El tabernero letraherido
Con el cierre del restaurante de Enrique Becerra (Sevilla, 1957), se acaba un capítulo de la historia de la restauración sevillana y andaluza. Tras más de cuarenta años apostando por la cocina tradicional de calidad, siempre con alguna innovación (pero sin pasarse), este tabernero y letraherido, con varios libros en su haber, se quiere dedicar a su siempre aplazada vocación por las letras, en la que tiene como maestro a Juan Eslava Galán, gran amigo y primer lector de su novela ‘El pintor de mujeres sin rostro’ (Algaida). Durante su larga andadura, el restaurante Enrique Becerra fue parada y fonda de numerosos escritores que pasaban por la ciudad, entre ellos los Nobel Vargas Llosa, García Márquez, Cela, Borges (como si lo fuese)... También los políticos, siempre aficionados al buen yantar, conspiraron y haraganearon en este céntrico restaurante. De todo aquello le queda a Enrique Becerra un buen puñado de anécdotas, sabiduría, la satisfacción del buen trabajo realizado y un punto de amargura por las ‘cornás’ de los ‘miuras’ de la vida. Becerra es también autor, entre otros libros, de ‘El vino de Jerez y Sanlúcar’, ‘Recetas con historia’ o ‘El gran libro de la tapa y el tapeo’, todos publicados por la editorial Almuzara.