Un testigo corrobora que los dos intrusos de Acyco se detectaron nada más iniciarse el ERE
Vitalia aseguró que “tomaría nota y revisaría” el caso, pero las dos personas cobraron las pólizas
Un testigo corroboró ayer en el juicio por las ayudas de 2,9 millones a los prejubilados de la empresa Acyco que la inclusión de los dos intrusos en ERE de la empresa se detectó en octubre de 2003, cuando se firmó el protocolo de colaboración entre la dirección general de Trabajo y la propia empresa, pero a pesar de que se advirtió dicha inclusión nunca se corrigió.
El abogado del bufete Garrigues Juan Antonio L. D. C., que prestó declaración como testigo en la novena sesión del juicio, afirmó que en octubre de 2003 se produjo una incidencia en relación con el ERE de Acyco, al recibir una llamada del socio y abogado de la empresa, Gabriel Barrero, quien le comentó que iba enviarle un fax con “dos personas marcadas” que se habían incluido “por error” en el listado de los prejubilados de la empresa aceitunera. En el fax aparece, como muestra la imagen que se adjunta, que junto al listado de trabajadores aparecen dos nombres en los que se ha anotado a mano “no son Acyco”. Se trataba de Andrés Carrasco Muñoz, que según el Ministerio Público era “amigo de la infancia” de Javier Guerrero y regentaba un puesto de churros en la localidad de El Pedroso (Sevilla), y el que fuera alcalde de San Nicolás del Puerto, Domingo Martínez Castillo, ya fallecido.
El letrado de Garrigues señaló que tras recibir esa información comprobó que efectivamente esas dos personas no figuraban entre los prejubilados de la empresa, por lo que se lo comunicó a su jefe, José Miguel Caballero, quien le dijo que contactara con la consultora Vitalia para informarles del error. El testigo habló con el responsable de Vitalia Jesús Bordallo, quien le respondió que “tomaban nota y lo revisarían”, pero nunca se corrigió nada y los dos intrusos percibieron 113.480,72 euros y 109.572,19 euros, respectivamente.