“El problema europeo no es del norte contra el sur o viceversa”
● El acuerdo alcanzado en Bruselas para afrontar la crisis supone “un acuerdo histórico por su magnitud y por la rapidez con la que se ha logrado”
–Se les ve felices por el pacto logrado. No sólo le parece bien a los agentes sociales sino también a la oposición.
–Es así. Si lo recuerda, en marzo pasado, el presidente del Gobierno hablaba de la necesidad de un nuevo plan Marshall y apenas cuatro meses después lo tenemos. Pero también es histórico por la respuesta que da no sólo a la pandemia, sino a las grandes transformaciones que Europa necesita. Me refiero a la digitalización de la economía o a la descarbonización. Debemos crecer, pero sin dejar a nadie atrás con el reto de la inclusión. Damos respuesta a la crisis de hoy, respondiendo también a las necesidades de mañana.
–La receta respecto a la anterior crisis ha cambiado de la austeridad más absoluta a una inversión pública a mansalva con un guión keynesiano.
–Entonces hubo un grave problema que afectó al sector financiero y al de la construcción, así como a un grupo de países, mientras que ahora afrontamos una pandemia, una crisis sanitaria que ha tenido como consecuencia un parón de nuestra economía. Es un problema sistémico, no de mala gestión o de sectores no competitivos. Es un problema colectivo que necesita una respuesta colectiva con un gesto sin precedentes de inversión europea. Por primera vez se endeuda la Comisión Europea (CE) para todos sus estados miembros, de tal forma que lo que se busca es impulsar el mercado único europeo que comparten todos los países. Esto no es un problema del sur contra el norte o viceversa: es un problema sistémico al que hay que dar una respuesta técnica. –¿Estaban justificadas las reticencias de los llamados países frugales, como Holanda? –Evidentemente, hay una parte de presentación pública del problema y Holanda, en ese sentido, ha pretendido presentar esta situación como una cuestión NorteSur, pero luego hay una realidad económica muy tozuda: el 6% del PIB holandés viene del puerto de Rotterdam y eso es así porque a través de él hay un movimiento de mercancías que se producen y se compran en Europa. De la misma forma que el 70% de los coches que se producen en Alemania se venden en el mercado único de la UE. Ésa es la tozuda realidad económica a la que había que dar una respuesta. La economía europea no se puede paralizar y por eso era necesario movilizar todos esos recursos. La CE ha identificado los puntos de debilidad de cada uno de nuestros países. En nuestro caso, una tasa de desempleo estructural que lastra nuestro crecimiento, y en el de Holanda, una competencia fiscal desleal. Cada país tiene su diagnóstico y a partir de ahí debemos actuar.
–Ha tocado un asunto muy espinoso, que es el mercado laboral español y sus carencias. ¿El acuerdo alcanzado anticipa u obliga a una reforma laboral? –Lo que la CE le dice a España es que tiene un problema de desempleo estructural y una parte de ese problema tiene que ver con su sistema educativo, de formación y de capacitación. España ha puesto en marcha un proceso para una gran reforma del sistema educativo y el presidente del Gobierno ha anunciado una reforma del sistema de formación. Esto tiene mucho que ver con la reforma laboral y con el mercado laboral, y puede contribuir a reducir esa tasa de desempleo estructural.
–Con ese caudal de dinero, los Presupuestos Generales del Estado de 2021 deben ser también históricos, especialmente en materia de inversiones. Hay algunos proyectos clave para el Campo de Gibraltar y Andalucía como la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla.
–Es aquí donde el Campo de Gibraltar está en una situación privilegiada respecto a otras regiones, porque ya existe un plan para la comarca elaborado por el Gobierno en la segunda mitad de 2018. Si no se ha puesto antes en marcha es porque desde entonces no han podido ser aprobados unos Presupuestos y estamos con los prorrogados. Ahora contamos con financiación. Ese plan comprende infraestructuras como la Algeciras-Bobadilla, además de inversiones en materia de seguridad, justicia, en el ámbito social, del empleo, del emprendimiento, de las start-up… El Campo de Gibraltar tiene una posición estratégica privilegiada que debe ser aprovechada.
–El Congreso de los Diputados ratificó la semana pasada el Tratado Fiscal alcanzado entre España y Reino Unido sobre Gibraltar. Una cuestión peliaguda es la situación de los trabajadores españoles en Gibraltar y de la defensa de sus derechos.
–La defensa de los intereses de estos trabajadores pasa por que se inscriban en ese censo. Hemos hecho grandes campañas de información animando a los ciudadanos a inscribirse para que sus derechos puedan verse amparados. Que quede claro: es difícil amparar a quien no conocemos. Es importante que se inscriban antes de que finalice el año, antes de que se active el Brexit de forma efectiva. Y lo mismo pasa con los ciudadanos británicos que trabajan en España.
–El alcalde de Algeciras y senador, José Ignacio Landaluce, ha expresado de forma reiterada su inquietud por que Marruecos pueda decidir la apertura de sus fronteras tras los meses de confinamiento por el coronavirus y que eso provoque la llegada masiva de ciudadanos de ese país a Algeciras, pretendiendo cruzar el Estrecho. ¿Tiene usted noticias sobre las intenciones de Marruecos a ese respecto? –Vamos a ver. Mantengo un contacto constante con mi homólogo marroquí, de la misma forma que el ministro del Interior lo hace con el suyo. Y lo hacemos como representantes de dos países que mantienen una buena vecindad. En la parte más difícil de la pandemia hemos estado en contacto y seguimos estándolo para gestionar el tema de las fronteras, desde la responsabilidad y sin dejar margen para las sorpresas. Nada tiene que temer el señor Landaluce al respecto. Ambas partes estamos informadas de nuestros pasos y planificamos de forma conjunta cada movimiento. La Operación Paso del Estrecho se ha suspendido tal y como la hemos conocido hasta ahora. –¿Tiene el Gobierno planificado cambiar el estatus de utilización de las bases de Rota y Morón? –Las bases norteamericanas en España tienen una larga historia que está basada a largo plazo en el diálogo y la cordialidad entre ambos gobiernos. Las autoridades norteamericanas siempre nos han trasladado su gran satisfacción con el funcionamiento de los acuerdos y no existe nada que me haga pensar que va a dejar de ser así.
–¿Le intranquiliza o le preocupa que Marruecos haya ofrecido a EEUU la posibilidad de instalar una base en su costa norte?
–No me consta.
Bruselas ha identificado los puntos débiles, el nuestro es el paro; el de Holanda, una fiscalidad desleal”
El plan de la UE supondrá un impulso para el Campo de Gibraltar e incluirá el Algeciras-Bobadilla”