Los viajeros pasarán un triple control sanitario al llegar a España
Se les tomará la temperatura, un chequeo visual y se registrarán sus datos Ante la sospecha de que estén contagiados serán derivados a centros asistenciales y podrían ser puestos en cuarentena
Los viajeros que a partir de mañana entren en España a través de cualquiera de sus aeropuertos y puertos se someterán a tres controles por parte de las autoridades sanitarias: se les tomará la temperatura, se les hará una observación visual sobre su aparente estado de salud y se registrarán sus datos de localización, según avanzó ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
En caso de que el viajero no supere satisfactoriamente alguno de estos tres requisitos, será examinado por un médico y, en función de su diagnóstico, derivado a los sistemas asistenciales de la comunidad autónoma que corresponda para ponerle en cuarentena si fuera necesario o incluso hospitalizado.
Illa descarta la opción de hacer pruebas
PCR de modo masivo a todos los turistas
Para desarrollar estos controles se ha reforzado en un principio el personal de Sanidad Exterior –compuesto de unas 600 personas– con un centenar de profesionales que habitualmente prestan ya servicio en aeropuertos y puertos y que será paulatinamente incrementado en función de las necesidades, en colaboración con el Ministerio de Transportes.
En rueda de prensa desde el Palacio de la Moncloa, Illa descartó ayer la opción de hacer pruebas PCR de modo masivo a los turistas.
El ministro indicó que el Gobierno parte de la base de que aquellos viajeros que presenten síntomas antes de su desplazamiento no van a viajar, por lo que sólo se practicarán PCR a viajeros que entren en nuestro país en el caso de que Sanidad Exterior lo estime necesario tras la evaluación general a la que someterá todo pasajero.
Con el fin del estado de alarma en la madrugada del sábado al domingo, España abre sus fronteras a todos los países de la zona europea Schengen, con la excepción de Portugal, cuya frontera no se abrirá hasta el 1 de julio, el mismo día en que la
Unión Europea abrirá sus fronteras externas.
Illa consideró ayer que el proyecto piloto que se está desarrollando en Baleares con la llegada anticipada de turistas alemanes está funcionando correctamente y quiso lanzar un mensaje de tranquilidad señalando que todos los socios de la UE son países serios donde se controla a las personas con sintomatología compatible con Covid-19, a las que no se permitirá viajar, como hace España con los casos confir
mados o contactos estrechos a los que pone en cuarentena.
En este sentido, el ministro confirmó que hoy por hoy la única herramienta legal de la que dispone el Gobierno para imponer un confinamiento generalizado es el estado de alarma, que volverá a utilizar en caso necesario.
Sin el estado de alarma, lo que se puede hacer es actuar de manera “quirúrgica” sobre grupos puntuales ante un rebrote, como se hizo en febrero aislando a los clientes de un hotel de Tenerife o
con el confinamiento de Igualada en Cataluña, decisiones que competen en todo caso al ejecutivo autonómico y que han de ser avaladas posteriormente por un juez.
El Gobierno está en conversaciones con Francia y con Reino Unido para ajustar algunos detalles en vísperas de la apertura de las fronteras.
Con Francia, hay conversaciones entre los respectivos Ministerios del Interior para analizar la situación y que sea lo más coordinada posible.
Según han explicado fuentes diplomáticas a Europa Press, hay conversaciones con Reino Unido para decidir si se aplica o no una cuarentena a los ciudadanos que procedan de Reino Unido. Esta semana, la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, afirmó en la BBC que si Londres la mantenía para los viajeros procedentes de España probablemente España actuaría en reciprocidad.
Las fuentes aseguran que España está en disposición de abrir sus fronteras, sin aplicar cuarentenas, a todos los socios europeos –Reino Unido incluido, puesto que sigue vinculado a normas europeas en el marco del periodo transitorio del Brexit–, así que la decisión dependerá en buena medida de Londres que, a su vez, está revisando sus propias normas.
El Gobierno español considera que ahora mismo España es uno de los países más seguros en términos de prevalencia de la enfermedad, con una tasa de incidencia de entre 2 y 3 casos por cada 100.000 habitantes en la última semana. Las fuentes consultadas también ven razonablemente positiva la situación en Reino Unido.