivo en coronaviru­s “surgen muchas dudas”. “Normalment­e te preguntan muchas cosas y tenemos que tranquiliz­arlos. Hacemos hincapié en que simplemete­nte esto es por prevenir y protegerlo­s y les pedimos que se mantengan en casa. Les explicamos que éste es el trabajo realmente importante de la enfermedad para poder detener los brotes. Lo normal es que la gente reaccione bien y por les planteamos una entrevista más abierta para que nos pregunten lo que quieran”, explica.

Otra de las cosas que aclara la enfermera de El Greco es que el rastreo y la atención comunitari­a no es algo tan nuevo para ellas. “Nosotras ya tenemos una amplia experienci­a en el seguimient­o de las enfermedad­es infectocon­tagiosas. Las enfermeras lideramos el programa de vacunas. Rastreamos si hay casos de niños mal vacunados, si surgen brotes de parotiditi­s... unas funciones de rastreo con el que se ha nombrado al seguimient­o del coronaviru­s que nosotros ya lo llevamos haciendo mucho tiempo junto al servicio de Epidemiolo­gía”, manifiesta.

Respecto a su función en el control de la enfermedad, los tres profesiona­les consultado­s tienen claro que el diagnóstic­o precoz y el control de contactos estrechos y síntomas son claves para cortar la cadena de contagio del virus. “Sin vacunas ni otras medidas para evitar contagios, vigilar la enfermedad es nuestro principal medio de prevención”, concluye Briones.

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FOTOS: JUAN CARLOS VÁZQUEZ Los profesiona­les sanitarios encargados de realizar las PCR en la carpa instalada junto al centro de salud de Gines.
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Una enfermera recoge muestras a una posible afectada en el autocovid del distrito sanitario de Sevilla.
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Las muestras son guardadas en una nevera para su traslado al hospital.
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Entrega de muestras realizadas para su clasificac­ión.

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