Johnson se enroca en la defensa de Cummings pese al desplome de su popularidad
El primer ministro británico insiste en “pasar página” del escándalo el mismo día en que el país registra otras 412 muertes
El primer ministro británico, Boris Johnson, mantiene su respaldo incondicional a Dominic Cummings, cerebro de la campaña del Brexit, pese a que su popularidad se ha desplomado entre los votantes a raíz del escándalo que ha provocado su asesor al saltarse el confinamiento.
Apenas cinco meses después de unas elecciones generales en las que el líder conservador obtuvo una abrumadora mayoría absoluta, la ventaja frente a los laboristas ha caído nueve puntos en una semana (44% tories frente a 38% laboristas), el colapso más abrupto en más de una década, según un sondeo del diario The Times.
El 71% de los encuestados consideran que Cummings rompió las normas cuando condujo 400 kilómetros hasta la casa de sus padres para que le ayudaran con el cuidado de su hijo a finales de marzo, aunque la orden del Gobierno era “quedarse en casa” salvo en circunstancias excepcionales.
El influyente asesor, una de las figuras claves en el diseño del confinamiento en el Reino Unido, reconoció además que llevó en coche a su familia a una localidad turística del norte del país en abril.
A pesar de las críticas que han desatado esas revelaciones en todo el espectro político, incluido el Partido Conservador, Johnson sostiene que su mano derecha actuó “con responsabilidad, legalmente y con integridad”.
En una jornada en la que el Reino Unido alcanzó 37.460 fallecidos por el Covid-19, tras sumar 412 decesos, el primer ministro se enfrentó ayer a duras críticas en el comité de Enlace de la Cámara de los Comunes, donde se sometió al escrutinio de los presidentes del resto de comités parlamentarios.
El conservador Simon Hoare advirtió de que los ciudadanos británicos pueden ser menos proclives a respetar el confinamiento, si repuntan los contagios, ante la percepción de que la mano derecha del primer ministro se saltó las normas sin consecuencias.
Johnson rehusó someter a Cummings a una investigación formal por parte del Gobierno e insistió en repetidas ocasiones en la necesidad de “pasar página” del escándalo y centrarse en la lucha contra la pandemia. “No estoy seguro de que una investigación sobre este asunto sea un buen uso del tiempo ahora mismo”, sostuvo.
Cerca de 40 diputados conservadores han expresado su deseo de que Cummings dimita o sea despedido y muchos de ellos han relatado cómo sus buzones han recibido en los últimos días multitud de mensajes de ciudadanos enfadados por la actitud del asesor.