PREVENCIÓN Y SENSIBILIZACIÓN: MÁS IMPORTANTE QUE NUNCA
El Covid-19 supone una emergencia dentro de la emergencia. Se prevé que el hecho de desviar la atención de la respuesta sanitaria de emergencia habitual a la respuesta frente al Covid-19 dé lugar a una propagación drástica de otros brotes de enfermedades, así como la malnutrición.
Por eso, ACNUR y la Fundación ”la Caixa” mantienen sus operaciones de nutrición en curso, y se han realizado algunos ajustes en las actividades incluidas en el Proyecto MOM, siguiendo estrictamente todas las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y en estrecha colaboración con el Gobierno etíope para promover la inclusión de los refugiados en las medidas nacionales de preparación y respuesta, incluidas la prevención, el monitoreo y el tratamiento.
En lo que respecta a la asistencia alimentaria, se ha realizado el envío de raciones para dos meses a todos los campos y el suministro de raciones para tres meses de alimentos terapéuticos para la malnutrición aguda grave. Además, se mantienen según lo previsto las actividades de prevención de la desnutrición en todos los programas de nutrición de los campos, ajustándolas a las nuevas necesidades emergentes. Se siguen suministrando raciones de alimentos al 86% del estándar en situaciones de emergencia (2.100 Kcal), aunque debido a las restricciones presupuestarias y logísticas la cesta tendrá un acceso reducido a alimentos ricos en hierro y un acceso limitado a alimentos frescos, lo cual podrá tener un impacto negativo en la dieta y el estado nutricional de la comunidad de refugiados.
La malnutrición suele estar relacionada con la limitada disponibiidiomas y cultura. Se han iniciado campañas de sensibilización en los campos de refugiados, llevadas a cabo por los agentes comunitarios, en las que se informa sobre la importancia del distanciamiento social y la higiene adecuada.
La mejor estrategia para evitar la desnutrición y la muerte que son tan comunes entre los niños durante las emergencias es asegurar que se les alimenta adecuadamente durante los primeros 1.000 días de vida (durante el embarazo materno, y hasta los 2 años de edad). Mejorar la nutrición es una de las mejores inversiones para asegurar el futuro de los niños, las familias y las naciones. Como recomendación de salud pública mundial, los lactantes deben ser alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida para lograr un crecimiento, desarrollo y salud óptimos.