Comienza la restauración de la tapia almenada de los Jardines de Murillo
La primera fase consiste en eliminar desconchones y piezas que puedan desprenderse
Una intervención necesaria. El Real Alcázar de Sevilla, en coordinación con la Gerencia de Urbanismo de Sevilla y el área de Parques y Jardines, está resanando de urgencia el muro del Paseo de Catalina de Ribera, desde la Puerta de la Alcoba hasta la Puerta del Campo. Esta intervención estaba prevista en el presupuesto de 2020 y se iba a realizar antes de la Semana Santa por motivos de seguridad, pero la crisis del coronavirus dejó en suspenso los trabajos. La primera fase se ha iniciado con personal propio del Real Alcázar de Sevilla para sanear el muro.
Se trata de una actuación necesaria tras varias décadas sin intervenirse el muro, con unas dimensiones aproximadas de 285 metros de largo por unos 5 metros de alto hasta la base de sus almenas. Los trabajos consisten en quitar los desconchones de las almenas y la parte superior de la tapia que pudieran implicar peligro de caída, sin que afecten a la fábrica de ladrillo original –tan sólo se elimina el recubierto–. Esta actuación se prolongará sólo hasta principios de la próxima semana y lleva aparejados cortes puntuales del Paseo de Catalina de Ribera a la altura de los trabajos, y sin que éstos afecten a la hiedra que recubre la tapia.
En paralelo, el Real Alcázar ya ha licitado un servicio de estudios previos y de reconocimiento estructural geotécnico de la tapia almenada, que será la segunda fase, previa a una tercera que consistirá en licitar el proyecto y ejecutar las obras de conservación, estabilización y restauración. Para acometer esta última actuación, resulta imprescindible conocer con estudios científicos el estado y la composición de la estructura y los cimientos de la tapia. Para ello, la empresa que resulte adjudicataria de un contrato licitado por 5.445 euros realizará distintas catas en la cimentación y en la estructura interior del muro, estudios que se afrontarán desde el interior del propio monumento. Sus resultados determinarán las medidas que garanticen la estabilidad del muro y las reparaciones necesarias, siempre desde el principio de intervención mínima y, por tanto, de máximo respeto hacia los elementos originales.
“El Real Alcázar retoma sus intervenciones patrimoniales tras estos dos últimos dos meses y medio de confinamiento por la pandemia, que se han aprovechado en el monumento para otros trabajos de mantenimiento, conservación, limpieza y podas del arbolado de gran porte, unas tareas también necesarias y que el cierre del recinto monumental a las visitas ha facilitado”, explicó el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz.