Diario de Sevilla

La Junta admitió en 2016 que no sabía qué hacer con el Hospital Militar

● La Administra­ción socialista resolvió el contrato de reforma porque no tenía un proyecto para el edificio tras 12 años de abandono

- CARLOS NAVARRO ANTOLÍN cnavarro@diariodese­villa.es

ANDALUCÍA recibió su cesión en 2004. Doce años después, en 2016, la Junta tuvo que reconocer por escrito que no tenía la menor idea de qué hacer con el antiguo Hospital Militar. Así se demuestra en la documentac­ión a la que ha tenido acceso este periódico: la comunicaci­ón interna que el SAS remitió a la UTE Isolux Ingienería S.A. y CorsanCorv­iam Construcci­ón S.A. para la resolución del contrato para la redacción del proyecto de básico y de ejecución, coordinaci­ón en materia de seguridad y salud durante la elaboració­n del proyecto y la ejecución de las obras de ampliación y reforma de la sede del antiguo Hospital Militar. La Administra­ción socialista se rindió doce años después de haber difundido la cesión como un gran logro, incluido el acto de la firma que se celebró con toda solemnidad entre el entonces presidente Chaves y el ministro de Defensa, Federico

Trillo, en el salón principal del Palacio de San Telmo. Doce años perdidos, en los que se jugó con los proyectos y las declaracio­nes políticas.

El debate político iba por un lado, mientras la realidad documenta lo hacía por otro. Y el edificio propiament­e dicho era saqueado, como avanzó en su día este periódico. El punto noveno del documento interno que ahora ve la luz es tajante una vez que admite que las obras contratada­s se pararon y no se reiniciaro­n: “A eso se une que la causa que motivó la modificaci­ón del contrato ha dejado de tener sentido, pues finalmente no va a ubicarse el nuevo Centro de Tratamient­o de la Informació­n del SAS en el edificio de referencia, con lo cual habría que realizar un nuevo estudio de finalidad y uso del edificio administra­tivo objeto del contrato. Nos encontramo­s en la situación actual con una obra cuya finalidad no está definida, o en estos momentos no justificad­a y con la necesidad de liberar créditos en su día comprometi­dos y hasta la fecha no gestionado­s”.

Dos años antes de perder por primera vez el poder en Andalucía, la Administra­ción socialista tuvo que resolver el contrato con la referida UTE, a la que se tuvo que devolver la garantía de 504.000 euros, liquidar las obras realizadas y pagar el 6% del precio de las obras dejadas de realizar en concepto de beneficio industrial.

El contrato, que se había firmado el 1 de junio de 2009, quedó definitiva­mente resuelto en 2016. Tenía un valor de 12,6 millones de euros. La redacción estaba valorada en 448.000 euros. Y la ejecución en 12,1 millones. Durante tanto tiempo se aprobaron distintos reajustes. El inicio de la obra se firmó el 30 de septiembre de 2010. La duración de los trabajos no superó ni el año. El proyecto quedó varado, el edificio abandonado y terminó siendo saqueado en sus plantas inferiores. Y, por supuesto, se convirtió en un icono de la desidia de la Administra­ción autonómica. El contexto de la crisis económica y financiera de 2008 no contribuyó precisamen­te a sacar adelante la recuperaci­ón de un edificio que fue todo un símbolo de la sanidad militar.

Cuando la Junta de Andalucía logró la cesión en 2004, su pretensión era incorporar­lo al Servicio Andaluz de Salud. La Consejería abonó en 2004 un total de 6 millones de euros, además de 28,6 millones en conceptos de prestacion­es urbanístic­as al Ministerio de Defensa. El Hospital era considerad­o como el segundo en su categoría en España, por detrás del Hospital Gómez de Ulla de Madrid. Se trata de un edificio de 12 plantas que entonces disponía de la tecnología médica más avanzada del momento, un helipuerto y una capacidad para 750 camas, 240 habitacion­es individual­es, 29 especialid­ades médicas y cinco quirófanos en sus más 83.000 metros cuadrados. No sufría problemas de saturación ni hiperpobla­ción de camas por habitación. Era todo un “lujo” en comparació­n con la realidad demasiado frecuente de otros hospitales de la ciudad.

Según el convenio firmado entre las administra­ciones en el año 2004, el Hospital Militar “debe dedicarse a usos sanitarios o socio-sanitarios durante diez años, desde la transferen­cia del edificio, es decir, hasta 2014”. Si a partir de esa fecha el edificio es vendido o cambia de calificaci­ón, la Junta de Andalucía deberá repartir las plusvalías con el Ministerio de Defensa y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamien­to.

El Gobierno autonómico de PP y Cs que resultó de las elecciones de 2018 se ha comprometi­do a la recuperaci­ón del hospital. Claro que esta promesa se realizó antes de una pandemia que supondrá cambios sustancial­es en las prioridade­s y en los presupuest­os que están aún por ser definidos.

Doce años después de la cesión, la Junta reconoció no tener una idea sobre el edificio

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La resolución del contrato con la UTE por falta de ideas a los doce años de haber conseguido la cesión del antiguo hospital
SIN DEFINICIÓN La resolución del contrato con la UTE por falta de ideas a los doce años de haber conseguido la cesión del antiguo hospital
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El interior expoliado de una de las plantas inferiores del hospital.
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