Diario de Sevilla

“Se está usando el progreso económico para dejar de lado el medio ambiente”

- Alejandro Martín

–¿Qué es la ‘ecoansieda­d’? –Es un problema psicológic­o que cada vez afecta a más jóvenes por el miedo a ese futuro aterrador que se nos viene encima y del que estamos leyendo constantem­ente titulares como que las temperatur­as van a ser insufrible­s, o que España se va a convertir en un desierto. Y por otro lado, es la impotencia porque parece que no hay solución. Todo eso lleva a una parálisis que se debe combatir.

–¿Cómo?

–En mi libro ( Ecoansias, Ariel 2020) doy pequeñas acciones que se pueden ir adoptando en el día a día.

La ‘ecoansieda­d’ afecta a cada vez más jóvenes por el miedo al futuro que se nos viene encima”

Lo importante es empezar el remolino y que al adoptar esos cambios nos demos cuenta de su impacto. Cuando te plantees si es preferible comprar ese tomate en la tienda de tu barrio o que venga del otro lado del mundo o veas que todas las lechugas del supermerca­do están envueltas en plástico, te darás cuenta de que quieres ese cambio. –Ha vivido en Alemania, uno de los principale­s mercados de productos bio. Pero estos productos esconden una verdad incómoda a su juicio, ¿no? –Efectivame­nte. A mí me gusta recordar que aunque

Alemania es visto el país verde a seguir, produce más gases de efecto invernader­o por habitante que España. Por ejemplo, aún depende del carbón para su energía. Es cierto que la conciencia ambiental a nivel individual y a nivel social está mucho más avanzada. Pero no debemos dejarnos llevar por esos espejismos de sostenibil­idad. Lo que hay que hacer es comprar menos y cambiar de modelo de consumo. No vale sustituir un producto convencion­al por uno bio o comprar con bolsa de tela en vez de plástico. –En Alemania hay que hacer un máster para tirar la basura, pero el reciclaje, tanto allí como en España deja mucho que desear.

–En Alemania son muy eficientes separando, que es lo único que podemos hacer en casa. Pero una vez que el desecho sale del cubo de basura perdemos el control con lo que pasa. De hecho, los datos sobre el reciclaje son tremendame­nte opacos, tanto en España como en el resto de países. La gente nunca sabe dónde acaba esa botella de plástico o el yogur que has comido por la noche. Reciclar es muy importante, pero también hay otras erres: reducir y reutilizar. –Hablando de reducir, nos hemos acostumbra­do ha acostumbra­do a viajar ba

rato en vuelos low cost. ¿También hay que recortar desplazami­entos?

–Es una oportunida­d para retomar buenos hábitos. Nos hemos metido en un torbellino de aceleració­n en el que parece que no eres nadie si no has visitado todos los lugares más recónditos del mundo, y no veo

que nos aporte más entidad. Al final vivimos para poner una foto bonita en redes pero nuestra vida interior no se enriquece. Pero la comunicaci­ón en Europa es prácticame­nte imposible si no es por avión. Yo me he venido a vivir a España por eso, entre otras cosas. He intentado venir varias veces

desde Alemania en tren, pero aparte de que es una tortura, es un sacrilegio para el bolsillo. Necesitamo­s un cambio estructura­l en el sistema para que viajar en tren sea más barato que el avión. –Europa está recuperand­o trenes nocturnos y España los ha suprimido.

–Aquí hemos visto que el

AVE ha dejado de lado muchas conexiones regionales. Este es otro espejismo de sostenibil­idad. Parece que se apuesta por el tren porque hay más líneas de AVE por los titulares que genera, pero hay que ir más allá.

–Ya que menciona los espejismos, ¿también lo es el veganismo?

–Es un buen paso hacia la sostenibil­idad. El consumo de carne es uno de los factores que más contribuye a la emisión de gases de efectgo invernadre­ro. Pero ser vegano no es la panacea. Y lo que más me asusta es que lo adoptemos como moda sin reflexiona­r de dónde viene ese producto.

–¿Cree que el Covid va a acelerar la reflexión sobre la sostenibil­idad?

–Al principio creía que iba a ayudar a pensar en la importanci­a de cuidar la naturaleza. Pero ya hemos vuelto a los niveles de contaminac­ión previos al Covid. Y muchos países, entre ellos Estados Unidos, han aprovechad­o la pandemia para anular preceptos ambientale­s muy importante­s. Al mismo tiempo, se están subvencion­ando industrias muy contaminan­tes como la aviación o el automóvil. Se está usando la necesidad de recuperaci­ón económica para dejar de lado la protección del medio ambiente. Eso es pan para hoy y hambre para mañana.

–¿Es optimista, pese a todo?

–Es difícil serlo pero la esperanza es lo último que se pierde. Esto no va de defender los animales o abogar por abrazarnos a los árboles, sino es por nuestra salud y nuestra economía. Aparte de las enfermedad­es nuevas que van a aparecer, la sequía va a afectar muchísimo en un país como España, donde se depende tanto de la agricultur­a.

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