Urgencias
Cuando Luis Rubiales anunció en pleno confinamiento que LaLiga haría valer la clasificación tal y como se quedó cuando empezó el estado de alarma, con el Sevilla tercero, lo que luego refrendaría la UEFA como criterio para repartir las plazas europeas, muchos sevillistas pensaron que ya estaba todo hecho. Sin embargo, el devenir de los acontecimientos demostró que eso no iba a ser así.
El caso es que los profesionales sevillistas están comprobando en sus carnes que el camino por el objetivo continúa y que éste va a ser duro. Los de Lopetegui no han tenido un respiro desde que el balón volvió a rodar, ni por horas de descanso entre partido y partido ni en cuanto a nivel de los rivales, pues al derbi ante el Betis, un duelo que siempre requiere una exigencia y una tensión máxima, han seguido compromisos muy difíles.
El Levante, que recientemente ha ganado con autoridad al Espanyol en Cornellá, demostró que era un equipo capaz de dar guerra hasta el último momento, el Barcelona llegó a Nervión como líder y planteando un partido con muchas exigencias de todo tipo y el Villarreal se cruza ahora con los nervionenses con las credenciales de haber sumado los nueve puntos en las tres primeras jornadas tras la reanudación del campeonato.
Para rizar el rizo, Javier Tebas le envió otro regalito al Sevilla adelantando dos horas y media el encuentro de los blancos, con lo que cuando Sánchez Martínez decrete esta tarde el inicio del duelo en el estadio de la Cerámica habrán pasado 67 horas y media desde el último esfuerzo –que no fue liviano precisamente– ante el Barcelona, un tiempo de recuperación que se sitúa por debajo de la franja que marca el protocolo de LaLiga, que fija un mínimo de 72 horas.
Pero, no obstante, el Sevilla ha mostrado su fortaleza física en los tres partidos. En dos de ellos ha dominado el juego la mayor parte del tiempo y frente al Barça, aparte de obligarlo a mantener un ritmo alto, tuvo bastantes opciones con exhibiciones de potencia al espacio.
Otro de los hándicaps es que Lopetegui cuenta con una plantilla no precisamente larga que encima se ha ido acortando en número, ahora con la salida de Nolito. Pese a ello, el técnico ha hecho menos rotaciones de las esperadas y esta situación es algo que no se va a detener sino que va a seguir hasta mediados de julio y después se prolongará en agosto en Europa, precisamente lo que va a estar en juego también hoy de cara a la próxima campaña con el despertar de una ilusión dormida en Villarreal con estos tres triunfos por la mínima –pero dos de ellos fuera de casa– ante Celta, Mallorca y Granada.
El descanso idóneo es al menos de 72-84 horas; la recuperación es fundamental”