Cerco policial en Amate
Un amplio despliegue de agentes locales y nacionales aborta más altercados como los de Pino Montano
Antes de las once de la noche del miércoles se veían las siluetas de vecinos en algunas ventanas y balcones de los edificios de la calle Amor, aledaña al Parque Amate. Es probable que algunos tuvieran ya el móvil preparado para grabar escenas como las que habían tenido lugar la noche anterior en la avenida Cortijo de las Casillas, en el barrio de Pino Montano. No fue así. Si alguno de ellos empleó el móvil lo único que pudo inmortalizar fueron controles de la Policía Local para hacer cumplir el toque de queda y furgonetas de la Policía Nacional yendo y viniendo arriba y abajo. Esas idas y venidas dieron su fruto: no hubo una voz más alta que otra.
Los únicos grupos que se vieron en la calle Amor estaban compuestos por cámaras de las cadenas de televisión, reporteros gráficos y algunos periodistas dispuestos a dar fe de una noche movida, de otra bronca organizada a través de las redes sociales en demanda de “libertad” y con la intención de propagar que hay que incumplir el toque de queda.
Pero ese despliegue abortó cualquier posibilidad de tumulto. El dispositivo de la Policía Local y de la Policía Nacional impidió una repetición de lo que ocurrió en Pino Montano veinticuatro horas antes. La vigilancia no se limitó a la zona de Cerro-Amate. Se extendió por varios puntos de la ciudad. Si el cerco se estrechó con mayor celo en los confines del parque Amate fue porque ese fue el escenario indicado para “quemar coches y gritar no más toque de queda” en una convocatoria organizada a través de las redes sociales. La hora de la cita, las once de la noche.
El aviso avisó a la Policía. Así que a lo largo de la calle Amor y en sus alrededores se desplegaron vehículos de los antidisturbios de la Policía Nacional y patrullas de la Policía Local. Y fue la noche más tranquila –y más vigilada– en décadas de esa zona de la capital. Los agentes locales se centraron en realizar identificaciones, sobre todo en vigilar el cumplimiento de las restricciones contempladas en el estado de alarma. Los nacionales se bajaron de sus furgonetas a estirar las piernas en una gasolinera cercana.
En sus redes sociales oficiales, Emergencias del Ayuntamiento informó de “normalidad en los dispositivos de control dinámico desplegados por Policía Local en los barrios de Sevilla para verificar el cumplimiento de la restricción de la movilidad nocturna”.
Ya la noche anterior, muy poco después de los altercados, agentes de la Policía Local identificaron a dos de los participantes en los disturbios de Pino Montano, donde una veintena de jóvenes incendiaron contenedores y l anzaron bengalas y cohetes. La noche del jueves se quedaron en sus madrigueras.
El dispositivo de las fuerzas de seguridad se extendió a otras zonas de la capital